BB10, la esperanza de BlackBerry
El sistema operativo, varias veces aplazado, quiere recuperar el mercado perdido El fabricante canadiense pretende conquistar a jóvenes y ejecutivos
iOS 6, Android, Windows 8... y BB10. Muerto Symbian, el vetusto software de Nokia, esos cuatro deberían ser los sistemas operativos con los que se manejará el mundo en los próximos años. Dos de ellos, Windows 8 y BB10, todavía no se han estrenado. El primero se empieza a lanzar ya en móviles y tabletas. Es la gran apuesta de Microsoft para contar con un ecosistema integrado, como hace Apple, que sirva en todo tipo de aparatos, ya sean para uso personal o profesional. Este otoño habrá lluvia de aparatos con Windows.
Para el BB10 habrá que esperar al primer trimestre de 2013. Es la última oportunidad de RIM, fabricante de las BlackBerry, para salir de un túnel que comenzó hace varios años con el retraso de su sistema operativo y con el fallo global, que dejó a millones de usuarios sin conexión durante varios días.
El plazo quizá sea demasiado largo para lo que se suele manejar en un mundo, el de los móviles, en el que cada dos meses se proclama la revolución. En el último trimestre RIM ha registrado unas pérdidas de 180 millones de euros, a pesar de seguir sumando clientes, de 78 a 80 millones. En 2010, según la consultora Gartner, sus casi 12 millones de abonados le daban un 14,8% de cuota de mercado. Este verano, según esta misma fuente, no llegaba al 7%.
RIM, firma canadiense, no puede permitirse otro patinazo. En 2002 nacieron estos adictivos aparatos a los que se engancharon desde estrellas del rock, a ejecutivos, adolescentes y el presidente de Estados Unidos.
El anuncio de BB10 llegó entre acordes y alguna voz por afinar, pero con grandes dosis de humor. Los ejecutivos de la firma canadiense optaron por tomar los micrófonos para presentar en un videoclip casero su tabla de salvación.
El BB10 ya se está mostrando a desarrolladores y periodistas, para que, según el caso, se decidan a crear aplicaciones o lo evalúen. En principio, a los analistas financieros les ha parecido bien, pues la acción ha subido pese a las pérdidas de la empresa. Han valorado que el nuevo sistema operativo, al que la compañía se refiere, en un esfuerzo de ambición, con el término de plataforma, ya se puede tocar. De hecho, han distribuido más de 5.000 unidades de un prototipo de teléfono para probar su facilidad de uso.
Una vez que se asume que el diseño, más cercano a un ladrillo con funda de goma que a un móvil a la venta, no es el del modelo que saldrá al mercado, las sensaciones son bastante positivas pero con sorpresa: el modelo que estrenará BB10 no tendrá teclas. Sin teclas, el primer modelo será sin teclas. “El segundo sí contará con nuestro teclado físico, sabemos que es parte de nuestro ADN y es lo que se espera de nosotros”, insiste un portavoz de RIM.
La primera sensación que se tiene al abrir una aplicación es que la sombra de Android es alargada. “Los programas del sistema operativo de Google se pueden adaptar en pocos minutos con una pasarela que hemos publicado”, proclaman. Pero destaca por ciertos toques de elegancia, como la organización de los iconos en cuadrados, como en Windows 8, o los gestos.
El reproche más repetido por aquellos que dicen adiós a BlackBerry es la falta de aplicaciones. Instagram, por ejemplo, la última adquisición de Facebook, no está en su catálogo. “No está por ahora, pero no podemos contarlo todo ya...”, dejan caer.
RIM no se olvida de sus orígenes, de cuando no era solo el móvil de los ejecutivos, sino también su pasatiempo. Ahora es todavía más sencilla la transición del perfil personal al profesional. “No queremos que se tengan que llevar dos aparatos, sino ser capaces de satisfacer las necesidades de ocio y negocio en un mismo aparato”, proclama el responsable de producto. BB10 es la esperanza.
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