Gates, el creador
Levantó un imperio de 'software' aprovechando la cerrazón de la estrategia de Apple
En abril de 1975, con 20 años de edad, Bill Gates III, hijo de un destacado abogado y de una profesora de la Universidad de Washington, fundó, junto a Paul Allen, Microsoft. Veinte años después, con apenas 40 años de edad, era el hombre más rico del mundo. Su fortuna se estima en 79.000 millones de dólares.
Cursó estudios en la escuela privada Lakeside de Seattle, que tenía ya en 1968 una computadora, donde Gates, con sus 13 años, se pasaba horas. Allí mismo conoció a Allen, con quien fundaría la empresa. Ingresó en la universidad de Harvard, pero la abandonó en 1976, un año después de haber creado Microsoft.
El germen de su software fue el lenguaje para ordenadores Basic, que Gates consiguió que le cedieran sus propietarios, la empresa MITS. Para entonces ya había nacido Apple (1976), con quien iba a rivalizar durante toda la trayectoria profesional.
A diferencia de Apple, que vendía el sistema operativo junto a sus ordenadores, a Gates se le ocurrió vender el programa informático a cualquier fabricante de ordenadores, aunque entonces la única competencia era IBM. Gates mantuvo la propiedad de su software MS-DOS, en una época en lo que se valoraba era la máquina, el hierro. Como se ha visto, el tiempo le ha dado absolutamente la razón a Gates, pues en diez años se convirtió en la primera empresa de software del mundo, con el 95% de los ordenadores funcionando con el sistema Windows. En estas décadas han ido desapareciendo los fabricantes de ordenadores, incluso de la misma IBM, que ya solo se dedica a grandes empresas. mientras que el software se ha mostrado fundamental en el aparato tecnológico de cualquiera era, del portátil a la tableta o la consola de juegos.
A los 20 años de fundar la empresa, Gates ya era el hombre más rico del mundo y aún lo sigue siendo
El sistema operativo y el paquete de programas para oficina, Office, proporcionaban a Microsoft casi la totalidad de sus ingresos, convirtiéndose en una de las empresas más rentables del mundo y a su cofundador Gates, en el hombre más rico del planeta.
En el año 2000, decide retirarse de la primera línea de mando, aunque seguiría de presidente, para pasarle el timón a su hombre de confianza, Steve Ballmer, ya con 20 años de experiencia en la empresa (los mismo que tiene ahora Nadella). El relevo se acometió en una situación delicada, con una empresa que no había sabido ver la importancia de internet, y que, falta de agilidad, empezaba a ser superada por todas las nuevas corrientes tecnológicas.
En el año 2008, Gates abandona ya toda la dirección de la empresa para concentrarse exclusivamente en la fundación creada por él y su mujer Melinda, que había creado en 1997, dedicada a resolver problemas sanitarios y educativos en el mundo en desarrollo. Esta fundación tiene un presupuesto anual de 4.000 millones de dólares, la mitad de lo que invierte el gobierno estadounidense.
A diferencia de otros filántropos, Gates ha centrado sus recursos de ayuda en programas muy concretos y con rápida incidencia en el bienestar humano, como es el caso de la búsqueda de una vacuna para la malaria. Cree más en esta vacuna que en internet para mejorar a la humanidad.
Amo todavía la informática, pero si queremos mejorar nuestras vidas debemos ocuparnos de cuestiones más elementales, como la supervivencia de los niños y los recursos alimenticios
Hace unos meses, en un largo diálogo con The Financial Times, se le preguntaba: "¿Qué es más importante, la conectividad mundial o la vacuna contra la malaria?". De este modo, el padre de Microsoft ha juzgado de desacertado el rumbo de Silicon Valley, ya que "Internet no salvará al mundo". El magnate no ha ocultado su enojo: "¿Internet como una prioridad? Será una broma. Si alguien piensa que la conexión con la web es la clave, óptimo, bien por él: Yo no lo comparto".
A pesar de que el millonario afirmó en varias ocasiones que soñaba con "un PC en cada escritorio", no conserva la misma visión ahora sobre los desafíos tecnológicos. "Amo todavía la tecnología informática, pero si queremos mejorar nuestras vidas debemos ocuparnos de cuestiones más elementales, como la supervivencia de los niños y los recursos alimenticios", ha argumentado.
Según Bill Gates, entre cohetes espaciales, balones para llevar Internet a los países pobres y otros grandiosos proyectos, "nos estamos olvidando de lo esencial". Desde su punto de vista, Mark Zuckerberg, creador de Facebook, está equivocado al considerar Internet "un derecho del ser humano".
Si bien hace unas semanas Google y Facebook se aliaban para llevar Internet a todas las naciones, el segundo hombre más rico del mundo ha reclamado que "lo que necesitamos es que los niños no mueran y que la gente tenga la oportunidad de recibir una buena educación". Bill Gates considera que aunque las condiciones humanas "están mejorando a causa de la innovación", ésta no puede "resolver los problemas de los más débiles, como enfermedades, pobreza, la falta de oportunidades y la desesperación que ello provoca".
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