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Cristina García Rodero muestra su última obra cubana

Sergio Caro explica en la reunión de fotoperiodismo de Albarracín sus trabajos en Afganistán

El telón se abrió en la segunda jornada del seminario de fotoperiodismo de Albarracín para recibir a Cristina García Rodero y sus últimos trabajos en Cuba.

"Tendría que haber sido pintora y así empecé, pero una beca fotográfica lo cambió todo en 1974", recuerda García Rodero. Vivía en Madrid con tres hermanas (eran 7 hermanos) todas de una edad parecida, en un pisito donde revelaba, así que los carretes podían aparecer colgados en el baño y el revelador dentro de la nevera, con los conflictos que ello suponía. Desde siempre le interesaron las fiestas. Lo primero que preguntaba, cuando conocía a alguien, era de dónde era y que fiestas había en su pueblo. Y allí iba con sus cámaras. Se estrenó en Puente Genil (Córdoba), pero con tan mala fortuna que no encontró donde dormir, así que pasó la noche en la estación de ferrocarril con dos marineros.

Empieza la proyección. Y el recuerdo vuelve con toda la maestría de su España oculta. El tiempo no pasa por sus fotografías. Siguen siendo tan extraordinarias como el primer día. No se puede elegir una, las quieres todas. Por si esto fuera poco, a continuación, nos muestra lo que será un trabajo sobre Cuba que aún no ha terminado. Ella va y viene por Cuba, hace retratos, se va al Tropicana, a una boda, al campo. Va haciendo, y su ojo sigue siendo especial, mágico, contundente. Su proyección acaba con un multimedia lleno de imágenes y música, hecho por unajoven becaria de Magnum, Eva Filgueiro. La músicaimprime en ritomo de la proyección desu trabajo de María Lionza, la reina del espiritismo venezolano. Es un magnífico resumen del trabajo de 10 años, acudiendo a la cita de unos rituales bajo cascadas de agua, a la luz de las velas, al color de la sangre,llenos de símbolos exotéricos, círculos, formas geométricas, perímetros del cuerpo y también esotéricos, raros, indescifrables.

El otro ponenteempezó siendo una promesa becada por Albarracín, y hoy esun profesional de largo recorrido, Sergio Caro. En su corta vidade fotoreporteroya tiene en su haber premios como el Ortega y Gasset, o el VISA de oro. Une a un desparpajo en su hablar sevillano, una visión muy directa de su trabajo. Le gusta hacer amigos entre la gente a la que fotografía y también de la que encuentra a su paso. Y nos lo cuenta a la vez que proyecta sus retratos. Los de Afganistán, los de las mujeres quemadas, los de los líderes de la zona, el jefe de policía, el jefe talibán y su hijo a quien las tropas norteamericanas quería matar, y lo lograron. A las mujeres quemadas, a esas que casan a los diez años a cambio de diez ovejas, y que luego, hartas del maltrato que reciben del marido y de la suegra, optan por suicidarse con un bidón de gasolina y una cerilla. Alguna sobrevive y Sergio se hace su amigo. La fotografía y le graba en vídeo, Con la ayuda de un intérprete, el relato de la mujer se incluye en un multimedia con fotografías, vídeos, música, entrevistas y relatos. Una nueva forma de trabajar que cada día se está convirtiendo en más popular, sobre todo en Internet.

En su página web, podemos ver tanto su portfolio (fotografías), como los multimedia. Publica en medios impresos, y también emiten sus multimedia las televisiones. Para él "todo es un poco marketing; en estos tiempos que corren es cuestión de saber vender".

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