Los expertos diseñan pruebas para distinguir máquinas de personas en la Red
Udi Manber, científico jefe de Yahoo, el portal de Internet, tenía un gran problema: cómo diferenciar la inteligencia humana de la de una máquina. Su preocupación no era sólo académica. Había pícaros programas informáticos disfrazados de adolescentes que se estaban infiltrando en las salas de chat de Yahoo, recopilando información personal o colocando enlaces a páginas web donde se promocionan productos de empresa. Las empresas de correo basura hacían estragos, escribiendo programas que registraban rápidamente cientos de cuentas de correo electrónico gratuito de Yahoo y después las utilizaban para hacer envíos masivos.
"Lo que necesitábamos", dice Manber, "era una forma sencilla de diferenciar a un usuario humano de un programa informático". En una conferencia celebrada en 2000, Manber debatió el problema con un grupo de investigadores informáticos en la Universidad Carnegie Mellon. El resultado fue un proyecto que ahora empieza a dar frutos.
Se están desarrollando alternativas adaptadas a las aptitudes humanas para las contraseñas
El enigma tiene sus raíces en un documento escrito hace 50 años por el matemático Alan Turing, quien propuso que se podía decir que una máquina pensaba si un interrogador humano no podía distinguirla de otro humano.
Las capacidades que exigen mucho de lo que normalmente se describe como inteligencia, como emitir un diagnóstico médico o jugar al ajedrez, han resultado ser mucho más sencillas para los ordenadores que las aparentemente más sencillas: las que exigen visión, audición, lenguaje o control motriz.
"Capacidades como la visión son resultado de miles de millones de años de evolución y nos resultan difíciles de comprender por introspección, mientras que capacidades como multiplicar dos números son cosas que se nos enseñaron y se pueden expresar fácilmente en un programa informático", explica Jitendra Malik, de la Universidad California, en Berkeley.
Manuel Blum, de Carnegie Mellon, se dio cuenta de que era posible que los fallos de la inteligencia artificial proporcionaran la solución que Yahoo necesitaba. Propuso diseñar un nuevo tipo de prueba de Turing que fuera sencilla para los humanos, pero que desconcertara a los programas informáticos avanzados.
A Manber le gustó la idea, y así, con su estudiante de doctorado Luis von Ahn y otros, Blum diseñó una colección de rompecabezas cognitivos basados en los estimulantes problemas de la inteligencia artificial. Los rompecabezas tienen la propiedad de que los ordenadores pueden generar y calificar los test, aunque no puedan superarlos. Los investigadores llamaron a sus rompecabezas Captchas, acrónimo en inglés de Prueba de Turing Pública Completamente Automatizada para Diferenciar a los Ordenadores de los Humanos (www.captcha.net).
Uno de los rompecabezas, Gimpy, consiste en mostrar siete palabras sencillas, distorsionadas y solapadas, elegidas aleatoriamente de un diccionario. Para resolver el rompecabezas hay que identificar tres de las siete palabras y escribirlas en el recuadro indicado. El grupo de Carnegie Mellon también creó una versión simplificada de Gimpy: una única palabra distorsionada mostrada sobre un fondo enrevesado. Ahora están en el proceso de inscripción de Yahoo. Otro Captcha es un archivo de sonido distorsionado y generado por ordenador que contiene una palabra o una secuencia de números.
La idea de usar rompecabezas para evitar la inscripción automática no era nueva. Había otras páginas de comercio electrónico, como el buscador de Alta Vista, con problemas como los de Yahoo, e inventaron independientemente rompecabezas parecidos a los Captcha.
Como criptógrafo, Blum estaba familiarizado con los esfuerzos de los investigadores para burlar los códigos a fin de descubrir sus puntos débiles. Animó a los investigadores a intentar crear unos Captchas mejores construyendo al mismo tiempo programas informáticos que burlen los ya existentes. Blum consiguió su deseo. Malik, de Berkeley, y Greg Mori diseñaron un programa informático que podía burlar el rompecabezas Gimpy.
La campaña ha crecido y hay varios equipos de investigación que se han sumado a este estudio, intentando crear Captchas y burlarlos, e incluso usando las ideas básicas para seguir nuevas líneas de investigación.
Los investigadores del Centro de Investigación de Palo Alto modificaron un programa utilizado para escanear texto a fin de crear un programa que pudiera resolver determinados tipos de rompecabezas del tipo Yahoo-Gimpy, explica Henry Baird, encargado de dicho trabajo. El grupo también está desarrollando un nuevo Captcha basado en texto, denominado Baffletext, y espera conceder licencias a las páginas de comercio electrónico.
Inspirado por los temas en que se basan los Captchas, Doug Tygar, de Berkeley, y su alumna Monica Chew están desarrollando alternativas adaptadas a las aptitudes humanas para las contraseñas, ya que las personas tienen problemas para recordar largas cadenas de caracteres aleatorios, pero se les da muy bien recordar caras y objetos, indica Tygar.
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