Dos mundos a unos metros de distancia
El área de Inclusión Digital de la Campus Party trata de acercar la tecnología a quien nunca pudo disfrutarla
Campus Party Bogotá sigue con su vida. Los más de 6.000 metros cuadrados que acogen a los 1.500 campuseros continúan a su ritmo. Decenas de gamers luchando unos contra otros durante horas, talleres en los que aprender los secretos de la robótica o el software libre, conferencias que versan sobre blogging, modding, astronomía, ...
Apenas cinco metros más allá, separados por una cristalera que ejemplifica mejor que nada la brecha digital que existe en todo el mundo, el pabellón de Inclusión Digital (http://www.campus-party.com.co/index.php3?SEC=168&action=HOME&checksum=bcf728bb40db156dc532643fc2c90a12) destina 400 metros cuadrados a los otros colombianos, los que no han tenido la ocasión de tocar un ordenador en su vida, no saben coger un ratón, no entienden de sistemas operativos, redes sociales ni banca electrónica: un área abierta a cualquier visitante que busca propiciar un primer contacto entre persona y máquina que prevé recibir 8.000 visita hasta su clausura, el próximo domingo.
Offray Luna coordina el área de Inclusión Digital con el objetivo de confrontar lo analógico y lo digital. Este profesor de universidad asimila el rechazo que las matemáticas producen en ciertos alumnos al que muchos de estos desconectados presentan contra la tecnología.
La carpa donde se realiza este bautizo digital está dotada de 100 ordenadores en los que un tutorial desarrollado por Futura Network (empresa organizadora de Campus Party) y la Fundación Telefónica enseña al alumno a enfrentarse al ordenador: desde cómo manejar el ratón hasta integrarse en una red social, pasando por el correo electrónico y la banca on line. 40 minutos en los que aprender todo. ¿Demasiado?
Luna acepta que es complicado que un usuario que parte de cero (y cero quiere decir que es la primera vez que ve un ordenador) complete los ocho grupos de actividades que componen el tutorial; en realidad, algunos no terminan el primero y pierden el interés tras 10 ó 15 minutos de esfuerzos poco fructíferos. "No importa", asegura el coordinador, "porque lo que buscamos es dar la oportunidad de un primer contacto a quien no la tendría de otra manera; es preferible ese desencuentro a que no exista ningún tipo de encuentro".
Pero la frontera sigue ahí, escenificada por la cristalera que separa dos mundos que son mutuamente ajenos. Luna reconoce ciertos fallos, pero ya trabaja para resolverlos en una próxima edición que espera que se produzca en 12 meses. "Hay que adecuar los ritmos del proyecto a las personas a las que va dirigida" porque no es lo mismo programar una actividad para usuarios muy poco preparados que para los que no lo están en absoluto: "las diferencias en los primeros estadios de aprendizaje son abismales".
Pero, además, Offray Luna cree que hay que acercar las dos realidades que estos días se dan cita en el ferial bogotano, tratar de que aquellos que dominan la tecnología con una gran soltura apadrine, aunque sea durante unas horas, a tres o cuatro ancianos y les enseñe, "que las redes sociales analógicas y digitales se cohesionen".
Inclusión digital para cerrar la brecha
Una de las áreas anexas a la Campus propiamente dicha que más éxito tiene es la de Inclusión Digital. Con la colaboración del Ayuntamiento de Bogotá y la Fundación Telefónica, una gran carpa de 400 metros cuadrados se ha dotado con más de 100 terminales donde, con la colaboración de un grupo de voluntarios, personas que nunca han tocado un ratón, que no saben lo que es Internet y que jamás han oído hablar de una red social reciben un Bautizo Digital, un primer acercamiento a la tecnología.
La idea es buena, el planteamiento adecuado, pero quizá no está bien resuelto. ¿Hasta qué punto es realmente útil sentar a un anciano delante de un PC durante unos minutos? Está claro que no es más que una primera toma de contacto; y no será tiempo y dinero perdido si las personas que asisten en oleadas a la carpa pueden continuar con el proceso de aprendizaje.
Precisamente hoy, la Campus ha recibido la visita del alcalde de Bogotá, Samuel Moreno. El regidor se ha dado un baño de multitudes y ha asistido al bautizo digital de un grupo de ancianos de dos albergues municipales.
Moreno se ha comprometido a seguir luchando para cerrar la brecha que separa a los distintos grupos sociales de Bogotá y de todo Colombia, mucho más acusada que la que se percibe en España.
Eventos como Campus Party y proyectos de inmersión como el que aquí se está desarrollando pueden ayudar.
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