La Mesa Antipiratería pide a los consumidores que hagan de 2004 el 'Año original'

"Sé solidario, sé legal. Pirata no. Tenlo claro", es uno de los lemas que la Mesa Antipiratería ha presentado hoy como claves en la campaña que desarrollará en el año 2004, el que ellos llamarán Año original para evitar que España siga siendo uno de los diez países más afectados por este problema en el mundo.

Según los datos que maneja esta agrupación en la que están presentes todas autores, artistas, productores y comerciantes, el índice de piratería en España alcanza el 47%, sólo superado por Grecia e igualado por Italia dentro de la UE. El número de actuaciones policiales en España contra el problema aumentó un 75% en 2002 respecto al año anterior. Pero no es suficiente.

La copia ilegal de discos ha crecido durante 2003 más que en ningún otro de los Quince y ha llevado a que 130 tiendas de discos echaran el cierre. A ello se añade la descarga de irregular de archivos en Internet: el 23% de los hogares españoles se baja de la Red archivos protegidos por la propiedad intelectual. Aproximadamente, las tres cuartas partes del tráfico se produce a través de servicios de intercambio de productos culturales. De igual forma, las pérdidas por la piratería de programas informáticos (que alcanzan el 47%) son de 97 millones de dólares; en el caso del sector audiovisual se elevan a 25 millones de euros.

Ante esta situación, la Mesa Antipiratería lanza su campaña Año original a través de anuncios y lemas, especialmente dirigida a un público joven (de 14 a 40 años) y a instituciones públicas, poniendo el acento en el perjuicio que causan los delitos contra la propiedad intelectual a la calidad y el futuro de la cultura y los empleos vinculados a este importante sector de la industria española.

"Si las productoras no pueden pagar hay mucha gente que se queda sin trabajo", destacó el actor Javier Cámara hoy, mientras que Amparo Climent leyó el discurso de Pilar Bardem, presidenta de la Mesa pero ausente hoy por enfermedad. El discurso detalla cómo "la cultura es especialmente vulnerable a la piratería, que valiéndose del mínimo coste reproduce obras protegidas".