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El conde de Atarés, asesino de su pareja y una amiga, nunca tuvo licencia de armas a pesar de tener un arsenal en casa

El aristócrata tenía antecedentes por violencia doméstica, con una orden de alejamiento de su madre y su hermana que sigue en vigor, y un caso inactivo en el sistema Viogén por maltrato a su pareja

Agentes de la Policía Nacional vigilan el entorno de la vivienda donde se produjo el crimen mientras es retirado uno de los cadáveres.Vídeo: EPV

No tenía licencia de armas, pero Fernando González de Castejón, conde de Atarés y marqués de Perijáa, tenía un pequeño arsenal en casa. Alrededor de una decena: armas cortas y largas, de colección y aptas para usar, entre ellas pistolas con silenciador, cuyo uso está prohibido en España, además de un puño americano, una especie de daga y una espada parecida a un florete. Fue con una de las pistolas con la que este lunes mató a tiros a su pareja y a una amiga de esta. Después, se suicidó. Ocurrió en el número 205 de la madrileña calle de Serrano. Eso es lo que apunta hasta ahora la investigación, que se estudia como un posible caso de violencia machista.

El Grupo V de Homicidios, encargado de las pesquisas, explicó que todo ocurrió sobre las dos de la madrugada, cuando varios vecinos escucharon golpes y detonaciones. Pero fue a las diez de la mañana, ocho horas después, cuando el portero de la comunidad avistó desde el patio interior uno de los cadáveres y dio el aviso.

El aristócrata, de 53 años, tenía una colección de armas en un mueble de su salón; cerca, se exhibía una cruz militar con una esvástica en el centro. Fue en esa estancia donde se encontró su cuerpo y el de la amiga de su pareja, de 70 años. Junto a los cadáveres, en el suelo, estaba la pistola con la que el aristócrata había cometido supuestamente el doble homicidio y después se había suicidado. Los agentes también encontraron en una habitación del domicilio una caja con munición de arma corta, un uniforme militar y una bandera con el escudo preconstitucional colgada de la pared.

Fuentes cercanas al caso explican que la cronología de los asesinatos está clara: “Primero asesinó a su pareja en la cocina, de un disparo en la sien. Luego a la mujer que estaba con ella, en el salón, y justo después se suicidó”. Fue la diferencia de edad de las mujeres lo que en un primer momento “dificultó” a la Policía identificar la relación que había entre los tres. Y fue en esa búsqueda cuando descubrieron que en esa casa faltaba alguien: la hija de 10 años del conde y su mujer. Esas mismas fuentes explican que el tiempo que tardaron en dar con ella fue “un infierno”.

La niña estaba en casa de una amiga. Su madre y ella habían estado de viaje en París y a su vuelta, la mujer la dejó con esa amiga y ella se fue a la casa familiar, el piso de la calle de Serrano. ¿Por qué estaba allí, de madrugada, esa otra mujer? Personas cercanas a la investigación cuentan que la amiga de la mujer del conde “pasaba días con ella” porque estaba asustada y temía las violentas reacciones del marido. Y no eran recientes.

En 2009 fue denunciado por maltratar a su hermana y a su madre. Pagó entonces una multa de 10 euros durante 45 días y se le impuso una orden de alejamiento que, según fuentes de la investigación, sigue en vigor. Casi una década después, en 2018, la Policía Nacional medió en una discusión que se estaba produciendo en la calle entre el aristócrata y su mujer, con la niña delante. Él estaba gritando e insultándola y los agentes lo detuvieron. Ella declaró que “consumía drogas y alcohol”, que “a veces le cambiaba el carácter” y que “de vez en cuando” recibía empujones y tirones de pelo. Las drogas y el alcohol, recuerdan expertas y expertos, son elementos que pueden ayudar a agudizar la violencia, pero no la originan.

Se iniciaron acciones de oficio, pero la mujer, como la inmensa mayoría de mujeres, no quiso denunciar. Y aunque esas acciones continuaron y hubo juicio rápido, no quiso comparecer. Desde el Ministerio del Interior confirman que “el caso que tenía abierto en el Sistema Viogén se declaró inactivo en 2018 por resolución judicial”. En el expediente figura “riesgo no apreciable”. Tres de cada cuatro asesinadas por su pareja o expareja no habían acudido a la justicia: el miedo al agresor, a no ser creídas o las posibles consecuencias sobre sus hijas e hijos frenan a las víctimas.

A pesar de la cantidad de armas que había en esa casa, en el Registro Nacional de Armas no consta que el aristócrata hubiera tenido nunca una licencia para poseer ninguna. Cuando se abrieron diligencias por violencia doméstica en 2009, se hizo el requerimiento de armas correspondiente, “pero consta en el expediente que ni tenía licencia ni armas”. “No existe ninguna comunicación de ningún tipo de arma a su nombre”, insisten las mismas fuentes. También cuentan que vecinos y vecinas, durante la investigación de las últimas 24 horas, han asegurado que lo oían hacer “prácticas de tiro en el patio interior” y que alguna vez amenazó a una de ellas “con matar a su perro porque le molestaban los ladridos”.

Ahora, de confirmarse la naturaleza machista de este asesinato, serían 20 las mujeres asesinadas por violencia de género en España en este 2022 y 1.150 desde 2003. El número de menores huérfanos por este tipo de crímenes ascendería a 19 este año y a 356 desde 2013, cuando comenzaron a contabilizarse en estadísticas oficiales.

Las víctimas de la violencia machista y su entorno pueden pedir ayuda en distintos recursos activos todos los días de la semana y las 24 horas del día: el teléfono 016, el correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y el canal del WhatsApp en el número 600 000 016.


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