El primer semestre registra 19 feminicidios fuera de la pareja
Una nueva clasificación para los crímenes contra mujeres incluye los cometidos con un componente de género en ámbitos familiares, sexuales, sociales y vicarios
Jessica Méndez, la mujer de 29 años a la que su vecino José Eirín asesinó embistiendo su coche contra el de ella el pasado marzo en Pontevedra, es ya víctima de la violencia machista. Oficialmente. A partir de ahora, el Gobierno no solo contabilizará los asesinatos cometidos por las parejas o exparejas —lo que ha estado conformando el marco de la violencia machista—, sino todos aquellos que tengan un componente de género, porque la violencia relacionada con la misoginia y las desiguales relaciones de poder va más allá de lo sentimental. Así, España será desde este lunes 12 de septiembre el primer país del mundo con una estadística oficial de feminicidios, que amplía ese ámbito de las relaciones, y que se clasifican fuera de la pareja y expareja en cuatro categorías: familiar, sexual, social y vicario. Con este nuevo listado, entre enero y junio de este año, han sido asesinadas 19 mujeres. 19 mujeres, todas, víctimas de hombres que las conocían. 19 mujeres que dejan una niña y dos niños huérfanos.
Esta nueva recogida de datos será publicada de forma trimestral, según han explicado este lunes la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez, y la delegada del Gobierno contra la violencia de género, Victoria Rosell: “Era algo que le debíamos a la sociedad y a las mujeres”. Este compromiso se puso por primera vez sobre la mesa en diciembre de 2018, cuando el Ejecutivo entonces confirmó que se estaba trabajando en una nueva estadística. Sin embargo, ha explicado la delegada, “tenía la dificultad de no tener engrasada la maquinaria [como sí tiene la de víctimas de violencia machista dentro de la pareja o expareja, en marcha desde 2003], y el proceso de confirmación se complicaba” al no entrar en ese ámbito.
“19 años de aprendizaje” con la estadística de violencia machista actual, ha recordado Rosell, han sido claves para que estos datos puedan empezar ya a ser recogidos, analizados y publicados. Un proceso de información que permitirá conocer más de cerca cómo opera la violencia fuera de lo que se entiende como ámbito sentimental y, por lo tanto, activar “políticas y recursos” específicos y concretos de cara al futuro, como ha insistido Rodríguez. También ella ha recordado que “lo que no se nombra no existe”, y que “hay que empezar a reconocer como Gobierno que ha habido asesinatos que han pasado debajo del radar”.
Esos crímenes que han “pasado debajo del radar” y que ahora se han incluido en esta primera tanda de datos, son provisionales. Y han insistido tanto Rodríguez como Rosell en que es un listado nuevo con todas las implicaciones que eso conlleva: son cifras de un solo semestre, hay que esperar para conocer la evolución y ver si se asientan o cambian, no se pueden comparar de forma sencilla con los datos de violencia machista actuales [con serie histórica desde 2003] y acarrean obstáculos, como tener que analizar caso por caso para ver si existe o no el componente de género que hace de un asesinato un feminicidio, de ahí que, en parte, su publicación vaya a ser trimestral.
Por ahora, la recopilación y su análisis ya han dejado ver algunas características que no se conocían. Para Rodríguez, tres cuestiones importantes se desprenden de los datos. Una, que se “demuestra que la relación de las mujeres con la violencia es a lo largo de toda la vida, no solo en la pareja”. Otra, que “hijos y nietos” y los hombres que conviven con esta violencia desde que nacen, también perpetúan “esas relaciones de poder” que ven en casa, y no solo cuando llegan a la edad adulta y no solo con sus parejas. Y la última, que vuelve a corroborarse que la “idea de terror sexual” que lleva inherente agresores desconocidos está lejos de ser la realidad.
Esas tres cuestiones de las que habla Rodríguez tienen su origen en tres datos. El primero, que en el 100% de las muertes, los asesinos conocían a sus víctimas. El segundo, que al considerar la edad de las mujeres asesinadas, el 57,9% eran mayores de 60 años, y eso, añade Rodríguez, es una diferencia “notable” entre los rangos de edad si se comparan con los asesinatos dentro de la pareja o expareja, donde están mayoritariamente entre los 41 y los 50 años. Eso “da cuenta” de que la violencia “acompaña” a las mujeres durante toda su vida por parte no solo de novios o maridos o ex, sino de cualquier hombre con quienes tengan una relación más o menos cercana, familiar o no.
Y ese mismo dato refrenda la idea de la “perpetuidad de la violencia”. Porque en casi cuatro de cada 10 casos, los agresores vivían con sus víctimas, y ese es un porcentaje que aumenta en los feminicidios familiares —que suponen la mayoría de la nueva estadística—, en los “que casi la mitad de los agresores, el 45,5%, convivía con su víctima”. En nueve de los casos, el agresor era un descendiente de la víctima, en seis de ellos eran hijos y en tres, eran nietos. También ha cometido asesinato un padre y en otro caso, un familiar de la mujer.
Los feminicidios sexuales fueron dos, y estuvieron cometidos por un vecino y un conocido, y, apuntó Rodríguez, “en ambos casos se trataba de mujeres menores de 16 años”. Los sociales fueron seis y estuvieron perpetrados por tres vecinos, dos compañeros de piso y un conocido. La cifra de mujeres asesinadas por violencia de género en España dentro de la pareja o expareja asciende a 28 en 2022 y a 1.158 desde 2003.
Algunas claves y dudas de la nueva estadística
¿Qué engloban cada una de las categorías?
Feminicidio en la pareja o expareja. Dejará de usarse el término asesinatos por violencia machista y pasarán a tener esa nueva denominación.
Feminicidio familiar. Es el asesinato cometido por un hombre del entorno familiar de la mujer, e incluirá los llamados crímenes de honor.
Feminicidio sexual. El asesinato de cualquier mujer directamente relacionado con una agresión sexual. Incluirá también a las víctimas de trata y/o explotación sexual, mujeres con profesiones estigmatizadas por cuestión de género, matrimonio forzado y mutilación genital femenina.
Feminicidio social. La agresión no sexual por parte de un hombre que no sea ni familia ni pareja o expareja de la víctima. Por ejemplo, los que puedan cometerse por vecinos, amigos, compañeros de trabajo o empleadores.
Feminicidio vicario. El asesinato de una mujer mayor de edad como instrumento para el perjuicio o daño a otra mujer; pueden ser dentro o fuera del ámbito de la pareja o expareja.
¿Cualquier asesinato de una mujer perpetrado por un hombre es un feminicidio? No, tiene que existir un componente de género, machista, es decir, que el asesinato se produzca por la estructura desigual de poder entre hombres y mujeres. “Pero habrá excepciones, claro”, explican desde el Ministerio de Igualdad, como un robo con violencia o un siniestro laboral.
¿Desaparece la actual estadística de asesinatos por violencia machista? No, se mantiene tal y como hasta ahora. Solo que esos asesinatos pasarán a denominarse feminicidios dentro de la pareja o expareja. Y, en cualquier caso, la comparación con el resto de feminicidios solo podrá hacerse para los periodos en los que existan datos para todos. Es decir, a partir del 1 de enero de 2022.
¿Desaparece la actual estadística de violencia vicaria? No, esa estadística, que hasta ahora recogía el asesinato de los hijos e hijas de las mujeres como forma de hacer daño a la madre por parte de los hombres que habían sido sus parejas o exparejas, tanto si eran sus padres como si no, también se mantiene. Lo que hace ahora Igualdad es ampliar el concepto de violencia vicaria para acoger también esa forma de hacer daño a las mujeres a través de mujeres mayores de edad (como amigas, por ejemplo).
¿El asesinato de una mujer puede estar presente en varias categorías? No, solo aparecerá en una de ellas. Aunque la violencia machista se produce desde distintos frentes que suelen solaparse [por ejemplo, puede darse violencia sexual, física y económica a la vez], a la hora de contabilizar estos asesinatos las categorías serán estancos y serán incluidos en el apartado que configure la razón más directa del asesinato para que no se produzcan duplicidades.
Ahora, el objetivo es cumplir con el Convenio de Estambul, aprobado en 2014 para prevenir y luchar contra estos asesinatos, también con el Pacto de Estado Contra la Violencia de Género, de 2017, y con los mandatos internacionales de derechos humanos. Y, sobre todo, conocer más de cerca la violencia para poder “proteger a las mujeres”. A todas. No solo a las que la sufren dentro de sus relaciones de pareja o cuando ya terminan.
Esta nueva estadística, ha dicho Rodríguez, no es una cuestión técnica, sino “profundamente política”. Y que “sirve para nombrar aquello que hasta ahora ha permanecido en silencio, es un acto de ruptura de ese silencio y también de reparación de las víctimas, y ha de servir para un empuje de políticas y recursos y para poner el foco en la desigualdad de poder que las mujeres sufrimos a lo largo de toda la vida”.
El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia de género y a sus familias o entorno las 24 horas del día, todos los días del año. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero se ha de borrar la llamada del dispositivo. También se puede contactar a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el número 600 000 016.
Datos de la primera estadística de feminicidios
Tipos de feminicidios
- Familiares, 11, el 58%.
- Sociales, seis, el 32%.
- Sexuales, dos, el 10%.
- Vicarios, 0%.
Denuncias previas
- En 17 casos (89,5%), las mujeres no habían denunciado. Los dos casos que habían denunciado eran familiares, y solo representan el 18% de este tipo de feminicidios. En el caso de los feminicidios en pareja o expareja este porcentaje disminuye al 69,9%.
Número de huérfanos menores de 18 años
- Tres, dos huérfanos y una huérfana.
Menores víctimas mortales por violencia contra las mujeres
- Un niño dentro de la violencia vicaria (dentro de la pareja o expareja).
- Un niño fuera de la violencia vicaria (fuera de la pareja o expareja).
Características sociodemográficas de los presuntos agresores
- Por franjas de edad, el mayor grupo se concentra entre los 31 y los 40 años (5). Le siguen dos horquillas con el mismo número de agresores (4), la de 21 a 30 años y la de 51 a 60 años. De los 41 a los 50 hay tres; dos menores de 16 años y uno entre los 71 y los 84 años.
- Por nacionalidad, 15 (el 78,9%), son españoles, y cuatro (el 21,1%), son extranjeros.
Características sociodemográficas de las víctimas
- Por franjas de edad, el mayor grupo se concentra entre los 51 y los 60 años (5). Le siguen cuatro víctimas de más de 84 años. Después hay tres horquillas con dos víctimas en cada una, la de menores de 16 años, la de 41 a 50 años y la de 71 a 84 años. Por último, de 18 a 20, de 21 a 30, de 31 a 40 y de 51 a 60 años, registran una víctima cada uno de esos grupos etarios.
- Por nacionalidad, 18 (el 94,7%), son españolas, y una (el 5,3%), es extranjera.
Relación del presunto agresor con la víctima
- Hijos, hijastros o nietos: nueve.
- Vecinos o compañeros de piso: seis.
- Otro conocido: dos.
- Padre o padrastro: uno.
- Otro familiar: uno.
- Desconocido: cero.
Convivencia de la víctima con el presunto agresor
- El 36,8% de las víctimas, siete de ellas, convivían con sus presuntos agresores.
Suicidio posterior del presunto agresor
- En el 78,9% de los casos, el agresor no intentó suicidarse. Mientras que en el caso de los feminicidios en pareja o expareja, más de la mitad (52,2%) lo intentaron o lo lograron.
Por autonomías
- Las CCAA con más casos de feminicidios, tres en cada una de ellas, han sido Andalucía (dos familiares y uno sexual),
Canarias (dos familiares y uno social) y Cataluña (todos familiares). Cada una de estas regiones representan el 15,8% de los casos sobre el total, seguidos por dos casos en Aragón (uno familiar y otro social), y la Comunidad de Madrid (ambos sociales), suponiendo estas dos últimas comunidades, cada una, el 10,5% de los casos. - En el caso de los feminicidios en pareja o expareja, Andalucía, con seis casos (el 26,1 %) es la comunidad autónoma con más casos, seguida de Castilla-La Mancha con cinco casos (el 21,7%), y Cataluña con cuatro (17,4%). "Es necesario tener en cuenta que estos son datos absolutos y no tasas, por lo que es normal que haya más casos en comunidades con más población. Las tasas por 100.000 mujeres indican que en el ámbito de la pareja/expareja las más altas tienen lugar en Ceuta (2,44)
seguida de Castilla-La Mancha (0,49). En cambio, para el resto de feminicidios la tasa más alta se da en Cantabria (0,27) seguida de Canarias (0,33)", matizan desde el Ministerio de Igualdad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.