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Macron advierte de que tiene ganas de “joder” a los no vacunados: les limitará la actividad social

En una entrevista con el diario ‘Le Parisien’ adelantada la noche del martes, el mandatario francés afirma que busca forzar a estos ciudadanos a inocularse, aunque se muestra contrario a la vacunación obligatoria

Emmanuel Macron ha confesado su intención de "fastidiar" a los no vacunados para que cambien de opinión.Foto: POOL (REUTERS) | Vídeo: REUTERS
Silvia Ayuso

El presidente francés, Emmanuel Macron, ha confirmado en una entrevista su estrategia principal para combatir la pandemia de coronavirus: vacunar, vacunar, vacunar y hacerle la vida imposible a los no vacunados hasta que cambien de opinión. O, más literalmente, “fastidiarles” o “joderles” la vida a los que siguen resistiéndose a ponerse las dosis para protegerse y proteger a los demás. Así se puede traducir el nunca elegante verbo de emmerder, elegido por el mandatario en sus declaraciones en el diario Le Parisien, que ha adelantado la noche del martes la entrevista y que rápidamente ha creado una fuerte controversia y un gran revés para el Gobierno: la sesión parlamentaria que discutía de emergencia la ley para aprobar el pasaporte de vacunación fue suspendida una vez más tras conocerse las controvertidas declaraciones del mandatario.

“Yo no estoy a favor de joder [emmerder] a los franceses. Me quejo todo el día cuando la administración lo hace. Pero bueno, a los no vacunados sí que tengo muchas ganas de joderlos. Y vamos a seguir haciéndolo hasta el final. Esa es la estrategia. No voy a meterlos en prisión, y no los voy a vacunar por la fuerza. Pero hay que decirles: a partir del 15 de enero, ya no podréis ir a un restaurante, no podréis tomar una copa ni ir al teatro, no podréis ir al cine…”, explicó el mandatario en referencia al proyecto de ley que en esos momentos seguía discutiéndose aún en el Parlamento para que, a partir de mediados de mes, el actual pasaporte covid, que permite el acceso a lugares públicos cerrados mostrando la vacunación completa o un test negativo, pase a ser exclusivamente un pasaporte de vacunación.

Actualmente, unos cinco millones de “refractarios”, como los llama Macron, siguen negándose a vacunarse en Francia, donde la vacunación ya está abierta a todas las edades desde los cinco años. En el mismo día en que Macron conversaba con siete lectores de Le Parisien que son los que le han realizado las preguntas, Francia batía un nuevo récord de contagios, 271.686 en las últimas 24 horas.

Las palabras de Macron, quien a lo largo de sus casi cinco años de mandato se ha visto en varias ocasiones cuestionado por lo desafortunado de ciertas expresiones elegidas, han tenido un impacto inmediato.

La prensa francesa destacó rápidamente esa voluntad de emmerder presidencial y sus rivales potenciales en las presidenciales de abril (Macron ha dicho que tiene “ganas” de presentarse a la reelección, pero que todavía no ha llegado el momento de declarar sus intenciones) no han tardado en criticar, tanto desde la izquierda como desde la ultraderecha, una forma de hablar cuanto menos poco elegante.

“Un presidente no debería decir eso”, tuiteó la líder ultraderechista Marine Le Pen, parafraseando el título de un libro sobre el predecesor de Macron en el Elíseo, el socialista François Hollande, quien poco después de su publicación anunció que no se postularía a las elecciones que acabó ganando Macron. “El presidente es el garante de la cohesión nacional. Hoy es el promotor de la división nacional (…). Es una falta política y una falta moral grave en un país que él ha continuado fracturando”, declaró poco después desde la Asamblea Nacional, donde como diputada asistía a los debates sobre el pasaporte vacunal.

Su rival en la extrema derecha, Éric Zemmour, aprovechó las palabras del mandatario para asegurarle a Macron que él no “joderá” a los franceses. “Presidente, yo dejaré de joder a los franceses. El presidente saliente habla abiertamente de joder a una categoría de franceses”, tuiteó.

Las críticas a las palabras de Macron han llovido desde todo el arco político. Mientras que el entorno de la candidata conservadora Valérie Pécresse coincidía en afirmar, según la cadena BFMTV, que el presidente “divide cuando el país nunca ha estado tan fracturado”, la candidata socialista, Anne Hidalgo, ironizaba sobre las constantes aseveraciones del mandatario de que quiere unir al país. “Reunir a Francia”, tuiteó la también alcaldesa de París bajo una copia de un teletipo destacando las nuevas declaraciones de Macron.

“Confesión asombrosa de Macron. Está claro que el pasaporte vacunal es un castigo colectivo contra la libertad individual”, comentó el líder y candidato presidencial izquierdista Jean-Luc Mélenchon, que agregó que “mientras que la OMS aboga por ‘convencer más que obligar”, para Macron se trata de “fastidiar ante todo. Desolador”, lamentó.

El maremoto que ha provocado la entrevista salpicó a la Asamblea Nacional, donde los diputados tenían previsto pasar la noche discutiendo el proyecto de ley de pasaporte de vacunación tras la interrupción inesperada de la sesión la noche anterior, hecho que fue duramente criticado por el Gobierno. Esta vez, sin embargo, la razón llegaba directamente del Elíseo y de las palabras de su inquilino en la entrevista.

“Queremos saber si estamos aquí para enmendar un texto de ley que busca joder a los no vacunados”, abrió la polémica el candidato presidencial comunista y diputado Fabien Roussel. Las críticas y discusiones se sucedieron ya sin pausa hasta que, finalmente, bien pasada la medianoche, el conservador Marc Le Fur (Los Republicanos) anunció el levantamiento de la sesión al considerar que no se daban las condiciones “para un trabajo sereno”. La sesión debería retomarse este mismo miércoles, aunque todavía planean muchas dudas y el nuevo retraso hace peligrar seriamente el calendario del Gobierno, que quería empezar a aplicar las nuevas normas el 15 de enero.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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