Los farmacéuticos avisan de que las pastillas con yodo que venden no protegen frente a la radiación
Los medicamentos con este elemento están indicados para embarazadas y personas con hipotiroidismo, y tienen una dosis hasta 1.300 veces más baja que la necesaria ante un riesgo nuclear
El Consejo General de Colegios de Farmacéuticos ha lanzado un aviso para responder a las consultas de algunos ciudadanos a sus asociados en el que informa de que los medicamentos y suplementos alimenticios con yodo a la venta en las farmacias españolas no tienen ninguna utilidad frente a una hipotética radiación que afectara a España en caso de agravarse la guerra en Ucrania. “Tendrías que tomarte entre 400 y 1.300 pastillas al día para acercarte a las dosis prescritas frente a la radiación, con el riesgo de efectos secundarios que esto tiene”, afirma Iván Espada, responsable del área de Información del Medicamento del organismo.
Los datos preliminares y consultas hechas a los farmacéuticos por el consejo no han detectado, más allá de algunas preguntas, un incremento de la venta de medicamentos con yodo. “Son fármacos que necesitan la receta de un médico y lógicamente no se venden por unos temores infundados. Están indicados para mujeres embarazadas, que necesitan un suplemento de yodo por la formación del feto. También para algunos pacientes con hipotiroidismo, en los que se busca estimular la producción de una hormona llamada tiroxina. Pero estas pastillas contienen de 0,1 a 0,3 miligramos de yodo, mientras que las que se usan frente a la radiación rondan los 130 miligramos”, añade Espada.
En las farmacias y otros establecimientos como herbolarios también pueden encontrarse suplementos alimenticios con yodo con dosis generalmente más bajas que los fármacos, pero estos son de venta libre y no hay datos sobre su comercialización. Los expertos no ven ningún sentido en tratar de alcanzar las dosis útiles por esta vía, entre otras razones, por el elevado coste económico que tendría para el ciudadano.
El yodo en grandes dosis se distribuye entre la población en caso de accidentes o explosiones nucleares para colmar las necesidades de este elemento que tiene la glándula tiroides, que así ya no podrá asimilar el yodo radiactivo y con ello se evitará el riesgo de desarrollar cáncer. En España, a diferencia de algunos países del norte de Europa, no hay ningún medicamento aprobado de estas características ni las pastillas para este fin se venden en farmacias.
Suecia y Finlandia utilizaron las pastillas en 1986
“En el caso de que fueran necesarias en un contexto bélico, sería la Farmacia Militar la responsable de su producción y distribución entre la población. También se almacenan las pastillas con yodo frente a la radiación como prevención en caso de accidentes en centrales nucleares, aunque en este caso su gestión depende de Protección Civil”, continúa Espada.
Países como Bélgica han desarrollado desde 2018 planes para proteger a la población en caso de fugas nucleares, sin relación con un conflicto bélico, por lo que los ciudadanos pueden retirar pastillas de yodo de las farmacias. Estos productos también están a la venta en otros lugares como Suecia y Finlandia, que sí las utilizaron en 1986 por las nubes con radiación que llegaron a sus territorios tras el accidente en la central nuclear de Chernóbil.
En los últimos días, tras la invasión rusa de Ucrania, varias farmacias de estos países y otros como Polonia han visto aumentar las ventas y peticiones de estas pastillas, hasta el punto de que el Gobierno sueco ha tenido que recomendar a la población que dejara de comprarlas porque “no hay ningún motivo” para su consumo en la situación actual. Este solo estaría justificado si las hostilidades provocaran un accidente en alguna de las centrales nucleares situadas en territorio ucraniano o de que Rusia decidiera utilizar su arsenal atómico.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.