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Un policía con poder y dos mujeres asesinadas tras decir basta

Rubí y Castellbisbal, en Barcelona, despiden a Pilar y Maria Àngels, pareja y exmujer de Juan Fortuny, el excomisario que las mató y después se suicidó

El minuto de silencio por las dos víctimas de violencia machista del excomisario Juan Fortuny, este miércoles, en Rubí (Barcelona).Foto: Alejandro García (EFE) | Vídeo: EPV
Clara Blanchar

Rubí y Castellbisbal, cerca de Barcelona, lloran los asesinatos de Pilar Muñoz (61 años) y Maria Àngels Pi (64). La primera era la actual pareja de Juan Fortuny, policía jubilado hace año y medio con 44 años de servicio y que fue el número dos de la Policía Nacional en Cataluña. La segunda, la mujer con quien estuvo casado, con la que tenía una hija; ella, también jubilada, era propietaria del restaurante familiar Cal Pupinet, un gran local, de los que celebran banquetes y tienen discoteca y aparcamiento. El martes, Pilar le había comunicado que quería dejar la relación y habían quedado para que recogiera sus cosas en su piso de Rubí. La mató de un tiro. Luego, el agente jubilado condujo hasta Castellbisbal, a 10 minutos, y mató a su exmujer, de la que llevaba un año separado, también disparándole en la primera planta del chalé donde todavía convivían. A continuación, se suicidó en el parking. Habían vendido la casa, de tres plantas con piscina, y hasta hace dos días, todavía aparecía el anuncio en un portal inmobiliario.

Él, un policía recién jubilado que había tenido mucho poder, con poca relación con los vecinos. Ellas, dos mujeres con cierto estatus que no habían denunciado —como no lo hacen la mayoría de víctimas de violencia machista—, y apenas habían contado a su entorno cómo era ese hombre de carácter conservador, que no toleró que le dijeran basta.

“No me lo esperaba para nada, pero sí me cuadra. Solíamos coincidir cuando él paseaba el perro o salía en bici de la casa, le veía una persona muy seria, con cero relación con el pueblo, y con un carácter propio de su cargo”. Lo dice un vecino del barrio de Bellesguard de Castellbisbal. Porque el ex agente seguía pasando por la casa, motivo por el que muchos no sabían ni que estaban separados. Todos los accesos a la casa, que no tiene timbre, están precintados desde el martes por los Mossos. “Ella sí era muy maja, desde que estaba jubilada tomaba café en la plaza, y venía por las tardes a la Associació Castellbisbal Agrupació de Dones Actives [donde jugaba al Rumi y hacía labores] y trabajó a destajo”, añade. Los vecinos también recuerdan a los nietos de Pilar (tres, al menos) jugando en la piscina de la casa de Castellbisbal.

Nadie del entorno del excomisario quiere hablar y mucho menos dar su nombre, la familia lo ha pedido así. En el trabajo, según fuentes policiales, “estaba bien considerado entre sus compañeros, le definen como una persona seria, pero amable en el trato y cercano”, teniendo en cuenta que era mando policial. Ha sorprendido mucho que haya protagonizado este suceso entre quienes le conocían, admiten las mismas fuentes, informa Juana Viúdez.

Vecinos, allegados, amigos, compañeros de trabajo o familiares tienen, en muchas ocasiones, escasa información sobre cómo se da la violencia en aquellas relaciones en las que se da; pero cómo el entorno percibe a víctimas, agresores y las relaciones que tienen lleva años sirviendo a expertos y especialistas para analizar esta violencia y comprobar que no siempre hay señales, que no son fácilmente perceptibles y que todavía pesan estereotipos que a veces pueden impedir verlas, como que hay ciertas formas de ser, trabajos o cargos que no encajan con ser un agresor. “No sé por qué se separó de él, que era serio pero muy buena persona; aunque una cosa así tampoco la cuentas y menos si eres tan conocida en el pueblo”, decía una mujer de 88 años amiga de la madre de Pilar.

“Deriva autoritaria”

Centenares de personas acudieron este miércoles a la plaza de la iglesia de Castellbisbal para hacer cinco minutos de silencio. Por la mañana, el mismo acto se celebró en Rubí, donde vivía su ya exmujer. Pilar, la Pili, explicó hace unos días a una de sus mejores amigas que quería dejar a su pareja, el comisario jubilado, “por su deriva autoritaria”. Lo cuenta un amigo que no quiere que salga su nombre “porque ahora lo importante es respetar el dolor de la familia”. Los vecinos y autoridades de Rubí y el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, despidieron con un denso silencio a Pilar Muñoz.

En Rubí, fue la hija mayor de Pilar quien la encontró tras el ataque, todavía con vida. Los asesinatos dejan otros cuatro huérfanos: otra hija de Pilar y, por parte de Maria Àngels (su exmujer), la hija en común con el comisario jubilado y otros dos ya mayores de una relación anterior. La familia, amigas y compañeros de trabajo están devastados. Muchos aseguran que “Pilar no era una maltratada” pero sí admiten que últimamente él se había mostrado “celoso”, “con actitudes misóginas”. Con Pilar llevaban nueve meses de relación.

“No hubiera aguantado ni esto, era una tía lista, enérgica, tenía dos carreras”, afirman con el gesto de unir los dedos índice y pulgar amigas de Rubí. Otro de los estereotipos que opera de forma extendida en violencia machista, completamente erróneo; son de hecho las mujeres con más estudios las que más tardan en denunciar precisamente por vergüenza, a veces por la incapacidad de creer que eso sea algo que les está sucediendo a ellas, y funciona igual para el entorno.

Antes del minuto de silencio, en un corrillo, cinco amigas con los ojos hinchados y rojos de llorar explican que la semana pasada la pareja estuvo unos días de vacaciones en Puigcerdà. Que estaba contenta. Y lamentan no haberla visto a la vuelta. “Me llamó el lunes y pensé que ya le respondería el martes”. “Habíamos quedado para contarnos las vacaciones esta semana”. Pilar trabajaba en el Ayuntamiento, en el área de Transparencia, después de pasar por varios departamentos. En Castellbisbal, una exempleada del restaurante, ya mayor, habla de ella: “Muy buena persona, maravillosa con los trabajadores y que echaba mil horas”. Varios de los vecinos de esa localidad la recuerdan igual que sus amigas, contenta, hace unos días en la Fiesta Mayor del pueblo.

Ante las palabras de amigas de Pilar que reiteran que su amiga no hubiese tolerado malos tratos, la secretaria de Feminismos de la Generalitat, Montserrat Pineda, pide cautela: “No se puede descartar nada. A menudo la percepción del entorno próximo no corresponde con la realidad y las víctimas no explican su vivencia, por vergüenza”. Y pone de relieve que las dos mujeres asesinadas comparten “que se habían querido apartar de él” y que “el hecho de que fuera una persona tan poderosa dificulta una denuncia por parte de las mujeres o que compartieran malestar con el entorno”.

El exdelegado del Gobierno contra la Violencia de Género, Miguel Lorente, explica que en ámbitos como este, en el que operan jerarquías y cierto estatus, la denuncia se complica. En entornos policiales, además, las víctimas tienen a pensar que el cuerpo al que representa esa pareja que ejerce la violencia contra ellas no las creerá, o se pondrá de su parte.

Hay otros elementos en este doble asesinato que comparten los casos de violencia de género: jubilaciones recientes y convivencia después de décadas de trabajar a destajo e ir cada uno por su lado, verano, vacaciones. Lorente ahonda en que la jubilación, en la práctica, opera como las vacaciones o los festivos: “Aumenta el tiempo de convivencia, y por lo tanto la posibilidad de que esa violencia escale”.

El Gobierno plantea retirar las condecoraciones al comisario

Durante la concentración de Rubí, el delegado del Gobierno en Cataluña, Carlos Prieto, ha informado de que el ejecutivo se plantea retirar las condecoraciones al comisario jubilado que mató a las dos mujeres. Prieto ha manifestado que el ejecutivo está pendiente de la investigación del caso por parte de los Mossos y el juzgado de Rubí para tomar cualquier decisión.

Fortuny fue comisario de Rubí y número dos de la policía en Cataluña, y había sido reconocido “por todos los cuerpos policiales: Mossos d’Esquadra, Guardias Urbanas, Policía Nacional y Guardia Civil” durante sus 44 años como policía. El comisario se jubiló en enero de 2023 y sus compañeros le despidieron con aplausos en la escalera principal del edificio de la Jefatura de la Policía en la Via Laietana de Barcelona. Sobre la motivación que le llevó a acabar con la vida de las dos mujeres, “lo que tiene consternado al cuerpo”, Prieto ha dicho que aguarda la investigación.

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, este miércoles en el minuto de silencio convocado en Rubí (Barcelona) por el asesinato de dos mujeres víctimas de violencia machista. En la imagen, Illa acompañado de la alcaldesa de Rubí, Ana María Martínez y el delegado de Gobierno en Catalunya, Carlos Prieto.
El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, este miércoles en el minuto de silencio convocado en Rubí (Barcelona) por el asesinato de dos mujeres víctimas de violencia machista. En la imagen, Illa acompañado de la alcaldesa de Rubí, Ana María Martínez y el delegado de Gobierno en Catalunya, Carlos Prieto. EFE

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, se ha mostrado “consternado” y ha prometido “máxima contundencia” contra la violencia machista. “No desfalleceremos en la lucha contra la violencia machista”, ha asegurado y se ha comprometido a poner “medios” para ello. “Estaremos comprometidos en la defensa de las mujeres y actuaremos con toda contundencia y recursos hemos de hacer todos más para garantizar su igualdad, vida y su seguridad”, ha dicho animando a la ciudadanía a “hacer lo posible” para conseguirlo.

En lo que va de año, el número de mujeres asesinadas asciende a 29; y son ya 1.273 desde que existen estadísticas oficiales, en 2003. Hay, además, un caso de violencia vicaria machista en investigación al que se suman, dentro del ámbito de la violencia de género, estos dos últimos crímenes.

El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del día, todos los días del año, en 53 idiomas diferentes. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. También se puede contactar a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el número 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10. Si es una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.

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Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.
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