Vía libre a la nueva sede de Apple
El ayuntamiento de Cupertino aprueba el proyecto a cambio de aumentar sus impuestos
El obstáculo que quedaba para que Apple comience a realizar el último sueño de Steve Jobs, una nueva sede de la empresa, ya ha sido superado. El ayuntamiento de Cupertino, sede de la empresa, ha dado su visto bueno tras llegar a un acuerdo sobre el pago de tasas municipales. Pagará más.
Hasta ahora, la ciudad de Cupertino devolvía el 50% de los impuestos que recibía de Apple por las ventas de la empresa. En el futuro, la ciudad solo devolverá el 35% de esas tasas.
"Este tema fue uno de los muchos negociados entre Apple y la ciudad de Cupertino", ha declarado el alcalde Orrin Mahoney en un correo electrónico a Los Angeles Times. "El campus de Apple 2 tendrá efectos a largo plazo sobre la ciudad en lo que respecta al tráfico y a otras cuestiones y Apple está de acuerdo en financiar esas inconveniencias".
De acuerdo con un informe sobre el desarrollo económico publicado por Apple, las ventas de la compañía generaron en la alcaldía 12.700 millones en impuestos sobre las ventas, de los que el ayuntamiento devolvió la mitad. Ahora será solo el 35% pero, aún así, considerando su aumento de ventas, la cantidad que dará a la ciudad cubrirá el 10% de su presupuesto.
Pese a los retrasos, Apple mantiene la fecha de 2016 como la del estreno del nuevo campus, principalmente del conocido como Apple 2, que es el anillo de cristal de cuatro plantas, con aparcamiento subterráneo y grandes extensiones de árboles frutales. El espacio donde antes se levantaban edificios de HP pasará de tener un 80% de edificación a solo un 20%, y en él trabajarán más de 14.000 empleados, el triple de la situación anterior. Apple concentrará en este edificio gran parte de sus empleados, ahora dispersos en una treintena de oficinas. El comedor podrá acoger a 3.000 comensales a la vez y el parquin a 2.400 vehículos. El espectacular anillo Apple 2 se completará posteriormente con otro edificio (Apple 1).
La nueva sede de Apple fue el último sueño de Jobs, y a él se dedicó con la misma intensidad y detallismo que aplicaba a sus productos tecnológicos. Encargado al despacho del arquitecto Norman Foster, dejó establecido hasta el grosor máximo que debían tener las junturas de cemento o el tipo de madera de suelos y paredes.
El presupuesto inicial de 2.073 millones de euros, aunque no se han empezado a ejecutar ya ha subido a 3.840 millones.
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