Los jueces rechazan que el juicio a Dani Alves sea a puerta cerrada salvo la declaración de la víctima
La Audiencia de Barcelona busca proteger la identidad de la joven que acusa al futbolista de violación para evitar que sea “doblemente victimizada”
El juicio contra el exfutbolista del FC Barcelona Dani Alves por haber presuntamente violado a una joven de 23 años en la discoteca Sutton de Barcelona podrá seguirse con luz y taquígrafos, aunque con importantes limitaciones para proteger a la víctima. La Audiencia de Barcelona ha decidido que el juicio se celebre en audiencia pública y ha rechazado, por tanto, la petición de la Fiscalía y de la abogada de la joven para que se celebrase a puerta cerrada. Con una excepción: los magistrados han acordado, como es habitual en casos de agresión sexual, que la declaración de la víctima sea a puerta cerrada para resguardar su identidad y evitar que sea “doblemente victimizada”.
La resolución admite que el caso Alves tiene “una evidente repercusión mediática que suscita el interés de los medios y de la ciudadanía”, razón principal por la cual ha rechazado la petición de las partes, a la que tampoco se había opuesto la abogada del exlateral brasileño. Esa “resonancia informativa”, sin embargo, “puede tener graves consecuencias en la esfera de la intimidad de la denunciante, que podría verse doblemente victimizada”, añaden los magistrados de la Sección 21ª de la Audiencia de Barcelona, que a partir del próximo lunes 5 de febrero celebrarán, en tres sesiones, el juicio en el que Alves afronta una petición de la Fiscalía de nueve años de cárcel. Como es habitual, la mujer declarará a puerta cerrada y protegida tras un biombo para evitar la “confrontación visual” con el presunto agresor.
Con esa premisa (proteger a la víctima), los jueces han acordado una serie de medidas que limitan más que en otros procedimientos el juicio. Los medios de comunicación, avisan, no podrán “grabar el sonido ni la imagen del juicio” ni tampoco tomar imágenes de la denunciante o “sus familiares cercanos que puedan declarar en el juicio”. Los magistrados también ordenan a las partes (Fiscalía, abogados) y a los testigos y peritos que se refieran únicamente a la víctima como “denunciante”, sin mencionar su nombre o apellidos. Aunque sean a puerta cerrada, el tribunal graba siempre los juicios para poder examinar con detalle, antes de la sentencia, todas las declaraciones, incluida la de la víctima. Para protegerla en caso de una “filtración” posterior, han acordado también que esa grabación sea “con la voz distorsionada y la imagen pixelada”.
Hace unas semanas, la madre de Alves y otras personas del entorno del jugador difundieron un montaje en vídeo que trataba de desacreditar a la víctima. En las imágenes aparecía su nombre completo junto a unas imágenes suyas en las que se la ve con amigas en un contexto de fiesta. Cuando interpuso la denuncia, la misma noche en que ocurrieron los hechos (el 31 de diciembre de 2022), la joven había expresado su temor a que se difundieran sus datos personales, algo que finalmente ha ocurrido. El Juzgado de Instrucción 21 de Barcelona mantiene abierta una investigación para aclarar los hechos.
El juicio arranca este lunes y durará previsiblemente tres sesiones, aunque es posible que no se acabe celebrando. Las partes (Fiscalía, acusación particular y defensa) no han dejado de explorar en los últimos meses la posibilidad de un acuerdo. Si el pacto llega a cerrarse, Alves tendría que admitir los hechos a cambio de lograr una rebaja sustancial de la pena que le permita abandonar, más pronto que tarde, la cárcel. El exfutbolista del Barça permanece en prisión provisional desde el 20 de enero de 2023, cuando se contradijo de forma manifiesta ante la jueza, que le envió a la cárcel. Pese a los esfuerzos desplegados, sus defensas no han sido capaces de revertir, desde entonces, esa situación, por lo que Alves llega al juicio como preso preventivo.
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