Los replicantes no pueden tener correo electrónico
Las compañía de mensajería en Internet han desarrollado tests especiales que todo usuario debe aprobar para tener una cuenta de 'e-mail', con el objeto de diferenciar a las personas de los robots
Un galápago yace boca arriba en el desierto, y usted no le ayuda, así que agoniza y muere abrasado. ¿Qué siente usted? Con ésta y otras preguntas, por ejemplo sobre su madre, unos agentes especiales llamados blade runner detectaban a unos robots idénticos a los seres humanos y los eliminaban. Así sucedía en el futuro imaginado por el director de cine Ridley Scott, y algo parecido ocurre ahora en la realidad, después de que las compañías de correo electrónico hayan instalado un test para asegurarse de que usted, sí, usted, no es una máquina, y por tanto puede tener una dirección de correo en Internet.
Puede que haya intentado abrir una cuenta de correo en Hotmail (servicio de mensajería electrónica de Microsoft), Yahoo o Terra (de Telefónica). Habrá tenido para ello que dar su nombre, apellido, edad, número de teléfono y otros datos personales, y aceptar los términos del contrato. Pero también habrá tenido que pasar un pequeño test que quizá no le haya llamado la atención, pero sin cuyo aprobado no habría obtenido su cuenta.
Rasgos de fantasía y muchos oropeles
El test en sí es muy sencillito. Bueno, es sencillo si es usted humano y no una máquina. En el caso de Hotmail, se trata únicamente de transcribir en texto los números y letras generados al azar que aparecen en una pequeña imagen. Los caracteres alfanuméricos tienen rasgos de fantasía, con muchos oropeles, pero son fácilmente identificables.
Para abrirse una cuenta de correo de Yahoo la prueba es muy similar. Tras suministrar los datos personales, el usuario tiene que teclear la palabra que aparece en una imagen un poco distorsionada, con caracteres retorcidos o sobre un fondo psicodélico. En el caso de Terra el procedimiento es muy similar.
Microsoft explica de modo sucinto el porqué de esta medida: "En la mayoría de los casos, sólo una persona (no un programa) puede reconocer los personajes de una foto. Los piratas informáticos utilizan programas que causan muchos perjuicios para registrarse en varias cuentas con un servicio web. Con estas cuentas, los piratas pueden interrumpir el servicio y causar problemas a los usuarios. Por ejemplo, los piratas pueden utilizar las cuentas para enviar correo no deseado. También pueden utilizar programas dañinos para iniciar sesión automáticamente en varias cuentas al mismo tiempo".
Una idea genial contra la piratería
Pero la historia detrás de estas pruebas es mucho más atractiva (ver EL PAÍS del 18/12/2002). La iniciativa partió de Udi Manber, científico jefe de Yahoo, que quería contar con un modo de diferenciar las máquinas con las que algunos individuos se creaban miles de cuentas de correo electrónico con intenciones piratas de los usuarios normales.
¿Pero cómo distinguir un hombre de una máquina? Hace 50 años, Alan Turing propuso que se podía decir que una máquina pensaba si un ser humano no podía identificarla como tal. El problema es que, a la hora de darse de alta en una cuenta de correo, no hay una persona al otro lado que compruebe si usted piensa para saber que no es una máquina, por lo que había que inventar un método automático de criba.
¿Sabe resolver este 'captcha'?
La respuesta le llegó a Manber de Manuel Blum, un investigador de la universidad estadounidense de Carnegie Mellon, y sus colaboradores. Lo que inventaron estos tipos fue un rompecabezas como los descritos anteriormente, muy sencillos de resolver para un ser humano, pero inasequibles para una máquina, y los bautizaron como Captchas, acrónimo en inglés de Prueba de Turing Pública Completamente Automatizada para Diferenciar a los Ordenadores de los Humanos. (www.captcha.net).
Así, ha nacido una nueva carrera entre científicos buenos y piratas malos: mientras los segundos mejoran sus máquinas para que puedan pasar este moderno test del replicante, por ejemplo con escaneadores de texto más potentes, los primeros desarrollan nuevos captchas cada vez más complejos pero a la vez siempre sencillos de resolver para los usuarios, que, como usted y como yo, para bien o para mal no tenemos un ordenador en la cabeza.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.