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La reina de Inglaterra pierde Nueva Zelanda en el ciberespacio

La OMPI rechaza la reclamación de Isabel II sobre el dominio newzealand.com y falla a favor de una empresa estadounidense

La reina Isabel II de Inglaterra, actuando como jefe de Estado de la antigua colonia británica de Nueva Zelanda, acaba de perder el litigio en el que reclamaba a una empresa estadounidense la devolución del dominio newzealand.com. La corona había ganado dos meses antes un pleito en el que arrebató el dominio newzealand.biz a un empresa filipina.

Más información
Resolución de la OMPI sobre el dominio Newzealand.com:
Resolución de la OMPI sobre el dominio Newzealand.biz:

Nueva Zelanda es una monarquía constitucional perteneciente a la Commonwealth que mantiene a la reina de Inglaterra como jefe de Estado. La denuncia ante la Organización Mundial para la Propiedad Intelectual (OMPI) estaba firmada por "Su Majestad la Reina, en el uso de su gobierno en Nueva Zelanda" y argumentaba que este país posee la marca registrada de su nombre, que éste debe pertenecer a sus ciudadanos e instituciones, y que la empresa propietaria actuaba "de mala fe".

El sitio web newzealand.com pertenece a la empresa Virtual Countries, ubicada en Seattle (EEUU), y ofrece información turística bajo el lema Su ventana a Nueva Zelanda. Esta empresa negó las acusaciones de la corona y arguyó que el país no posee la marca registrada de su nombre.

Virtual Countries mencionaba también en su defensa un caso anterior en el que la propia OMPI negaba que Nueva Zelanda tuviera la marca registrada de su nombre. No obstante, este organismo accedió a las pretensiones de la reina, porque entendió que la empresa filipina propietaria del dominio newzealand.biz actuaba de mala fe.

En esta ocasión, los tres árbitros neutrales designados por la OMPI para estudiar el caso han dado la razón a Virtual Countries al concluir que Nueza Zelanda no ha registrado su nombre como marca comercial, por lo que no puede reclamarlo legalmente. Además, entienden que la empresa propietaria no actúa de mala fe en el ejercicio de su actividad comercial, por lo que deniegan la solicitud británica.

La reina de Inglaterra podrá recurrir esta decisión en los próximos diez días.

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