No hay formación (oficial) para manejar las máquinas de protonterapia contra el cáncer donadas por Amancio Ortega
La Sociedad Española de Física Médica reclama actualizar la formación de los profesionales, que data de 1997 y ha quedado desfasada con las nuevas tecnologías
Cada máquina de protonterapia, una técnica más precisa que la radioterapia para tratar el cáncer, cuesta de media 28 millones de euros. Y su mantenimiento, aproximadamente un 10% de este coste cada año. Diez de estos aparatos están a punto de aterrizar en la sanidad pública española, gracias a una donación de Amancio Ortega, pero no existe una formación oficial para manejarlos. En el programa MIR de Radiofísica Hospitalaria, que data de 1997, este tipo de técnica no aparece ni por asomo.
Está totalmente “desfasado”, según denuncia la Sociedad Española de Física Médica (SEFM), a la que pertenece la mayoría de los que practican esta especialidad. No solo la formación no habilita a los profesionales para manejar máquinas de protonterapia, sino tampoco la mayoría de la tecnología que hoy se emplea en los hospitales.
El caso de los aparatos que ha donado en presidente de Inditex, argumenta Maruxa Pérez, presidenta de la SEFM, es el más ilustrativo para mostrar las lagunas en la preparación de estos sanitarios, que intervienen sobre todo en la radioterapia, la medicina nuclear y el radiodiagnóstico. “Es una labor muy invisible, el paciente no sabe ni que existimos”, lamenta Pérez.
Ellos son los que calibran las dosis de radio para cada paciente una vez que la prescribe el oncólogo, los que diseñan dónde tiene que llegar la radiación para eliminar el tumor sin invadir otros tejidos. También los que calibran todos los aparatos que emiten radiaciones ionizantes y los responsables del programa de garantía de calidad técnico de estas maquinarias, es decir, los que velan por su correcto funcionamiento.
En el caso de la protonterapia, la tecnología es distinta a la que se usa habitualmente. En lugar de fotones o electrones, se emiten protones, lo que permite acotar mejor la zona; es una técnica más precisa que permite dañar menos a otros tejidos u órganos que rodean a la zona afectada por el cáncer, aunque hoy en día solo se puede emplear para entre un 10% y un 15% de los cánceres tratados con radioterapia.
Rafael Colmenares, presidente de la Comisión de Docencia de la SEFM, explica que se trata de instalaciones mucho más complejas, que aunque se puedan usar para lo mismo, son “un salto conceptual importante”, con una instrumentación y una forma de medir distinta. “Yo puedo reconocer una máquina de protones, pero si no me han formado no tengo ni idea”, explica.
En España hay dos máquinas de protonterapia en hospitales privados y, previsiblemente, a lo largo del año que viene, se sumarán a 10 centros públicos las donadas por Ortega: estarán en Barcelona, Madrid (dos en cada ciudad), Santiago de Compostela, Málaga, Sevilla, Valencia, San Sebastián y Gran Canaria. Otra independiente de esta donación está prevista para Cantabria.
Las comunidades a las que llegarán estas máquinas, que requieren costosas obras que suponen ampliar hospitales o incluso hacer edificios nuevos, están ya suscribiendo convenios para formar a profesionales que las manejen y las empresas que proveen la tecnología también dan cursos. “La falta de formación oficial no va a hacer que se queden sin usar. Además, hay residentes que por iniciativa propia lo hacen: van a la privada o al extranjero, pero de forma muy deslavazada. Se necesita una formación potente que los radiofísicos debemos implementar, no solo la gente que pone en marcha las unidades, sino estructuralmente en todos los residentes. Porque gente se va de vacaciones, se muere, se jubila...”, razona Colmenares.
La presidenta de la SEFM añade que es importante que todos los profesionales tengan formación porque todos tienen una implicación con la tecnología, aunque sea indirecta: “Los que trabajan con radioterapia convencional son los que acabarán derivando a los pacientes a quienes corresponda a protonterapia y deben tener al menos unas nociones”.
Proposición no de ley
El Congreso de los Diputados aprobó el 28 de noviembre una Proposición no de Ley para actualizar la formación de estos sanitarios y ampliar la residencia, que sigue siendo una de las pocas de solo tres años en los que, dicen los profesionales del sector, no da tiempo a adquirir todos los conocimientos necesarios.
El Ministerio de Sanidad explica que la actualización del plan formativo es algo que ya está en debate con las comunidades autónomas. Pérez cree que esta vez sí saldrá adelante (ya hubo un intento en 2020 que no prosperó), ya que la necesidad va mucho más allá de la protonterapia: “En los últimos años hubo una enorme renovación en todos los hospitales, incluso los pequeños, con tecnologías punteras. Estamos al nivel de Estados Unidos, pero falta una formación acorde”.
También está por ver si en los nuevos planes se incluye formación sobre protonterapia, ya que la letra pequeña todavía no se conoce. Uno de los temores de la SEFM es que no lo haga, y que nazcan ya desactualizados.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.