La importancia de pensar en el lector
Hay quienes se plantean las páginas en Internet como actos de creación ajenos a sus visitantes. Hay quienes observan a las personas y crean páginas web que cubren sus necesidades.
He pasado gran parte de mi vida adulta alrededor de personas que escriben. He conocido a muchos autores excelentes que son muy escépticos sobre el hecho de escribir para una audiencia. Prefieren crear lo que las personas necesitan leer en lugar de lo que quieren leer.
Algunos escritores sienten que la simple idea de ser famoso degrada el arte de escribir. Creen que el autor tiene que ser honesto con su visión y no debe dejarse influir en ningún modo por lo que piensen los demás.
He conocido a escritores tanto en entornos literarios como de negocios que no dedican un segundo a pensar en el lector. En realidad, se olvidan de que lo que escriben eventualmente se lee. De hecho, según mi experiencia, una gran parte del contenido que se produce en organizaciones se crea sin analizar realmente quiénes lo van a leer o por qué lo querrán leer o qué harán después de leerlo.
He conocido a programadores que crean aplicaciones sin entender realmente a las personas que las usarán o por qué las usarán. En todo este olvido hay un lado muy positivo. Escritores y programadores ajenos al público pueden producir innovaciones, cosas que nadie sabía que las quería hasta que se las ponen delante.
La parte negativa de ignorar al público es que existe una gran posibilidad de que el resultado final sea ilegible e inútil. Hoy en día la usabilidad está muy extendida, no porque la Red esté repleta de páginas muy fáciles de manejar, sino más bien todo lo contrario. La Red está llena de contenido que podría funcionar mucho mejor, y de programas con el enfoque correcto pero una pobre aplicación.
Estos problemas han sido totalmente admitidos, y en los próximos cinco años vamos a ver mejoras enormes en la calidad de la navegación por Internet. Por supuesto que muchas páginas no mejorarán, pero están abocadas a ser los restos abandonados de la Red.
Ahí fuera hay muchísimos grandes escritores y programadores que deben convencerse de que anteponer a las personas es la esencia del éxito de una página en Internet. Demasiados proyectos de contenido y de programación arrancan sin una idea clara de quién es la audiencia.
Se crea demasiado contenido dentro de organizaciones sin una idea clara de su propósito. El contenido en la Red tiene dos objetivos principales. El primero es comunicar conocimiento al lector; el segundo es hacer que el lector sea más propenso a actuar partiendo de ese conocimiento.
La prueba definitiva del contenido en Internet es lo que el público hace después de leerlo. Esto supone un cambio enorme para muchos autores para quienes el objetivo final es la consumación del artículo en sí. Sin embargo, éste es un cambio que se debe producir como sea si se quiere que el contenido en Internet sea más efectivo.
El contenido en la Red debe conseguir que el lector actúe como quiere el autor. Si no es así, falla. ¿Qué quieres que haga tu lector después de leer tu contenido?
(Traducido por Snap Comunicación)
La columna semanal "New Thinking", de Gerry McGovern, se publica todos los martes en ELPAIS.es.
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