Detenida una mujer por la muerte de su hija de seis años en Gijón

Un ramo de flores envuelto en una bolsa de plástico descansa al anochecer de este lunes al pie de las escaleras de un portal en Gijón. La soledad que desprendía esa estampa recuerda que en ese edificio ha muerto una niña de seis años. El número 71 de la calle de Gaspar García Laviana ha vivido a lo largo del día una agitación de policías, vecinos extrañados y periodistas congregados por la noticia que ha sobrecogido al bloque: la madre de la pequeña Olivia se encuentra detenida después de que las autoridades encontraran durante la madrugada del domingo el cadáver de su hija. Las primeras pesquisas apuntan a que la menor recibió una gran dosis de barbitúricos que acabó con su vida. El padre de la pequeña, que vive fuera en el pueblo segoviano de Torrecaballeros y llegó sobrecogido por la tarde a la ciudad, ha denunciado que tras cinco años de litigio con la madre se le había asignado recientemente la custodia de la niña y que había pasado unos días con él antes de regresar a Gijón, para estar unos días con la acusada.

La Policía Nacional descubrió lo ocurrido en la medianoche de este domingo, tras recibir la llamada de varios familiares en la que alertaban que no lograban contactar con la adulta y no sabían nada de la niña. Los agentes localizaron al dueño del inmueble, ya que la acusada lo tenía alquilado, y lograron acceder a la vivienda pasada la medianoche. Las autoridades hallaron a la niña en una cama junto a su madre, de 48 años, quien declaró a los agentes haber tomado pastillas. La mujer fue hospitalizada y arrestada por su presunta implicación en los hechos. Los servicios de emergencia no pudieron salvar a la niña cuando llegaron al piso alertados por los agentes. La niña llevaba seis horas muerta, según informa El Comercio. La autopsia revelará las circunstancias del suceso.

El padre de Olivia, que hacia la una de la tarde se ha personado ante la vivienda donde residían la presunta homicida y la menor, ha expresado su intenso dolor ante lo ocurrido y ha informado de las circunstancias que han rodeado el suceso. El hombre, llamado Eugenio García, ha indicado que él y su expareja se habían separado hace tiempo y que este martes tenía previsto llevársela con él a la localidad segoviana una vez que los tribunales, después de cinco años de pugna con la justicia, le habían concedido la custodia permanente de la fallecida. “No os imagináis el dolor inmenso que es esto. No os imagináis lo que es perderla”, ha manifestado entre lágrimas ante el inmueble. El próximo marzo, ha añadido, la niña iba a cumplir siete años. “Esto es una pena, esto no va ni de hombres ni de mujeres, esto va de que no pueden hacer esto a un niño, por Dios”, ha lamentado el hombre, que posteriormente se ha desplazado a la comisaría gijonesa donde se están estudiando los hechos.

García ha explicado que el colegio asturiano donde estudiaba la niña, el Corazón de María, y también el Claret de Segovia, donde iba a formarse este año cuando se mudara con él, realizarán un homenaje a la pequeña. “Vamos a aplaudir en el patio”, ha indicado. Del mismo modo, el ayuntamiento segoviano de Torrecaballeros ha convocado para este martes un acto de cinco minutos de silencio en recuerdo de la menor, que será enterrada allí. “Manifestamos nuestra más rotunda y absoluta condena ante los deleznables hechos de los que hemos tenido conocimiento esta mañana”, dice la nota de prensa, que ha detallado que el funeral de la niña se celebrará ese mismo día a las 16.30 horas en la iglesia de San Nicolás de la localidad.

Fuentes policiales aseguran que aún es pronto para establecer hipótesis firmes sobre los hechos, pero confirman que “la madre estaba por la mañana en estado de shock”. La alerta que movilizó la actuación de la Policía Nacional la emitió un hermano de la madre, que no reside en Gijón. La policía trasladó a la sospechosa desde el hospital en torno a las 11.30 horas para que declarara en la comisaría, aunque finalmente no ha pasado a disposición judicial.

La mujer vivía desde este verano junto a la menor en una casa alquilada en esta calle del barrio de El Llano. En esta zona residencial tranquila, tras el trasiego mañanero, decenas de niños caminaban por allí disfrazados por motivos de Halloween. A apenas unos portales de distancia del 71 fatídico decenas de niños juegan y disfrutan de un malabarista con mazas de fuego sin saber el suceso ocurrido en un lugar tan cercano. Los paseantes miran al portal, donde apenas hay movimiento, y comentan la noticia con pesar. Un vecino que se sube en el ascensor tras la jornada laboral asegura que “no las conocía” y que al llevar solo unos meses habitando allí no había cuajado trato con ellas. Una residente contigua a la puerta precintada por la Policía afirma, sin abrir la puerta, que en estos meses no notó nada raro: “Nunca oí una palabra más alta que la otra”.