La muerte de decenas de gatos por gripe aviar en Polonia pone en alerta a la OMS
Las autoridades del país investigan la fuente de los contagios en un brote que eleva la preocupación de los expertos por el salto del virus a mamíferos
La muerte por gripe aviar de decenas de gatos en un insólito brote detectado hace un mes en varias regiones de Polonia ha incrementado la preocupación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) por la proliferación de casos de la enfermedad en poblaciones de mamíferos, un riesgo que puede hacer más fácil la adaptación del virus al ser humano. “La infección en estos animales ha sido documentada en el pasado, pero este es el primer episodio de un gran número de gatos afectados en una área geográfica amplia. La OMS vigila la situación en estrecha colaboración con sus socios y el Gobierno de Polonia”, afirmó el pasado miércoles el director general del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
“Es un episodio muy excepcional. Es la primera vez que surgen casos simultáneos en mamíferos situados en zonas alejadas entre sí, lo que contrasta con lo observado hasta ahora, que eran brotes en animales concentrados en granjas o espacios naturales que permiten sospechar de una fuente de contagio común”, explica Inmaculada Casas, responsable del laboratorio de virus respiratorios y gripe del Centro Nacional de Microbiología (CNM).
Para Richard Webby, director del Centro de Investigación sobre Patologías Aviarias de la OMS, “la magnitud del brote y la distribución geográfica de los casos son muy significativos”. Este experto, que responde por escrito a EL PAÍS, considera que “aunque no podemos estar seguros de que las infecciones en gatos hagan más fácil el salto del virus al ser humano, debemos estar atentos a estos episodios de infecciones en mamíferos y este brote es especialmente relevante”.
Aunque en el último año se han registrado otros brotes de gripe aviar en mamíferos —los últimos notificados este mes por Finlandia en 10 granjas peleteras de zorros—, el de los gatos de Polonia resulta desconcertante por varios motivos. El primero es su dimensión: 61 animales han fallecido de forma natural o sacrificados, de los que 34 (el 54%) han dado positivo al virus. El segundo es su extensión, ya que los felinos vivían en varias zonas del país y en condiciones muy dispares: de los 25 de los que hay información disponible, dos eran callejeros, 18 domésticos con acceso a balcones, terrazas o patios, y cinco domésticos sin acceso al exterior. Y, por último, que las autoridades polacas todavía no hayan conseguido dar con la fuente o las fuentes de contagio tras un mes de investigaciones. No hay ningún caso identificado de transmisión del virus entre gatos.
“Hay varios posibles orígenes de las infecciones, entre ellos el contacto directo o indirecto con aves salvajes enfermas y el consumo de comida de mascotas contaminada”, sostiene el informe de la OMS. Esta última hipótesis es defendida por varios expertos, aunque no explicaría todos los casos ni ha sido identificada. El contacto con aves salvajes podría explicar algunos contagios, pero tampoco la mayoría. Esto, y el hecho de que los países vecinos no hayan detectado eventos parecidos, añade más interrogantes al brote.
Ningún dueño de los animales infectados ha resultado contagiado, lo que ha llevado a la OMS a no modificar la calificación de riesgo que tiene la actual situación. Este sigue siendo “bajo” para la población general y “entre bajo y moderado” para las personas que viven con los gatos afectados y los profesionales, como veterinarios, expuestos a animales enfermos.
Expansión sin precedentes
El brote vuelve a poner el foco en la expansión sin precedentes que vive la gripe aviar desde hace dos años. En un reciente estudio publicado en Nature, Richard Webby destaca que un nuevo clado (una variante) del patógeno, el 2.3.4.4b, se hizo más contagioso en algún momento de 2021 y se ha hecho mayoritario en buena parte del mundo gracias a las aves migratorias. En estos dos años, decenas de millones de aves y miles de mamíferos han muerto en Europa, Asia, América y África
Esta forma del virus es la que ha sido identificada en los gatos de Polonia y es la misma que está detrás de los miles de brotes en aves silvestres y de granjas en cuatro continentes. También es la que provocó una elevada mortandad de visones en una explotación peletera en Galicia el pasado mes de octubre y ha matado a miles de mamíferos marinos en países de América. El virus ha sido asimismo detectado en focas fallecidas en Escocia y en perros de una granja italiana que sufrió un brote de gripe aviar, entre otros episodios.
La pregunta clave a la que se enfrentan científicos e investigadores es si estos eventos acercan al mundo a una próxima pandemia. La adaptación del virus a los mamíferos sería un primer paso que, por ahora, solo ha dado a medias: es capaz de infectarlos pero no de transmitirse entre ellos. Según los estudios publicados, todos los animales de esta clase afectados hasta el momento se han contagiado al comer o estar en estrecho contacto con aves enfermas. Solo en la granja de Galicia hay indicios que apuntan a la transmisión entre visones, aunque el episodio quedó cerrado con el sacrificio de todos los animales.
Esto es algo que, sin embargo, podría cambiar y la estrecha vigilancia de la enfermedad en todo el mundo es la única forma que tiene la humanidad para protegerse ante la incertidumbre. Así lo cree Tim Uyeki, director médico de la División de Gripe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos. “A medida que más y más aves y mamíferos se infectan, hay más y más oportunidades para que el virus evolucione. Hasta la fecha, no hay evidencia de que circule de manera sostenida entre ningún mamífero, pero si eso ocurriera, la amenaza para la salud pública aumentaría”, sostiene en una respuesta por escrito a este diario.
Solo una decena de personas en el mundo, dos de las cuales han desarrollado cuadros clínicos graves, han sido diagnosticadas hasta el momento por infecciones causadas del clado 2.3.4.4b. Este impacto casi nulo que ha tenido el clado del virus en el ser humano contrasta con otras variantes recientes. Entre 2006 y 2016, Egipto registró 356 casos y 121 fallecimientos (letalidad del 34%) y hace una década Indonesia notificó 189 infecciones y 157 muertes (letalidad del 83%) por otras formas del virus, según los datos disponibles de la OMS y otros organismos.
“El número de casos registrados en personas es muy bajo. El virus parece estar muy poco adaptado al ser humano, como lo demuestra el hecho de que el gran número de brotes registrados en granjas y otros espacios no haya provocado prácticamente ningún contagio entre las personas expuestas”, afirma Inmaculada Casas.
Una niña contagiada en enero
Una niña hospitalizada en Ecuador en enero, contagiada por las aves de corral que la familia tenía en casa, es uno de los dos únicos casos graves registrados hasta el momento. Varios de los escasos diagnósticos hechos hasta el momento, además, han resultado ser falsos positivos provocados por la contaminación de las muestras en las pruebas rutinarias realizadas a trabajadores de granjas de aves afectadas por brotes (dos de ellos en Guadalajara el año pasado).
“No sabemos todavía por qué este virus es tan poco infeccioso para el ser humano, es algo que necesita más investigación. Probablemente, los cambios que le permitieron adaptarse tan bien a las aves lo hayan hecho menos eficiente a la hora de infectar al ser humano”, sostiene Richard Webby.
Pese a ello, advierte Tim Uyeki, el mundo debe permanecer atento ante la capacidad de mutación del virus. “Como todos los virus de la influenza A, las actuales formas continúan evolucionando y pueden sufrir una reorganización genética. La vigilancia de casos en aves silvestres, de corral, mamíferos y humanos en todo el mundo es fundamental para evaluar los cambios que podrían aumentar la amenaza para la salud pública”.
El virus de la gripe aviar es uno de la docena de patógenos con potencial pandémico que la OMS mantiene bajo vigilancia. Esta es la primera pata de la estrategia en la que viene insistiendo este y otros organismos internacionales, en la que vacunas y antivirales forman el otro pilar. Un arsenal que hace, según Inmaculada Casas, que el mundo esté mucho mejor preparado para hacer frente a una hipotética pandemia causada por un virus de la gripe que lo estaba frente al coronavirus.
“La gran diferencia con el SARS-CoV-2 es que para la gripe aviar ya tenemos candidatos vacunales del clado que está circulando actualmente. Hacer la vacuna sería muy fácil y más rápido. Además, contamos con un tratamiento eficaz, como es el oseltamivir. El sistema de vigilancia de gripe fue fundado en 1952 por la OMS y esto nos permite atesorar una enorme experiencia que nos permitiría identificar y responder adecuadamente ante cualquier futura amenaza”, concluye Inmaculada Casas.
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