Carlos Jiménez: "Probablemente los antivirus se acaben cuando Microsoft los meta en Windows Vista"
El presidente de Secureware y creador de uno de los primeros antivirus de la historia señala que "todo se puede mejorar"
Han pasado ya más de 16 años desde que Carlos Jiménez programó uno de los primeros antivirus de la historia en la empresa que fundó tras finalizar sus estudios de Telecomunicaciones. Pero la pasión que entonces sentía por su trabajo no parece haber desaparecido. Su intervención en la tercera jornada del Internet Global Congress (IGC 2006) de Barcelona ha sido toda una invitación a la valentía en los negocios, una apuesta por quienes sueñan con que todo puede mejorarse, por las empresas española y los investigadores que ellas trabajan.
El presidente de Secureware -que ha trabajado en asuntos de seguridad informática para la OTAN, diversos ministerios españoles o el proyecto de decodificación del genoma humano-, ha partido de su experiencia personal para animar a los investigadores españoles a confiar en su valía y arriesgarse a innovar. "Si no se juega a ganar o merece la pena jugar, sólo fracasa el que no lo intenta".
Anyware, la empresa de seguridad que Jiménez fundó en 1989, fabricó uno de los programas antivirus más utilizados en la primera mitad de los noventa, hecho que motivó su adquisición por parte de McAfee por 12 millones de euros.
"Un precio bajo", según afirma, "pero creía y creo que los antivirus no seguirían valiendo" tras la llegada de Windows 95, un sistema operativo que definitivamente conectó a Internet millones de ordenadores. Hoy, los programas que protegen a los internautas frente a posibles infecciones siguen siendo necesarios, pero el director general de Secuware cree que "probablemente los antivirus se acaben cuando Microsoft los meta en Windows Vista".
Puede parecer una apuesta arriesgada, pero es precisamente a eso a lo que Jiménez animó ayer a los asistentes al IGC, a arriesgarse a crear empresas, a soñar con que pueden hacer buenos productos, y ponerse a trabajar para hacerlo realidad. "No son las empresas las empresas las que innovan, son las personas, porque éstas son las que sueñan. Para innovar hay que pensar de manera irracional, creer que todo se puede mejorar".
Según su tesis, en un entorno como el tecnológico, en el que todo cambia, los españoles tienen grandes posibilidades de éxito, pues "tienen unos conocimientos amplios, que no se limitan a un solo tema, y una gran capacidad para improvisar, nos adaptamos al cambio fácilmente". Lo único que se echa de menos, asegura, es la actitud. "Yo creo en la profecía autocumplida, en eso de que si uno cree que algo puede pasar, acaba sucediendo", explica.
Sobre el futuro de la tecnología, Jiménez ha afirmado que es necesario evitar que ésta nos deshumanice, intentar que sea aquélla la que se haga más humana. El ser humano necesita amor, y por eso, afirma, "acabaremos construyendo máquinas que nos hagan sentir más queridos".
"Yo me pierdo siempre con el coche, y aunque me compré un GPS muchas veces se me pasa la calle. Lo que me gustaría es que el sistema, en lugar de repetirme la ruta, se disculpe por no haberla mostrado de forma que yo la entienda, que se anticipe a mi frustración y me consuele.
Interrogado sobre el elevado nivel de inmigrantes que llegan a nuestro país todos los días, el director general de Secuware responde que se trata de "una extraordinaria oportunidad para innovar", y recuerda que EE UU ha crecido muchas veces gracias al impulso que le dieron personas llegadas de otros países en busca de una oportunidad. "Me encantaría que para América Latina, España fuera como EE UU fue para Europa en el pasado".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.