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La mujer hallada en un “zulo” en Villalbilla llevaba varios días muerta y su marido intentó huir cuando vio el despliegue policial

La autopsia ha determinado que el cadáver no presentaba signos externos de violencia, aunque faltan los resultados del informe toxicológico. El hombre está en prisión provisional acusado de homicidio o inducción al suicidio

Puerta de la vivienda en la que este domingo 9 de septiembre fue hallado el cuerpo de una mujer en Villalbilla.Foto: P. P.
Patricia Peiró

César S. G. denunció la desaparición de su pareja Raquel B. L., una vendedora de seguros de 54 años, el pasado 4 de septiembre. Ambos vivían en un chalet en la localidad madrileña de Villalbilla (13.400 habitantes) que habían comprado poco antes de la pandemia. El hombre aseguró en la Guardia Civil que su mujer se había marchado a visitar a su madre el 31 de agosto y no había regresado en una explicación que resultó algo confusa. Este domingo 8 de septiembre, tras recabar pruebas que hacían sospechar que realmente la mujer nunca había abandonado la zona, los investigadores obtuvieron autorización judicial para acceder a la vivienda. Los agentes hallaron el cuerpo de la mujer en una estancia sin ventanas. Llevaba varios días fallecida y había restos de pastillas en la habitación. El hombre está en prisión provisional acusado de homicidio o inducción al suicidio, confirman fuentes jurídicas.

La autopsia preliminar ha determinado que el cadáver no presentaba signos externos de violencia y se han enviado a analizar muestras para determinar la existencia de medicamentos y en qué cantidad en el cuerpo de la víctima. El informe definitivo de autopsia y los resultados toxicológicos tardarán días en llegar.

Los agentes ya habían intentado entrar en el chalet el pasado viernes, pero el hombre se negó. Así que los responsables de la investigación obtuvieron un permiso judicial para acceder a primera hora de la tarde del domingo. En ese instante, la pareja de la mujer no se encontraba en la vivienda. Dos horas más tarde del inicio del registro, dos de los agentes que formaban parte del operativo montaron velozmente en su coche y regresaron diez minutos después con el hombre, según el testimonio de diferentes vecinos. Todo apunta a que, al ver el despliegue, César quiso escapar y los dos guardias civiles se lo impidieron. El hombre ha sido detenido y ha pasado a disposición judicial. Ante el juez, negó ser el autor de la muerte de su mujer, tras lo que se ordenó su ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza a la espera de que se realicen más tareas de investigación. El acusado ya ha sido internado en la prisión de Alcalá Meco.

La Guardia Civil no descarta ninguna hipótesis sobre lo que le pudo suceder a Raquel. Según informa Efe citando fuentes cercanas a la investigación, la mujer había intentado suicidarse dos veces. La Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género comunicó a última hora del día en X que se encontraban “recabando datos del asesinato por presunta #ViolenciaDeGénero de una mujer de 54 años en la provincia de Madrid”. La instrucción la ha asumido un Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Alcalá de Henares. El Delegado del Gobierno, Francisco Martín, detalló en una entrevista en RNE que la pareja no tenía hijos ni estaba registrada en el sistema Viogén, que incluye a las víctimas de violencia machista.

Varias pistas condujeron al hallazgo del cadáver. Una de ellas la aportaron los propios vecinos de la zona. El día 5 de septiembre, después de que César reportara la desaparición, los residentes alertaron de la presencia de un coche aparcado desde hacía varios días que no solía estar ahí y que ningún vecino identificaba como propio. Nadie relacionó ese vehículo con Raquel, porque ella lo dejaba normalmente aparcado dentro de su propiedad, pero ese Toyota de color azul resultó ser el que usaba la víctima para ir a trabajar, aunque está a nombre del ahora detenido. Los agentes se lo llevaron ese mismo día para analizarlo.

Este hallazgo convenció a los investigadores de que la mujer no se podía haber ido muy lejos. Durante este pasado viernes, varios agentes desplegaron un dispositivo para tratar de localizarla en los montes que rodean la urbanización en la que vivía, sin éxito. Además, la explicación que ofreció el marido sobre la desaparición de Raquel resultaba confusa y presentaba algunas contradicciones.

Algunos de los que han visto el espacio en el que fue hallada lo definen como un “zulo”, otros, afirman que es más como una “bodega” sin ventanas. Ella estaba tumbada en una cama con multitud de envoltorios de pastillas alrededor. El marido explicó que ella dormía en ese sitio porque le molestaban mucho los ruidos. La urbanización en la que residían se halla a las afueras del pueblo, apenas tiene trasiego, está rodeada de campo y compuesta de grandes fincas individuales. La de César y Raquel está rodeada por un muro, cuenta con una gran zona verde y la casa se ubica en la parte alta del terreno. El hombre permaneció junto a los investigadores hasta bien entrada la noche del domingo, cuando finalizó la inspección técnico ocular de la finca.

La pareja no se relacionaba mucho con el vecindario y era habitual verles paseando por los alrededores de la urbanización. Él solía vestir con chándal y zapatos y llevaba siempre en su mano una especie de rosario, como describen varios residentes que prefieren no facilitar su nombre. “Siempre iba como rezando en una lengua extraña y siempre volvía a casa con muchas flores que recogía en el campo”, relata una vecina. A su lado, normalmente iba Raquel, que sí se relacionaba algo más con otros lugareños e incluso se intercambiaba pasteles con una residente de la urbanización.

Fuentes cercanas al caso aseguran que, al menos el hombre, profesaba algún tipo de credo probablemente relacionado con los Hare Krishna. Ella trabajaba en unos grandes almacenes, donde vendía seguros. Los investigadores centrarán ahora su investigación en tomar declaración al entorno de la víctima y analizar los dispositivos móviles de la pareja en busca de pruebas.

El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del día, todos los días del año, en 53 idiomas diferentes. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. También se puede contactar a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el número 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10. Si es una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.

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Sobre la firma

Patricia Peiró
Redactora de la sección de Madrid, con el foco en los sucesos y los tribunales. Colabora en La Ventana de la Cadena Ser en una sección sobre crónica negra. Realizó el podcast ‘Igor el ruso: la huida de un asesino’ con Podium Podcast.
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