Los obispos españoles arremeten contra la ‘ley trans’ y la tildan de “perversión”
La Conferencia Episcopal Española acusa a los poderes públicos de promover una “colonización ideológica” a través de la ideología de género
Los obispos españoles han arremetido este lunes contra la futura ley trans, a la que han definido como “la perversión de una legislación ideológica”. En un comunicado, la Conferencia Episcopal Española (CEE) —a través de la subcomisión episcopal para la familia y defensa de la vida— acusa a los poderes públicos de promover una “colonización ideológica” a través de las nuevas leyes impulsadas por el Ministerio de Igualdad.
“Un estado democrático no puede imponer una peculiar y reducida visión antropológica en todos los ámbitos: educativo, jurídico, sanitario, laboral, en los medios de comunicación, en la cultura, el deporte y el ocio”, aparece en el documento. En forma de decálogo, la CEE desgrana su visión de la teoría queer y “las consecuencias” que, en su opinión, puede traer la aprobación de dicha ley, en estos momentos en periodo de discusión del articulado en el Congreso de los Diputados, después de que el jueves pasado la cámara baja tumbara las enmiendas a la totalidad presentadas por el Partido Popular y Vox.
“Hay que alzar la voz con fuerza y denunciar el uso de tratamientos prematuros e irreversibles, aún más cuando no se está seguro de la existencia de una auténtica disforia de género”, destacan los obispos en uno de sus puntos, usando un concepto no vigente en la actualidad. La Organización Mundial de la Salud despatologizó en 2018 la transexualidad, sacándola de su listado de enfermedades y tras reconocer que aquello suponía discriminación y violencia hacia las personas trans.
Sin embargo, el término está extendido entre los argumentos de la CEE para frenar la aprobación de la normativa. Entre ellos, que en los últimos meses se ha incrementado considerablemente el número de adolescentes que “piden cambiar de sexo sin presentar una auténtica disforia de género” y, según la Iglesia española, porque están movidos por una inestabilidad afectiva “propia” de esa edad. “Todos los estudios científicos coinciden en que más del 70% de los niños que piden cambiar de sexo, cuando pasan la adolescencia, no siguen pidiendo el cambio”, aparece en el texto, que no remite a ninguno de esos estudios científicos ni da referencias para encontrarlos.
Del mismo modo, los prelados defienden que “la reasignación de sexo hormonal y quirúrgico” no soluciona los problemas “que conllevan los trastornos de disforia” y subraya que hay “muchos testimonios” de personas que se han sometido a este proceso y “no han visto solucionada su situación”.
En España, no hay un dato ni actualizado ni claro de cuántas personas se someten a un proceso de detransición y son puntuales las cifras que se conocen sobre la población trans, que no cuenta con una recogida de datos oficial; y en la mayoría de la investigación académica que se lleva a cabo, los datos referidos son usuarios de las unidades de identidad de género de los hospitales. Por ejemplo, el estudio Transsexuality: Transitions, detransitions, and regrets in Spain [Transexualidad: Transiciones, detransiciones y arrepentimiento en España], de 2020, tuvo “una cohorte de 796 personas con incongruencia de género atendidas desde enero de 2008 hasta diciembre de 2018 en la Unidad de Identidad de Género” del hospital valenciano Doctor Peset; de ellos, tienen ocho casos documentados de “detransición y/o desistencia”.
“Atentado contra la dignidad humana”
Aunque la CEE ha insistido en que “las personas con disforia de género” deben ser respetadas y tratadas “con los medios lícitos puestos a disposición por la medicina”, también ha advertido a sus fieles que el papa Francisco ha descrito la “ideología de género” como “uno de los mayores atentados de nuestros días contra la dignidad humana” y ha asegurado que “esta nueva ley de la transexualidad” impone “arbitrariamente” una única concepción antropológica. En contraposición a esto último, el episcopado español sostiene que “la antropología adecuada que nos muestra la persona es la unión de cuerpo y alma”.
Entre otras proposiciones, la ley trans incluye la prohibición de las terapias de conversión, incluso cuando cuenten con el consentimiento de la persona interesada o de sus representantes legales. Algunas diócesis, como la de Alcalá de Henares, son conocidas por haber promovido este tipo de procedimientos, apoyados siempre por la CEE. De hecho, hace tres años y tras una investigación de Eldiario.es, partidos como Más Madrid y organizaciones como Arcópoli denunciaron ante el gobierno regional al obispado complutense —por entonces dirigido por Juan Antonio Reig Pla— por desarrollar estas sesiones, ya que vulneraban la Ley de Protección Integral contra la LGTBfobia de la Comunidad de Madrid ― que considera estas “terapias” como una infracción “muy grave” y con multas de hasta 45.000 euros—. Finalmente, la Consejería de Políticas Sociales cerró el caso el pasado abril porque las pruebas presentadas por dicho diario “vulneraban el derecho a la intimidad”.
En el mismo documento, los obispos españoles han vuelto a posicionarse en contra de la reforma de la ley del aborto al considerar varios de sus “aspectos” como “reprobables”. Entre ellos, que el aborto sea considerado como un derecho, que las mujeres entre 16 y 17 puedan interrumpir su embarazo sin el consentimiento de sus padres, la eliminación del periodo de reflexión o “la obligatoriedad de que los médicos que rechacen realizar abortos tengan que inscribirse en un registro de objetores de conciencia”, entre otros.
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