24 horas 'colgado' en la red
Crónica del naufragio de un navegante corriente que durante un día quiso sobrevivir con todo lo que ofrece Internet
[Reportaje publicado en Ciberpaís el 2-7-1998]
16.00 horas.
Solemne inauguración de un pantano . El tipo que firma estas líneas se propone permanecer conectado a la red durante 24 horas. Serán 24 horas del siglo XX, tal y como quedaban formuladas en un reloj de bolsillo del siglo XIX que tenía mi abuelo, y en cuyo reverso se podía leer esta inscripción: "Ocho horas para trabajar, ocho para vivir, ocho para descansar". Estos tres conceptos aplicados a la red -siglo XXI-, los entiendo así: el trabajo es lo que se define como tal en el Génesis -leer el Génesis, capítulo the party is over. La versión del concepto vivir, implicaría (a) una noción científica del concepto vida -alimentarse, crecer y, si se tercia, reproducirse, todo ello a través de la red-, y (b) una noción más sign of the time, integrando el concepto ocio en el capítulo que en el reloj de mi abuelo se aludía bajo el epígrafe vivir. En cuanto al concepto descansar, me inclinaré por la versión clásica del asunto, de manera que en algún momento de la noche echaré alguna cabezadita. Son las 16.00 horas del viernes. Queda inaugurado este pantano, en el que me sumerjo. .
18.00 horas.
El monstruo del pantano se informa . Lectura de un diario digital. Me meto en un debate lingüístico sobre la lengua castellana. Tiene su miga, pues en la red es donde más información por minuto cuadrado consigues, pero la consigues en un inglés y en un castellano extremadamente mangui. Meditación: posiblemente, el mangui será la lengua del futuro. Entre tantas opiniones de enamorados de la propia lengua, leo una opinión de un participante que reclama a las lenguas operatividad, rechaza en ellas épica y se plantea el castellano en términos antitriunfalistas. Por la firma de ese caballero constato que vive en las antípodas, por lo que llego a la conclusión de que mi opinión en el tema está en las antípodas. Me conecto a una revista suramericana sobre cultura hispana. Es tan lenta que en la espera me pongo apocalíptico y llego a pensar que esa revista sobre nuestra cultura es una metáfora de nuestra cultura: tarda tanto en cargarse que nunca sabes si está cargada. Me meto en un asunto que me interesa: el archivo no tiene ningún documento. .
20.00 horas.
Jardiel revisitado. Hoy me ha llegado a casa por correo ordinario un catálogo de una librería de viejo en Alcoi. Hay un título de Jardiel Poncela -Tres comedias con un solo ensayo-, editada antes de que al autor se le practicara la censura king-size de las ediciones posteriores a 1939. Me decido por él. Es un tipo que en los años treinta se dedicaba a crear humor con la técnica y la vida cotidiana -en el siglo XX, lo mismo-. Por ejemplo, en una novela hace una comparación de 10 puntos entre los automóviles y las señoritas. Sólo recuerdo un punto: tanto la mujeres como los automóviles gastan unos zapatos carísimos -chiste jardiel-imternauta: las señoritas e Infovía se parecen en que, de tres intentos, en el mejor de los casos conectas uno-. Bueno. Le digo al librero que me lo envíe por Seur 10, para poder seguir trayecto por ordenador. Correo del librero: por tres minutos ha perdido la camioneta del reparto. Mala suerte. Me meto en una librería de mi ciudad. Me ofrece un paseo virtual por la librería. Yo ya hacía esos paseos virtuales cuando era estudiante, no tenía un duro y paseaba e iba a esa librería. Cuando intento acceder a este nuevo paseo, aparecen las letras File not found, tan frecuentes en la vida en general antes y después del invento de la red. Busco otra librería. Mientras curioseo, me encuentro con una web dedicada a un autor de masas español. Me meto. Desde el año pasado la han visitado 105 usuarios. Meditación: ¿Internet es cultura gráfica o visual?; ¿Internet se lee o se mira?¿Qué género es Internet?
21.30 horas.
El secreto no está en nosotros, la masa. Estoy como el perrito de Pávlov. Es preciso comer algo -epígrafe vivir-. Me voy a El Corte Inglés (www.elcorteingles.es). Mi intención es llevar el epígrafe vivir a su máxima expresión y conseguir una cajita de ostras y una litrona de Chablis. Accedo a la web. Nestcape me informa de que, aunque El Corte codifique los datos que he de intercambiar, Nestcape no autoriza la operación, si bien es válida -meditación: el derecho en el siglo XXI girará en torno a la ilegalidad antes a la legalidad-. Para explicarme todo ello, Netscape me llena la pantalla de mensajes -nota mental: no se debe de saturar de mensajes a un hombre hambriento; queda feo y de postguerra-. Tras algunos minutos, consigo creer que consigo algo. Relleno una pantalla con mis datos. El Corte Inglés me comunica que se pondrá en contacto conmigo. Lamentablemente, mi límite de esperanza de vida es, lo dicho, de 24 horas. A estas alturas tengo tanto hambre que me comería una cookie de las que chulean mi pantalla. Varios intentos inútiles de acceder a algo comestible. A estas alturas ya no tengo dignidad y telefoneo a uno de mi barrio. Media hora después, llega una pizza. Meditación: gracias a la red, he conseguido cenar en mi barrio, algo que no hago desde hace días. .
24.00 horas.
¿Hay alguien al otro lado? Me voy de tertulia. Un amigote me recomienda www.ole.es/OleChat/Ocio/mas40.htm. Se trata de una edad / franja horaria que desconozco. Puede ser divertido. Voy para allá. Tardo la tira en cargar la página; cuando lo hago, la línea, el servidor o mi karma se ponen flamencos y el modem se desconecta a gogó. Me conecto. Me desconectan. Y así. Sensación: estoy pagándole la segunda residencia a algún chico de Telefónica. En todo caso, en los breves segundos en los que consigo acceder a la tertulia, puedo leer alocuciones como "aún no me he decidido", "debería pensarlo", con lo que, glups, me llevo la impresión de que las cosas no cambian mucho con la edad. Me voy a mi RC, me meto en un canal. Cuando lo hago, parece que en la tertulia hayan empezado a sonar las lentas: nadie dice nada. Consigo hablar del clima argentino con un señor de Rosario, que me comunica que en Argentina es invierno. Como todos los años en estas fechas. Cambio de canal. Las conversaciones van avanzando o paralizándose con más o menos gracia -la gracia y la desgracia existen hasta en una conversación de ascensor-. Las conversaciones evolucionan hasta llegar al tema voglio una dona, tan popular en todo el mundo a las tantas de la madrugada, como es el caso. Por fin, en un canal descubro a un señor que tiene una señora. O al revés. O algo así. Escriben en mayúsculas. Es decir, se gritan. La vida es muy rara. Por otra parte, tengo la ventana abierta. Vivo encima de una terraza. Cuando abro la ventana escucho lo que se dice. En el tiempo que llevo viviendo aquí, nunca he escuchado una conversación. He escuchado ja-jás y ruido. La vida es como un chat o un chat es como la vida. No sé si siempre ha sido así. .
3.00 horas.
El lado oscuro de la fuerza. En la red como en la vida cuesta conocer al otro. El otro es el señor o la señora que comen al lado de tu mesa en un restaurante. Saber algo de "el otro" es grande. El otro no es estadística, así que me voy a ver páginas sobre el otro, que son lo contrario de la estadística. Llego a www.megapsicho.com, por lo visto, la esperanza blanca y peninsular del otro, es decir, de lo oscuro, es decir, de lo que algunos chicos listos denominan psiconet. De hecho, es una página llena de grandes expectativas al respecto -vamos, que está en construcción-. Sigo con la línea en www.grammas.com, página gratuita dedicada a exponer pics de tu, glups, vecina. Dentro de esa línea, visito www.dangerdave.com.au/owtop25/, un directorio con más de 100 enlaces consagrado al tema del otro / la otra. Algunas fotos son festivas, otras todo lo contrario y otras lo contrario de lo contrario, es decir, que no se entiende la expresión del rostro de esa señora. Accedo a la dirección www.netcomuk.couk/~lroe, la página de una señora de ¿50? que asegura tener 36 tacos, se pone unas medias de cuando bombardeaban Dresde y se saca fotos. Ofrece cuatro tipos de servicios: sus fotos, su fotógrafo, un CD y, guau, cualquier otro servicio. Me suscribo a su servicio fotográfico, me dice que se pondrá en contacto conmigo en 24 horas, como El Corte Inglés. En sus páginas abiertas al público, la señora de ¿36? ¿50? aparece en algunas ocasiones riéndose de la Luna y en otras francamente cabreada.
Por cierto, sus medias las venden en www.touchable.co.uk.com. En el catálogo aparece como modelo la -digo yo- segunda esposa del fabricante, recién salida de un tute de bingo. En las fotos, parece que haya venido de una fiesta, que se haya quitado ya el vestido y que esté criticando al resto de señoras mientras se corta las uñas. Busco webcams por Altavista y llego a un directorio de cámaras. Caigo en http://com.to/cam@home, donde hay una señorita durmiendo en su habitación. Como un angelito. Lo contrario de la intimidad, en el futuro, puede ser la intimidad. .
8.00 horas.
Cómo ganar tu primer millón de dólares . Me voy a hacer business. Eso tiene mérito. La única vez que me sentí protagonista de una acción que repercutía positivamente en mi economía fue en la adolescencia, un día que me colé en el metro y me ahorré el billete. Bueno. Ahí voy. Más concretamente a http://surplus.net, un listado de objetos, productos y empresas. Tu seleccionas, pongamos, un producto, lo adquieres, pagas IAE en Mónaco y en cuatro días te pones las botas. En www.virtualbargain.com. venden gangas [sic]. Supongo que el negocio está en comprar gangas y venderlas a precio de coleccionista. En un buscador de la página me intereso, consecuentemente, en comprar vaqueros a precio de ganga. No tienen. Bajo el listón y me decido a comprar patatas. Por lo visto, las últimas se las llevó la señora que vino antes. Me voy a www.webpointers/whats4sale. Se trata de un buscador que, una vez que has seleccionado un producto, te ofrece el más barato del mercado virtual. Solicito una campana extractora. Me sale barata, si descuento el billete de ida y vuelta a EE UU para ir a buscarla. .
12.00 horas.
El mundo es una cascada de colores. O no. Esto está tocando a su fin. En parte porque empiezo a creer que si sigo con todo esto, mi esperanza de vida virtual de 24 horas dejará de ser sólo virtual. Tengo los ojos de ese rojo que la industria cosmética siempre ha querido conseguir para los labios. Me duele la cabeza y he perdido completamente la paciencia, de manera que cuando un Java me bebe más tiempo que la reina de Java, me voy. Aun así, he intentado acceder a cierta frivolidad.Consulto mi correo. Un amigo me invita a su boda en San Francisco. Me he ido a iberia.es y he intentado comprar un billete para San Francisco en oferta. No existe. Lo he encontrado para Los Ángeles. Pero su precio no estaba ofertado, lo cual no deja de tener su cosa positiva, pues lo tendría que haber comprado para salir hoy, tres meses antes de la boda, con lo que su mujer me hubiera cogido manía. Me he ido a cnn.com. La gran noticia del día tiene que ver con Clinton y con China -China es un país, no una señorita-. En www.cnnespanol.com la gran noticia es que Argentina ha accedido a los octavos de final del Mundial, de lo que se desprende que lo de Clinton y China es, a su vez, otro match. El librero al que pedí el libro de Jardiel me telefonea al móvil. Que si le había pedido una gramática de la RAE. Bueno. En fin. Meditaciones de urgencia: (a) es terrible estar 24 horas haciendo lo mismo, aunque ahora que lo pienso, en general uno se pasa 24 horas haciendo lo mismo. (b) En la red hay servicios que resultan lentos y poco efectivos, aunque, de hecho, sucede lo mismo en la vida civil. (c) Nunca acabas -o empiezas- a conocer a tu interlocutor en la red, si bien eso también sucede en la vida de los adultos. Y (d) la red es, posiblemente, algo muy parecido a la vida tal y como nos la encontramos cuando vinimos. Pero también es algo muy diferente. .
16.00 horas.
Me voy a la ducha.
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