Las terapias psicodélicas, a la conquista del oeste de Estados Unidos
Varios Estados del país aumentan el uso de los hongos alucinógenos para el tratamiento del párkinson, el trastorno bipolar y los dolores crónicos, entre otras enfermedades
La psilocibina, una molécula en los hongos alucinógenos, comienza a abrirse paso en Estados Unidos en 2023. El 2 de enero, el Gobierno de Oregón (oeste) ha comenzado a recibir solicitudes de lo que es una incipiente industria vinculada a las terapias psicodélicas. El Estado se convirtió en 2020 en el primero que legalizó la sustancia química, lo que permite a cualquiera mayor de 21 años consumir los hongos bajo supervisión en un centro especial. La norma no permite todavía la venta al por mayor ni para uso recreativo. Tras dos años de pruebas y desarrollo de un esquema, la Oficina de Servicios de Psilocibina estatal ha iniciado sus primeros trámites. Pronto comenzarán a emitirse las primeras licencias para estos centros. Más de 4.000 pacientes han mostrado interés en las propiedades de la droga para el tratamiento de adicciones, depresión, síndrome de estrés postraumático, párkinson, alzhéimer, trastornos bipolares y dolores crónicos, entre otras enfermedades.
La sustancia, que puede encontrarse en varios tipos de hongos y ocasiona vívidas alucinaciones, ha emprendido el mismo recorrido que la marihuana comenzó en 1996, cuando California la legalizó para uso medicinal. Tanto la hierba como la psilocibina siguen siendo ilegales a nivel federal en Estados Unidos, pero esto no ha impedido que Estados y ciudades hayan comenzado a despenalizarlas, siguiendo el ejemplo de Canadá. En noviembre pasado, los habitantes de Colorado votaron para legalizar la droga, que a partir de 2024 estará disponible para todo mayor de 21 años. Colorado fue el primer Estado que legalizó la marihuana para uso recreativo.
Este avance se enmarca dentro de una tendencia mundial que lleva alrededor de un lustro recuperando la investigación en sustancias psicodélicas, que se había abandonado en los años setenta en la cruzada contra las drogas liderada por Estados Unidos. Son muchos los estudios en marcha con resultados muy prometedores para tratar sobre todo patologías de salud mental, si bien por el momento la evidencia no es suficientemente robusta para usarlas como medicamentos en la mayoría de los casos.
Natural Medicine Colorado fue la organización que inició la recolección de firmas para llevar a cabo el referéndum en el Estado. El grupo tiene entre sus promotores a Kevin Matthews, un exmilitar que estudió en la prestigiosa academia militar de West Point y que fue uno de los principales activistas que lucharon para que Denver se convirtiera en la primera ciudad del país que despenalizó el químico. Desde entonces, los veteranos se han convertido en aliados de las terapias con hongos psicodélicos después de ver algunos de sus beneficios.
“La terapia con psilocibina me sirvió cuando nada más me había funcionado”, afirma Luke R. Gruber, un soldado que combatió en Afganistán con el cuerpo de los Marines, pero que cuando regresó a casa comenzó a lidiar con problemas psicológicos: depresión, ira y síndrome de estrés postraumático. También tuvo pensamientos suicidas. De hecho, conoció del caso de algunos soldados de Colorado que se acabaron quitando la vida. “Yo pude ser uno de ellos”, confesó en un testimonio para Natural Medicine. Las pastillas que incluyen pequeños restos de hongos le ayudaron a “romper el ciclo de dolor y de pensamientos negativos”.
Por el momento, la FDA, el regulador encargado de autorizar el consumo de medicamentos y alimentos, no considera que la psilocibina tenga las propiedades de una medicina. “Esta sustancia, junto al MDMA [una droga conocida como éxtasis], se encuentran en la tercera etapa de pruebas clínicas de la FDA. Seguiremos luchando para que todos los veteranos y exmilitares puedan tener acceso a este tratamiento que a mí me cambió la vida”, explica desde San Diego en un correo Juliana Mercer, una exmarine que preside desde 2019 Heroic Hearts Project, una organización que promueve entre soldados el uso de estas terapias.
California, el mercado más grande para las drogas en Estados Unidos, podría ver despenalizados todos los psicodélicos basados en las plantas, como la psilocibina y el DMT, el ingrediente activo en la ayahuasca. El senador local Scott Wiener, un progresista de San Francisco, ha presentado una iniciativa para que sea negociada en el periodo de sesiones del Congreso estatal. La norma enfrentará una dura oposición, pues hace algo más de cuatro meses una propuesta similar fracasó por la oposición de la policía, los republicanos y los demócratas más conservadores.
“Estas drogas salvan vidas y están presentes en tratamientos muy prometedores”, dijo Wiener cuando presentó su ley. Algunas ciudades de la entidad, como San Francisco, Santa Cruz y Oakland, ya han despenalizado los psicodélicos naturales. Seattle, la ciudad más importante del Estado de Washington, también logró sacar en 2022 estas sustancias de la lista prohibida. En el este lo ha hecho Ann Arbor, en Michigan.
En mayo de 2022, el organismo gubernamental encargado de combatir las adicciones, Samhsa, respondió a una congresista que pidió a la Administración de Joe Biden información sobre la utilización del MDMA y la psilocibina en tratamientos contra el estrés postraumático y la depresión, respectivamente. La respuesta obtenida por la demócrata Madeleine Dean, representante de Pensilvania, dejaba ver que el Gobierno prepara la creación de un grupo de trabajo que seguirá la irrupción de estos tratamientos. Estos equipos ya se han puesto en marcha en Estados como los conservadores Texas y Utah, donde se ha invertido en la investigación de los hallazgos médicos. Maryland también ha prometido una beca de un millón de dólares para incentivar los hallazgos en este campo.
“Samhsa coincide en que demasiados estadounidenses están sufriendo de una crisis mental y abusando de sustancias (…) por lo que debe explorarse el potencial de terapias de empleo asistido de psicodélicos para atender esta crisis”, señalaba el documento en nombre del secretario de Salud, Xavier Becerra. Los investigadores han mostrado su confianza en que el visto bueno de la FDA llegue en los próximos dos años. El regulador dio el año pasado su aprobación a la Universidad de California en Berkeley, pionera en la investigación con sustancias psicodélicas, para hacer estudios con estas drogas.
Terapias con hongos
Los supuestos beneficios de las terapias con hongos se han multiplicado en los últimos años. El verano pasado, la revista de la Asociación Médica Estadounidense publicó los resultados de un estudio efectuado a 93 personas que tenían problemas con la bebida. Un grupo de los pacientes tomó pastillas con 25 miligramos de psilocibina y el otro tomó un placebo. Después de ingerir las cápsulas, los ojos de los participantes se cubrían con un antifaz, se les pedía que se recostaran en un sillón y se les ponía música en unos audífonos. En total, se hicieron 12 sesiones que fueron complementadas con terapia tradicional.
El resultado muestra que, ocho meses después de la primera toma de la droga, quienes tomaron las cápsulas con el ingrediente de los hongos pudieron disminuir su consumo de alcohol “de forma robusta y sostenida”. El autor del estudio, Michael Bogenshcutz, un médico del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Nueva York, afirmó que casi la mitad de quienes tomaron el psicotrópico dejaron de tomar. En el grupo de control, la cifra fue menor, del 24%, motivados principalmente por la terapia hablada.
Bogenschutz cree que la sustancia activa mejora las conexiones neuronales, al menos de forma temporal. “Más partes del cerebro hablan con otras partes del cerebro”, aseguró el médico. En más de 20 años no se ha aprobado un nuevo medicamento para tratar el alcoholismo y solo se conocen tres medicamentos para reducir la dependencia del alcohol.
Estudios similares han arrojado resultados positivos en el tratamiento de la depresión. Los médicos ofrecieron cápsulas de psilocibina a 233 adultos en Norteamérica y Europa. Los resultados, publicados en la revista médica de Nueva Inglaterra, mostraron que a mayor dosis mayores resultados. Después de las primeras tres semanas de sesiones de entre seis y ocho horas, el 37% de los pacientes con mayores dosis presentaban mejoras en sus síntomas. Pero el resultado no tuvo un efecto duradero, pues con el paso de tres meses varios de los problemas volvieron. Los encargados del estudio, entre los que se encuentra Compass Pathways, una firma basada en Londres que cotiza en Bolsa y busca desarrollar la psilocibina para uso comercial, han anunciado que harán un estudio a mayor escala.
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