Jordi Narro, cocinero de Ericsson
Crea en cuatro días 400 platos diferentes, aptos para todos los públicos, y además los 'whoopies', unas hamburguesas dulces
El cocinero Jordi Narro lleva medio año trabajando en la comida que se sirve estos días en el stand de Ericsson. Es el responsable de crear 400 platos distintos para no enfadar a ningún tipo de paladar, tradición o religión y que, además, dejen un buen sabor de boca. “Cuidan mucho a sus clientes”, dice Narro sobre las empresas presentes en el Mobile World Congress (MWC).
Su cometido no es fácil. Tiene que contentar a mil y una peticiones de su cliente, Ericsson. “Nos piden que unifiquemos comidas de todo el mundo y eso solo se puede conseguir con una gama de platos que permita respetar la gastronomía global". Platos para alérgicos a la lactosa; sin trazas de grasas, para veganos; comida hindú, china, india, francesa o italiana. “Incluso intentamos hacer algún guiño nórdico para nuestro cliente”, dice Narro. Y toda esa producción sale de la cocina central del servicio de catering de Nuclo. Bueno, toda no. La comida kosher ha sido encargada a una sinagoga de Barcelona, como cada año. La única excepción.
Narro (Barcelona, 1976) cuenta con una dilatada carrera detrás de los fogones, aunque ya lleva una docena detrás del restaurante Nuclo de Fira de Barcelona, después de haber pasado por El Bulli. Durante el MWC su servicio de catering trabaja en exclusiva para Ericsson, que no es poco. No solo están los menús diarios. El fabricante sueco quería algo más y en la pasada edición le pidió una galleta exclusiva que se erigiera como la referencia gastronómica de la marca en la feria. Fue un éxito y este año repite: 8.000 pastas a base de frutos secos, cereales, chocolate y frutos del bosque.
Este año Ericsson ha pedido algo más: whoopies, “unas hamburguesas dulces basadas en bizcocho y rellenas de nocilla hecha por nosotros y fresas liofilizadas”, explica Narro, quien señala que el objetivo de este tipo de tentempiés es crear “algo que te aporte energía”.
Y para servir a los más vagos, o más atareados, que no puedan llegar hasta el buffet, Narro ha pensado repartir comida en bicicletas.
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