Las motos de bolsillo invaden las calles de San Francisco
Suelen ser fabricadas en China y sus precios oscilan entre los 200 y los 1.000 dólares
El juguete de moda en California sólo pesa 20 kilos pero alcanza los 60 kilómetros por hora: se trata de motos "de bolsillo" que se han convertido en lo más de moda entre los adolescentes y una pesadilla para la policía. Las réplicas perfectas y diminutas de sus respectivas hermanas mayores miden unos 90 centímetros de largo, 38 de ancho y 45 de alto, y se venden con motores eléctricos o de gasolina.
Numerosas calles de San Francisco -entre las que no se encuentran, por cierto, las emblemáticas cuestas- se han convertido de la noche a la mañana en un campo de pruebas que los adolescentes recorren sin descanso como payasos de circo en un triciclo, porque sus rodillas están prácticamente a la altura de las orejas.
Estas motos -la mayoría fabricadas en China- pueden encontrarse en la sección de juguetes de grandes almacenes como Wal-Mart o en tiendas especializadas por precios que oscilan entre los 200 y los 1.000 dólares, aunque existen modelos mucho más caros. Una búsqueda con los términos "motos de bolsillo" en eBay, la popular página de subastas por Internet, arrojaba el lunes más de 2.600 resultados, la mayoría modelos fabricados en China.
El hecho de que el juguete no disponga de luces, intermitentes o bocinas, por no hablar de un sistema adecuado de frenos, y de que su tamaño pulga coloque la frente del conductor a exactamente la altura de los parachoques, no parece ser impedimento. Algunas marcas, como la "Razor Pocket Rocket", con un motor eléctrico que "sólo" permite correr a 25 kilómetros por hora, advierten de que el producto está diseñado para entornos controlados y no para calles o aceras públicas.
"Mini Ángeles del Infierno" en San Francisco
Otros fabricantes incluyen en sus páginas web vídeos promocionales que muestran a usuarios circulando alegremente por las calles e informan de que en la mayoría de los estados no es necesario comprar un seguro ni registrar el vehículo. No es el caso de California, donde su uso en carreteras públicas es ilegal y además debe ser registrado, como todos los vehículos a motor.
En San Francisco, la devoción por las minimotos ha llegado a tal extremo que ya existe un grupo de "Mini Ángeles del Infierno". Sólo que, en lugar de fornidos hombretones con chaquetas de cuero a bordo de Harley Davidson, son chavales de 12 ó 15 años los que machacan los oídos de los peatones.
Parte de la emoción de conducir las minimotos parece ser la proximidad con el suelo. Como señaló a EFE el joven piloto de San Francisco William Andrews, es precisamente el peligro lo que convierte a estos vehículos en una experiencia emocionante. Andrews, que conduce su bólido sin casco y con chanclas, lo explica así: "Estás a sólo unos centímetros del desastre".
Multas de 250 dólares
"Se han convertido en la moda del verano, son una auténtica plaga", dijo Kit Crenshaw, del departamento de policía de San Francisco, a la prensa local. Este departamento señala que ya han comenzado a ocurrir accidentes. El 9 de junio, un joven de 14 años que conducía en dirección contraria se estrelló contra un todo terreno en un choque que estuvo a punto de resultar fatal.
La semana siguiente, la policía de carreteras de California emitió una orden especial en la que recordaba que es ilegal conducir estos vehículos en lugares públicos y pidió a sus agentes que prestasen especial atención en San Francisco y en Los Ángeles, las ciudades donde la moda ha aterrizado con más fuerza. A pesar de que las multas por conducir el vehículo en las vías públicas pueden superar los 250 dólares, la plaga parece difícil de frenar.
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