El riesgo puede triunfar
Apple nació con una manera de hacer que encaja con las necesidades gráficas
¿Por qué todos los diseñadores gráficos del mundo solo trabajan con ordenadores Mac? ¿Por qué tenéis ese cuelgue? Muchas veces me lo han preguntado y normalmente la gente piensa que es por el diseño de las pantallas y los aluminios y el blanco y todo eso que se llama estilo Mac. Todo esto no sería suficiente, aunque es importante la estética, sería demasiado banal. Si todos los gráficos trabajamos con Mac y seguimos siendo fieles a esta dictadura es porque desde el principio Apple nace con una filosofía, una manera de hacer que encaja perfectamente con las necesidades y la manera de trabajar del mundo gráfico.
El primer Mac, el Macintosh 128, que se empezó a comercializar, creo, en 1984, fue una revolución. Por primera vez un ordenador lo podía utilizar y comprender cualquier persona en un minuto. Era como un juguete y era para tenerlo en casa, al lado del café. Era como una máquina de escribir en la que, además, podías integrar dibujos muy primitivos con textos.
Ya no necesitabas a un técnico con bata blanca, que era el que sabía cómo funcionaba eso de la informática. No era una máquina solo para la contabilidad, las estadísticas y esas cosas tan serias. Era un juguete inteligente y, sobre todo, intuitivo. Había dibujitos muy pequeñitos, que te indicaban las herramientas de dibujar, borrar, copiar, ampliar o colorear.
Estos pequeños juguetes o máquinas de escribir y dibujar primitivos, evolucionaron muy rápidamente. El Mac 512 doblaba la memoria, tenía una impresora láser y, sobre todo, un programa para maquetar, el PageMaker. Esto empezaba a ser muy interesante.
Yo creo que aquí empezó todo. Los diseñadores gráficos encontraron una nueva herramienta amiga, fácil y fiable. Desde entonces, la filosofía, la calidad, el sistema intuitivo y gráfico de iconos, los programas, el interface, no ha cambiado, simplemente cada año ha ido mejorando. Los Mac han ido creciendo y cada vez son máquinas más seguras y eficaces. Las innovaciones no eliminaban todo lo que ya habías aprendido o guardado. Un nuevo sistema operativo te respetaba tus librerías y seguías con tus cosas, pero siempre mejor.
Apple siempre iba muy por delante de todas las demás compañías informáticas. Seis años más tarde iban apareciendo aplicaciones o sistemas operativos como el Windows que eran malas copias y nada fiables de lo que tú ya tenías en tu Mac.
Esto para un profesional de la cosa gráfica era fundamental. Así se estableció esta relación emocional con la marca. Innovación y fiabilidad. Cada año te sorprendían y te mejoraban tu sistema de trabajar, de vivir. Los Mac, además de ser más bonitos, eran mejores, eran mucho más guais. Esta empresa te abducía de tal manera que pagabas mucho más caro los ordenadores y no te sentías estafado, los pagaban con una sonrisa de total felicidad.
¿Quién estaba ahí detrás? ¿Quiénes eran estos tíos que se adelantaban a tus problemas y te los resolvían mejor de lo que tú hubieras esperado? Tenían que ser muy buenos, sabían innovar, es más, sabían dónde innovar, dónde investigar, cómo montar equipos de trabajo para tareas tan diferentes. Tenían nuevas ideas y sabían cómo ponerlas en marcha.
Vale, sí, pero también sabían cómo comunicarlas, cómo y cuándo venderlas. Bueno, ahora que se ha muerto, todos lo sabemos: detrás siempre ha estado un chico que no acabó la universidad y que no sabía construir ordenadores.
Steve Jobs, Esteban Curritos creo que se llamaría si hubiera nacido en Cádiz. El único que ha conseguido que la gente pague por escuchar música en una tienda donde la gente trabaja para ofrecer aplicaciones para sus productos.
Ordenadores que dibujan, que hacen fotos y películas, máquinas para componer música, grabarla y editarla, teléfonos que te dicen dónde tienes un buen restaurante a veinte metros donde te encuentras, una tableta para leer las revistas con las fotos en alta definición.
Quizás, lo mejor de este chico Steve es que siempre ha sabido crear nuevos productos para mejorar nuestra vida y al mismo tiempo que le paguemos una pasta por sus maravillosas ideas, todo esto sin tener que ponerse una corbata.
El Mac, Pixar, el Next, iPod, iTunes, iPhone, iPad, I love Jobs.
Gracias por saber que el buen rollo, las cosas bien hechas y el riesgo pueden triunfar y conectar con mucha gente. Gracias por hacerte millonario vendiendo inteligencia bella. Adiós.
Javier Mariscal es diseñador.
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