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El Gobierno aprueba la nueva especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias: por qué ahora y por qué es importante

La medida permitirá formar mejor a los profesionales de estos servicios y evitará la fuga hacia ellos de profesionales de atención primaria

Personal sanitario trabaja en un box del servicio de urgencias del Hospital Vall d'Hebron (Barcelona), en marzo de 2021.
Personal sanitario trabaja en un box del servicio de urgencias del Hospital Vall d'Hebron (Barcelona), en marzo de 2021.Albert Garcia
Oriol Güell

El Consejo de Ministros ha aprobado este martes el real decreto por el que se crea la nueva especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias, una reivindicación histórica de los más de 10.000 facultativos que trabajan en estos servicios en toda España. “Es un hito y como urgenciólogo lo vivo como un momento de gran felicidad. Venimos de un pasado de lucha compartida de muchas personas durante más de dos décadas para que esto sea una realidad. Y miramos a un futuro en el que los especialistas recibirán la mejor formación y se verá beneficiada la asistencia que reciben los pacientes”, celebra Tato Vázquez, presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES).

La decisión del Gobierno pone fin a una situación casi inédita en Europa que provocaba desde hace años disfunciones en el conjunto del sistema sanitario. Al carecer de un programa específico de formación de Médico Interno Residente (MIR), los servicios de urgencias y emergencias debían nutrirse de profesionales formados en otras especialidades. En la práctica, la gran mayoría provenían de Medicina Familiar y Comunitaria, agravando así la crisis que vive esta especialidad. Las comunidades autónomas se han topado en los últimos años a un creciente problema para completar las plantillas que necesitan en los centros de salud de atención primaria debido, entre otras razones, a la huida de estos especialistas.

“Esta formación tendrá una duración mínima de cuatro años, los dos primeros serán comunes a la especialidad de Medicina de Familia y Comunitaria, y la norma establece un procedimiento para que los profesionales en una de las dos especialidades puedan obtener el título de la otra mediante una prueba de evaluación y un periodo formativo”, ha explicado la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, tras el Consejo de Ministros.

“Era una decisión necesaria que soluciona un problema pendiente desde hace años. Servirá para garantizar la formación más adecuada de estos profesionales y planificar mejor las necesidades del sistema sanitario”, afirma José Ramón Repullo, profesor emérito de la Escuela Nacional de Sanidad. “Los hospitales llevan años haciendo equilibrios para completar las plantillas de sus servicios de urgencias. Es un paso adelante hacia una mejor calidad asistencial, el buen funcionamiento de los servicios y una gestión más eficiente del sistema sanitario”, añade por su parte Joaquín Estévez, presidente de la Fundación de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Fundación SEDISA).

La decisión del Consejo de Ministros abre un periodo en el que deberá aprobarse y desarrollarse la formación de los futuros especialistas y, además, ordenar cómo va a formalizarse la titulación de los profesionales que llevan trabajando años como tales. Las que siguen son las cuestiones más importantes sobre el asunto.

¿Qué se ha aprobado hoy?

La creación de una nueva especialidad cuya formación se llevará a cabo en unidades docentes acreditadas. El proceso lo regula el real decreto aprobado por el Consejo de Ministros. El Ministerio de Sanidad defiende la necesidad de dar el paso “dado que la atención en situaciones de emergencia y urgencia ha experimentado un aumento en su complejidad, para la que se necesitan competencias específicas, por el incremento de especialización”.

¿Quién podrá optar al título de médico especialista en urgencias y emergencias?

Como ocurre con el resto de especialidades, a partir del próximo curso —o el siguiente, si no se completara el proceso a tiempo— los estudiantes que acaben el grado de Medicina podrán acceder a esta formación mediante el sistema MIR. Además, de forma extraordinaria en esta primera fase, también podrán hacerlo los facultativos “que acrediten una prestación de servicio durante, al menos, cuatro años dentro de los siete inmediatamente anteriores a la entrada en vigor de este real decreto”, según Sanidad. Para los profesionales que no cumplan estos requisitos, otra vía será a través de “una prueba práctica específica”.

¿Qué pasos deberán darse ahora?

El primero y más importante es la creación de la llamada Comisión Nacional de la Especialidad que, como ocurre con el resto de áreas médicas, debe establecer el programa de formación que seguirán los futuros urgenciólogos y acreditar las unidades que los impartirán dentro del sistema sanitario español. Paralelamente, para los profesionales que ya están en ejercicio, deberá fijarse los circuitos de homologación.

¿Qué ventajas aportará la nueva especialidad?

Tato Vázquez lo ilustra con las siguientes palabras: “Los profesionales procedíamos de otras especialidades y nos formábamos por nuestra cuenta. El sistema se apoyaba en el voluntarismo y esto significaba que si a ti te gustaba mucho, por ejemplo, las dolencias cardíacas, pues eras el mejor en atender a estos pacientes, pero a mejor tenías lagunas ante un ictus o una fractura ósea. Y así con todos los casos. En el momento en que tú estableces una formación homogénea y estructurada, vía MIR, como en el resto de especialidades, todos los médicos de urgencias que salgan a partir de la primera promoción, se formarán exactamente igual. Esto garantiza una calidad en la formación que, en último lugar, beneficia al ciudadano”.

¿Por qué no se ha hecho hasta ahora?

La creación de toda nueva especialidad es un proceso lento y complejo en el que, además de todos los cambios administrativos necesarios, intervienen también otras especialidades relacionadas. Y estas, en cierta manera, pierden un área de conocimiento e influencia hasta entonces estaba bajo su control, lo que en ocasiones retrasa los procedimientos. En el caso de urgencias y emergencias, por ejemplo, las sociedades científicas de atención primaria se han opuesto históricamente al cambio, aunque en los últimos años habían modulado su posición.

“El planteamiento histórico había sido que urgencias fuera un área de capacitación específica, una fórmula ya recogida en la ley desde 2003. Esto suponía que la podían ejercer profesionales procedentes de otras especialidades con una formación específica”, explica Repullo. “Quizá hubiera sido una buena solución, ya que permitía que entrara gente de Medicina de Familia, pero también de Medicina Interna, intensivistas... El problema es que no se hizo y, mientras tanto, la atención primaria ha vivido un declive y las urgencias de los hospitales han crecido muchísimo y ganado importancia como vía de acceso al sistema. Por tanto, es lógico que esto requiera una formación reglada y específica”, añade este experto.

¿Hay otras nuevas especialidades en espera?

“Sí, la de Enfermedades Infecciosas y la de Genética”, explican fuentes del Ministerio de Sanidad que, sin embargo, añaden que ambas siguen su proceso y no se espera que su creación sea “algo inmediato”.

José Miguel Cisneros, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), no oculta su frustración: “Llevamos demasiado tiempo esperando. La creación de la especialidad de Urgencias es una buena noticia porque es fruto del Real Decreto de Especialidades, que fue aprobado hace dos años con el apoyo del Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas. Pero también preveía la de Infecciosas y, en nuestro caso, se está dilatando demasiado el proceso”, lamenta.

Según este experto, esta especialidad ayudará al sistema sanitario a hacer frente a varios de los grandes reto a los que se enfrenta: “Las suberbacterias, las resistencias a los antimicrobianos, las enfermedades emergentes como el mpox, dengue, fiebre del Nilo... Lo hemos visto también con la pandemia. Nos enfrentamos a un entorno enormemente exigente y solo con la mejor formación de los profesionales los pacientes recibirán la respuesta adecuada. La creación de la especialidad de Infecciosas es una necesidad inaplazable”, concluye Cisneros.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.
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