PartyGaming se desploma en bolsa

El rápido crecimiento registrado en los últimos tiempos en el sector de los juegos y apuestas por Internet se frenó súbitamente el martes con la fuerte caída de la mayor empresa del sector, PartyGaming. Las acciones del grupo, que tiene su sede en el paraíso fiscal de Gibraltar y genera un 90% de sus ingresos de las partidas de póquer por Internet, se depreciaron ayer un 33%.

El valor de las acciones de PartyGaming experimentó un crecimiento meteórico desde que ésas comenzaron a cotizarse en la Bolsa de Londres el pasado junio. La salida a Bolsa estuvo rodeada de polémica ya que algunos expresaron su preocupación por la situación legal ambigua del juego por Internet en Estados Unidos. La empresa 888.com., que el periódico califica como "el mayor casino por Internet del mundo", salió también a Bolsa la pasada semana. La posterior caída de sus acciones ha afectad también negativamente a los títulos de otras empresas del sector. Empire Online perdió un 11% de su valor, y Sporting Bet, más de un 16%.

En un comentario editorial, Financial Times dice que "se ha acabado la fiesta" para los accionistas de PartyGame, empresa que controla más del 60% del mercado de los juegos de póquer por Internet. Según el diario, la caída ha alimentado los temores del carácter pasajero de la moda de los juegos por Internet. Afirma que los inversores han decidido poner su dinero en empresas cuyos modelos de negocios, idénticos, están, sin embargo, sin probar.

La consultora estadounidense Christiansen Capital Advisors ha calculado que las apuestas del mercado global de juegos por internet totalizarán este año unos 10.000 millones de dólares, de los que cerca de la mitad proceden de Estados Unidos. Pero ese es el mayor riesgo, señala Financial Times, ya que si bien aproximadamente un 45% de las apuestas por Internet las hacen jugadores residentes en Estados Unidos, el ministerio de Justicia de este país considera ilegales ese tipo de apuestas.

Las empresas no estadounidenses del sector sortean esa dificultad operando desde otros países, pero el ministerio de Justicia ha actuado contra los medios de comunicación donde aquéllas se anuncian o contra las compañías de tarjetas de crédito que gestionan los pagos.