La Wikipedia española de los ecoenvases

En los tres últimos años, Álvaro Díez, técnico especialista en envases en el centro tecnológico Ainia, ha liderado un equipo dedicado, en cuerpo y alma, a recopilar artículos, registrar informes académicos y estudiar las nuevas tendencias sobre cómo diseñar un envase para reducir su impacto medioambiental. A esta labor de investigación, este grupo ha sumado otra más archivística: toda esa información la ha ido subiendo a una plataforma en línea para que las empresas puedan consultarla para fabricar de una forma más sostenible sus recipientes de cartón, plástico, briks o latas. “La llamamos cariñosamente la Wikipedia del envase. Ya hemos subido 5.600 entradas divididas en varios bloques temáticos. Tenemos un buscador para que las empresas accedan directamente a los datos que más le interesen: nuevos materiales plásticos o compostables, legislación, gestión de residuos...”, dice Díez. En definitiva, una enciclopedia para ecodiseñar envases, desde su bocetaje hasta su posterior gestión como residuo. Este proyecto, bautizado como el Observatorio del envase del futuro y creado por The Cicular Lab –el centro de innovación en economía circular de Ecoembes, entidad ambiental que coordina el sistema de recicalje de los envases domésticos que van a los contenedores amarillos y azules– también ofrecen ayuda a estas compañías a través de talleres mensuales y asesoramiento especializado. “Ecodiseñar un objeto puede reducir su impacto en la naturaleza hasta un 80%”, sentencia el técnico.

Para estos especialistas el punto de partida para ecodiseñar eficazmente un envase es “pensar siempre” en el impacto medioambiental de cada uno de los pasos de su cadena de valor: la extracción de las materias primas, su fabricación y el momento en el que llega a manos del consumidor. Es decir, su distribución, su utilización y su reciclaje. “En todas esas etapas, se puede ecodiseñar el objeto para que su huella ambiental sea más pequeña”, añade Díez. Para ello, subraya, es esencial analizar su “ciclo de vida”. Es decir, cuantificar las toneladas de CO₂ equivalente que genera cada una de las fases citadas anteriormente. Por ejemplo, si se reduce su peso hasta el mínimo necesario para que siga cumpliendo su función o si está elaborado con un alto porcentaje de material reciclado, su impacto medioambiental será menor. Una medida que ha sido muy común en la última década. De hecho, según datos de Ecoembes, una botella de plástico en la actualidad pesa de media un 18,4% menos que hace 20 años y un bote de yogur es 21% más ligero.

Otra opción, cada vez más utilizada por las empresas, es desterrar el plástico y utilizar materia prima biodegradable. No obstante, Díez advierte que no siempre es la mejor solución. “En algunos casos, la sustitución por otros materiales alternativos no mejora la sostenibilidad. El plástico nos permite crear envases que minimizan la cantidad de material utilizado, conserva mejor los alimentos (lo que ayuda a reducir el desperdicio de comida) y pesa menos que, por ejemplo, el vidrio. Esto último también se traduce en una reducción del transporte: cuanto más pesa el envase, más combustible se gasta en desplazarlo y más alta es la huella de carbono”, explica.

También hay otras cuestiones relativas al diseño que, a primera vista, parece no influir en la sostenibilidad, pero que en ocasiones son determinantes, como el color empleado. “Si selecciono un color fuerte, cuando intente reciclar ese producto, el material reciclado resultante tendrá mucha menos versatilidad que si es transparente e incoloro [durante el proceso de reciclaje, los plásticos siguen manteniendo su tinte]”, dice el experto.

Un ahorro de 104 toneladas de materias primas en dos años

Seguir el camino que marca el ecodiseño supone también un ahorro para las empresas. Un ejemplo: entre 2018 y 2020, las compañías que forman parte de Ecoembes (2.193, más de la mitad pymes) que han aplicado el ecodiseño en sus envases han ahorrado más de 104 toneladas de materias primas, 11 millones de megavatios de electricidad y más de 124 millones de metros cúbicos de agua, según datos del VII Plan Empresarial de Prevención elaborado por Ecoembes. Todo ello gracias a medidas como la reducción de plástico en la fabricación, introduciendo materiales reciclados en los envases (en total se ha conseguido reintroducir 37.000 toneladas) o facilitando su posterior reciclaje. “La legislación marca importantes retos en materia de sostenibilidad de envases que requieren de una apuesta decidida por la innovación. El ecodiseño es una de las herramientas que las empresas tienen a su disposición para dar respuesta a estos desafíos y avanzar hacia un modelo de economía circular”, afirma Begoña de Benito, directora de Relaciones Externas de Ecoembes.

Una de estas empresas es Yves Rocher, compañía con sede en Francia dedicada a la producción y venta de productos cosméticos y de belleza. En 2019 decidió eliminar de sus envases hasta un 50% del plástico, disminuyendo el tamaño de sus botes y fabricando geles concentrados. “Un recipiente de 100 mililitros cunde como uno de 300 mililitros. Hemos reducido el transporte a la mitad, y con ello las emisiones de CO₂″, cuenta María Orea, responsable de comunicación de Yves Rocher. Desde 2020, añade Orea, Yves Rocher ha decidido que todos sus envases estén elaborados con material reciclado y han iniciado una política para reducir la cantidad de plástico y cartón de su embalaje. “Tendremos un ahorro de 1,8 toneladas de plástico anual. Con este proyecto es ir no solo a utilizar materiales reciclados, sino también tender a eliminar elementos innecesarios en el embalaje”, dice Orea. Una medida que concuerda con la tendencia en ecodiseño que están aplicando las empresas españolas: hasta un 50% de las medidas aplicadas en este sentido en los últimos tres años están enfocadas a reducir o eliminar el plástico y otros materiales en los envases, según datos del informe.