Dani Alves pide a la justicia que revoque la prisión provisional y asegura que no se dará a la fuga
El exdefensa del Barça recurre la decisión de la jueza de enviarlo a la cárcel acusado de violar a una mujer de 23 años en la discoteca Sutton de Barcelona
La prioridad de Dani Alves, acusado de violar a una joven de 23 años en la discoteca Sutton de Barcelona, es abandonar cuanto antes la cárcel, donde permanece desde hace 10 noches, y recuperar la libertad. Su nuevo abogado, el penalista Cristóbal Martell, ha formalizado este lunes ante la Audiencia de Barcelona el recurso de apelación contra el auto de prisión provisional que la jueza dictó el día 20. El exlateral del FC Barcelona está desde entonces entre rejas por riesgo de fuga. La estrategia de la defensa pasa por convencer a tres magistrados de esa instancia superior de que Alves no piensa marcharse de España y que permanecerá siempre a disposición de la justicia hasta que se celebre la vista oral. El abogado ha solicitado sustituir la prisión provisional por otras medidas cautelares que sean menos gravosas para el futbolista.
La jueza que investiga la agresión sexual, ocurrida en los lavabos de la zona VIP de la discoteca la madrugada del 30 de diciembre, ordenó el ingreso en prisión provisional de Alves por uno de los tres motivos que prevé la ley en España: riesgo de fuga. La resolución sostiene que el futbolista podría tener la tentación de escapar porque las penas asociadas al delito de violación son elevadas (de 4 a 12 años de cárcel) y porque, recuerda, tiene suficiente capacidad económica como para intentarlo. La magistrada del Juzgado de Instrucción número 15 de Barcelona agrega que carece de arraigo en España —porque militaba en el club de fútbol Pumas de México, que le rescindió el contrato tras conocer su ingreso en prisión— y que posee la nacionalidad brasileña, país con el que no hay convenio de extradición.
El auto de prisión agrega que los indicios de delito son más que suficientes, que la declaración de la víctima fue rotunda y coherente y la de Alves, en cambio, confusa y contradictoria. El jugador cambió hasta tres veces de versión, con el añadido de que ninguno de esos relatos coincide con las pruebas analizadas por los Mossos d’Esquadra: las cámaras de seguridad de la discoteca, los restos biológicos hallados en el cuerpo de la víctima y la presencia de hasta siete huellas dactilares en los lavabos.
La defensa de Alves ha evitado presentar un recurso de reforma ante la magistrada que tomó esa decisión. Ha optado, en cambio, por un recurso de apelación ante una instancia superior, la Audiencia de Barcelona, que deberá tomar una decisión tras escuchar a las partes en el proceso (la Fiscalía y la abogada de la víctima). El futbolista quiere desvirtuar el riesgo de fuga y para ello ha ofrecido un abanico de medidas cautelares alternativas, así como documentación que acredita que tiene un lugar en Barcelona en el que permanecer mientras dure el proceso.
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