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Aparatos elegantes y fáciles que atraen a la mujer ocupada

El sector de la electrónica ha acabado aceptando que muchos de los productos electrónicos están pensados para el hogar, generalmente controlado por las mujeres

Hace unos ocho meses, Nancy Duarte, de 44 años y consejera delegada de Duarte Design, compró un Apple MacBook. Pronto descubrió lo útil que resultaba su cámara digital unida al programa iPhoto Mac, que vierte las fotos en la pantalla del ordenador portátil con un solo toque. Poco después, creaba DVDs con diapositivas y vídeos, y cayó en la cuenta de que ahora varios fabricantes "crean bolsas realmente bonitas para llevar el portátil".

Duarte, fundadora de una empresa de tecnología de presentaciones de Silicon Valley, se enamoró de sus aparatos de altas prestaciones. Sus sentimientos básicos acerca de la tecnología de consumo no cambiaron. Lo que cambió fue el diseño de los productos. Eran fáciles de utilizar, y eso la atraía.

"Las mujeres estamos más ocupadas que los hombres", opina. "Y no nos gusta suficientemente la tecnología como para sentarnos y pasar dos horas con un manual como si fuese un rompecabezas. A los hombres eso les resulta muy gratificante. Yo prefiero leer un libro". Duarte representa a un número creciente de mujeres que están acercándose a la electrónica de consumo en la misma medida en que las tecnologías les tienden la mano a ellas. Tras esta revolución pacífica se encuentran ingenieros y diseñadores que aportan una sensibilidad más femenina a productos históricamente modelados por los gustos, las necesidades y los hábitos masculinos.

Normalmente , dar un toque femenino a un producto electrónico de consumo significaba poco más que crear una versión en color rosa o pastel. Y algunos minoristas confirman que ese tipo de comercialización aún persiste. Pero feminizar la tecnología guarda más relación con los elementos fundamentales del producto, a menudo expresados en su facilidad de uso. No siempre van dirigidos exclusivamente a las mujeres, pero éstas se sienten cómodas con ellos. El impacto se está notando. De acuerdo con NPD Group, una empresa de análisis de mercado, las mujeres han comprado en los primeros cuatro meses de este año más de la mitad de las cámaras digitales, frente al 48% de hace un año.

Recientemente , Nikon y Olympus presentaban líneas de cámaras digitales reflex de una sola lente más compactas y fáciles de usar. Las cámaras, suficientemente pequeñas como para caber en un bolso de mano, se diseñaron con las mujeres en mente porque tienden a ser las que se ocupan de guardar los recuerdos familiares. Hay otros toques más sutiles, como el mayor espacio entre las teclas de una nueva agenda electrónica ultraportátil de Sony. Se acomoda mejor a las uñas largas que tienden a llevar las mujeres.

Algunos de los teléfonos más recientes fabricados por LG Electronics tienen el enfoque automático de la cámara calibrado según la longitud del brazo. En general, el sector de la electrónica de consumo ha acabado aceptando algo muy obvio: que muchos, quizá la mayoría, de los productos electrónicos están pensados para el hogar y el hogar en general está controlado por las mujeres, independientemente de que en él vivan o no hombres y niños, dice Robert F. Gee, vicepresidente de mercadotecnia en Coby Electronics, con sede en Queens, Nueva York.

"Ahora las mujeres toman más decisiones", comenta Gee. "Cuando salieron al mercado los primeros televisores de pantalla ancha, todo se centraba en los deportes. Ahora se piensa más en prestaciones orientadas a ver películas". Coby ha empezado a dirigirse más directamente a las mujeres anunciando en la revista Cosmopolitan algunos de sus productos, como un reproductor de DVD portátil con dos pantallas para el coche. El "factor de aceptación del cónyuge" es una expresión utilizada en Digital Advisor (www.digitaladvisor. com), una página de información y venta por Internet dedicada a la electrónica de consumo de Cambridge, Massachusetts. Y ese cónyuge normalmente es una mujer.

Energizer, el fabricante de pilas, ha creado un cargador para cada sexo. El Dock & Go, que cuesta 25 euros, está destinado a los hombres. Las dos vainas, negras y grises con un adorno brillante, sujetan cuatro pilas cada una. Se enciende una luz roja cuando están cargando y una amarilla cuando ha finalizado el proceso. El segundo aparato es el Easy Charger y cuesta 15 euros. Es compacto, redondo y se vende con carátulas intercambiables en colores plata, negro y marrón claro, que ayudan a combinarlo con los electrodomésticos de la cocina. Grandes lectores con diodos emisores de luz indican qué está haciendo el cargador de encimera en cada ciclo.

Las pruebas realizadas con grupos indicaron que a los hombres no les gustaba el Easy Charger, porque aparecen mensajes para decirles lo que ya creían saber, comenta Mandy Iswarienko, encargada de productos recargables de la marca. "Descubrimos que el modo de usar los cargadores es muy distinto", dice. "Ella quiere que sea comprensible al instante".

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