La Policía investiga a un entrenador de fútbol por abusar sexualmente de al menos ocho menores con la falsa promesa de un futuro profesional

En agosto del pasado año, agentes de la Policía Nacional detuvieron al entrenador de fútbol de Logroño Guillermo de Soto, conocido en el mundo del fútbol en La Rioja con el alias de Willy. Era el presunto autor de un delito de abusos sexuales contra un menor. La investigación se inició un par de meses antes, en junio, después de que la madre de ese adolescente denunciara. Tras el arresto, los agentes iniciaron una investigación en la que ahora, tras diez meses de pesquisas, se conoce la existencia de al menos siete víctimas más, que tenían entre 15 y 18 años cuando sucedieron los hechos; y la investigación sigue abierta para esclarecer si hay más afectados, dada la dilatada trayectoria del detenido en el fútbol riojano y la amplia cantidad de contenido sexual encontrado en sus dispositivos.

Por el momento, de Soto permanece en libertad con cargos a la espera de que comience el proceso judicial. Se le atribuyen un delito de pornografía infantil, cinco de corrupción de menores, tres delitos de abusos sexuales por tocamientos y otros tres de acosar sexualmente a menores haciéndose pasar por un adolescente. Y tampoco estas son las primeras denuncias contra este hombre por casos similares. Los responsables policiales han desvelado que en 2015 y 2021 ya se presentaron denuncias contra el detenido —que no reconoció los hechos ante los investigadores—, y fueron archivadas.

De Soto, de 38 años, prometía un futuro profesional en el mundo deportivo. Entrenaba al Club Deportivo Varea, en Logroño, y era también ojeador de otro de primera división, el Osasuna —ambos equipos lo despidieron tras conocer su detención—, y se servía de ambas posiciones para contactar con los menores a través de redes sociales o de aplicaciones de mensajería instantánea y comenzaba a tratar de entablar conversaciones de índole sexual en las que les solicitaba fotografías de sus genitales y les pedía citas para verse a solas. Incluso, a alguno de ellos llegó a ofrecerle dinero por sexo. Los jóvenes que finalmente accedían a alguna de las peticiones lo hacían por temor a que si las rechazaban pudieran verse perjudicados en su actividad deportiva.

Como han explicado en una rueda de prensa, los agentes también pudieron corroborar que llegó a realizar tocamientos a algunos de los menores. También averiguaron que convenció a uno de ellos para que se trasladara con él a otra ciudad pretextando que le haría firmar un contrato con un equipo profesional. El detenido propuso al chico acudir a un hostal para mantener relaciones sexuales, lo que este rechazó.

Según ha explicado este miércoles el jefe superior de la Policía Nacional en La Rioja, Manuel Laguna, el detenido se valía “de su estatus superior y de las ansias de los menores de ser alguien en el mundo profesional deportivo. Los menores tenían el temor de que ante la negativa de atender a las solicitudes del detenido no pudieran cumplir sus expectativas profesionales”.

Por su parte, la delegada del Gobierno en La Rioja, Beatriz Arraiz, ha agradecido la labor de los agentes. La operación, que sigue abierta, comenzó con una denuncia en junio de 2022. La detención se produjo en agosto del año pasado de forma fortuita en la localidad de Ventas Blancas. Como ha reconocido Arraiz, se trata de “un caso grave en el que están involucrados menores” y por ello “este tipo de delitos nunca deben silenciarse y se deben denunciar para dar protección a las víctimas y ayudar a que no haya más”.

En la operación se han intervenido numerosos archivos con imágenes de carácter sexual en las que estaban involucrados menores conocidos en mundo deportivo riojano y otros que aún no han sido identificados. En total se han localizado y examinado 62.986 archivos multimedia (más de 29 Gb) de índole sexual en los que aparecían menores de edad.

Desde el equipo regional en el que trabajaba, el Varea, el presidente del club, Daniel Arena, afirma que les “pilló muy de sorpresa la primera vez”. “Pero ahora que se ha conocido la magnitud del caso, la decepción es aún mayor. Era una persona que compartí el día a día deportivo con nosotros. Es un daño muy grave para la imagen del club, y el sufrimiento de los menores es algo que no se puede ni imaginar”, añade Arena.