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Mil boyas con GPS para controlar la basura en la costa vasca

Los científicos analizarán la concentración de desechos y sus desplazamientos por el golfo de Bizkaia mediante un sistema de control vía satélite

Uno de los dispositivos flotantes que se lanzarán al Cantábrico para estudiar la contaminación marina, en una imagen cedida por el Gobierno vasco.
Uno de los dispositivos flotantes que se lanzarán al Cantábrico para estudiar la contaminación marina, en una imagen cedida por el Gobierno vasco.
Mikel Ormazabal

El golfo de Bizkaia está considerado por los científicos como “un callejón sin salida” para la basura que se acumula en esta área del Cantábrico. Estudios recientes realizados por Azti (centro tecnológico especializado en medio marino y alimentación) calculan que las corrientes y los vientos predominantes favorecen la presencia de microplásticos en toda la zona costera y en las cuencas fluviales del País Vasco. Ya se han alcanzado las 750.000 piezas de plástico menores de cinco milímetros por kilómetro cuadrado, según los investigadores. El proyecto científico Ulysses, liderado por Azti y la fundación Data For Science, tratará durante los próximos tres años de conocer mejor y combatir esta problemática ambiental. Un millar de dispositivos con sensores serán lanzados al mar y permitirán monitorizar dónde se concentra la basura y cuál es su deriva en el sureste del Cantábrico.

El plan Ulysses tiene el objetivo de avanzar en el conocimiento del entorno fluvial y marino del País Vasco, especialmente de la presencia de plásticos y otros desechos en el mar. “Las tecnologías desempeñan un papel crucial en la mitigación y gestión eficaz de la basura marina, lo que nos ayuda a reducir los costos asociados con la recogida”, ha afirmado este jueves Rogelio Pozo, responsable de Azti en la presentación del proyecto Ulysses.

Por toda la costa se lanzarán unos dispositivos flotantes con forma de boya y de tamaño reducido que incorporan acelerómetros y sensores de temperatura y presión. Están diseñados para sumergirse parcialmente y reducir así el efecto del viento directo y van equipados con un GPS que suministra datos en tiempo real y de forma remota. También se desplegarán pequeñas embarcaciones de madera (de 20 por 30 centímetros) sin sensores que se moverán llevados por las corrientes marinas. Además, se botará una embarcación Ranger que puede navegar sin tripulación y se puede teledirigir.

Pozo señala que “usando el método científico se pueden obtener datos precisos y realizar análisis objetivos que nos ayuden a tomar medidas efectivas para preservar y proteger nuestros ecosistemas”. Y añade: “Es vital seguir respaldando la investigación científica y utilizar la evidencia científica para orientar nuestras acciones en la conservación del medio ambiente y en la lucha contra la contaminación plástica en los océanos”. La empresa aeroespacial Elecnor Deimos realizará un seguimiento vía satélite de estos dispositivos flotantes y generará los mapas de desplazamiento de las plataformas flotantes que simulan las que también realiza la basura marina. Se pondrá en marcha, además, un sistema de cámaras de videometría para monitorizar los desperdicios flotantes en tramos de los ríos Nervión, Deba y Zadorra.

A partir de los datos recogidos, las administraciones públicas podrán cuantificar e identificar de dónde llegan los desechos al golfo de Bizkaia, anticipar arribadas masivas a las playas, facilitar la limpieza u organizar dispositivos preventivos, así como identificar las zonas más afectadas o propensas a concentrar desechos. Un trabajo reciente publicado en la revista científica Nature Geoscience estima que hay 3,4 millones de toneladas de plásticos flotando en los océanos, además de las que se almacenan en el fondo y las que ingieren los animales marinos. Se calcula que se vierten descontroladamente cada año más de 20 millones de toneladas de plásticos. El 30% acaba en los ríos y mares y el 70% restante en la tierra.

El objetivo del proyecto Ulysses, según la consejera de Desarrollo Económico del Gobierno vasco, Arantxa Tapia, es recopilar datos de la contaminación por basuras en nuestros mares y estuarios con el propósito de “conocer cómo llegan los plásticos y su distribución para que sirva de catalizador de estrategias destinadas a mitigar este preocupante situación”. El plan tiene una vertiente divulgativa y educativa, en la que se tratará de involucrar a la ciudadanía en actividades y exposiciones que fomentarán el compromiso con la protección del medio marino.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.
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