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III CONGRESO DE PERIODISMO DIGITAL

El debate sobre los derechos de autor anima la primera jornada del congreso de Huesca

La reflexión toma el relevo a la depresión en la tercera edición del congreso

Si el primer Congreso de Periodismo Digital de Huesca, celebrado en 2000, fue el de la euforia y el del pasado año el de la depresión, el de este año está llamado a ser de la reflexión. Y el de la sana polémica, a juzgar por el animado debate que ha suscitado, en la sala de conferencias, y luego en los pasillos, la ponencia titulada Derechos de autor ¿De quién es el sudor de mi frente?.

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De un lado, arropados por un sector mayoritario del público y partidarios de la desaparición de los derechos de autor o al menos del replanteamiento del actual marco legal, los periodistas José Cervera e Ignacio Escolar. Del otro, defensor, y minucioso conocedor de la Ley de Propiedad Intelectual, y arropado por un sector minoritario de la concurrencia, José María Anguiano, abogado socio de Garrigues Andersen y experto en cuestiones de nuevas tecnologías.

Escolar ha utilizado su turno de palabra para explicar el título del artículo con el que ha ganado este año el Premio de Periodismo José Manuel Porquet, Pirateen mis canciones, por favor. Según él, el derecho de propiedad intelectual está instituido sólo en beneficio de la empresa. Como periodista, porque cede sus derechos a una empresa cuando firma su contrato laboral. Como músico -que también lo es- porque recibe tan poco por este concepto que prefiere que pirateen su música para llegar a más gente y llenar sus conciertos, que es donde realmente saca dinero.

Cervera, como paleontólogo que ha sido, ha comenzado su intervención remontándose al origen de estos derechos, surgidos según él siglo XVII como un método para asegurarse la censura de los contenidos. Ahora, con los siglos, se ha convertido según Cervera en un método de expropiación de los autores por los editores y "como todo es legal, pero no lógico", ha abogado por la desaparición de la legislación actual y un completo replanteamiento de la cuestión.

Los derechos de autor con Internet han desaparecido, ha afirmado Cervera. Ahora sólo falta que las leyes sancionen lo que ya es un hecho. Frente al plagio, según ha explicado, queda la economía de la reputación, la sanción por la opinión pública del tramposo. El editor, en fin, debe convertirse en un promotor de servicios del autor, pero sin titular del derecho, sino convirtiéndose en un asalariado del autor.

"Argumentos almodovarianos"

Frente a estos argumentos, que ha calificado de "almodovarianos", José María Anguiano se ha escudado en la legislación vigente y, sobre todo, en la posibilidad que ofrece al trabajador de pactar unas condiciones laborales diferentes en su contrato de trabajo. "Si esas condiciones no os gustan"- se ha preguntado- "¿Por qué sencillamente no negociáis vuestros derechos con los editores?". Además el abogado de Garrigues Andersen se ha extendido en una actividad que sí le parece preocupante e ilegal: los dossieres de prensa por Internet, que según él contraviene no sólo el la Ley de Propiedad Intelectual sino también el derecho comunitario.

La discusión, que se ha enfocado luego hacia capacidad real de los trabajadores para negociar sus derechos, ha seguido en los pasillos, donde algunos seguidores vergonzantes de Anguiano le han mostrado discretamente su apoyo, y se espera que la polémica anime aún la cena.

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