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Por qué me da la sensación de que hay más contagios de covid que nunca a mi alrededor

Quienes den positivo hoy deberán permanecer aislados en las fiestas navideñas. Muchos perciben que los casos se multiplican, y que la incidencia real es mayor que la que indican las estadísticas. ¿Puede ser cierto?

Personal sanitario toma muestras a usuarios, en su propio vehículo, para una PCR en el hospital militar de Sevilla.
Personal sanitario toma muestras a usuarios, en su propio vehículo, para una PCR en el hospital militar de Sevilla.PACO PUENTES
Pablo Linde

“Muchísimos más positivos covid entre mis allegados ahora que en toda la pandemia hasta ahora”. “Nunca antes había conocido tantos casos cercanos en tan poco tiempo”. “He sabido de más casos positivos en estas últimas semanas que en el resto del año, es alucinante”. ¿Por qué si la incidencia acumulada (IA) media en España de coronavirus —472 casos por 100.000 habitantes en 14 días— está aún lejos de las máximas cotas que ha alcanzado —899 en la tercera ola y 700 en la quinta—, tanta gente en redes sociales y en la vida real hace comentarios como los anteriores?

Se acercan las fiestas. Aquellos que den positivo ahora, debido a la preceptiva cuarentena de 10 días, tendrán que permanecer aislados en las celebraciones navideñas. Y muchos ven multiplicarse los casos a su alrededor. Con las estadísticas en la mano, un madrileño medio (con una incidencia acumulada de 391 en la comunidad) debería estar viendo menos casos a su alrededor que en otras ondas: en la cuarta —que por su baja intensidad algunos ni siquiera la consideran ya ola— se superaron los 400; en la segunda y la sexta se sobrepasaron con creces los 700; y la tercera rondó el millar (no hay datos fiables de la primera). Sin embargo, muchos tienen a su alrededor ahora más casos que entonces.

El plural de anécdota no es evidencia. Con ese aforismo, muy usado entre los científicos, subrayan que las impresiones subjetivas no son siempre un buen indicador para medir lo que pasa en el mundo. Los condicionantes que rodean a una persona pueden llevarle a asumir como realidades absolutas coyunturas muy concretas. Sucede con todo, pero muy especialmente en lo que respecta a la salud. Para solucionar eso están los ensayos clínicos y las estadísticas, que objetivan al máximo lo que pasa y sacan conclusiones en las que no median los sesgos de los individuos.

Estas son algunas de las razones que pueden influir en que las cifras oficiales no se correspondan con la percepción de algunos españoles:

Porque los festivos alteran la estadística

Los días festivos de la semana pasada están provocando, muy probablemente, que las estadísticas oficiales estén infravalorando el número de casos reales. Al ser inhábiles dos jornadas en las que no hubo reporte, los datos están cojos. Cuando pasen dos semanas del día de la Inmaculada Concepción (algo que sucederá el 23 de diciembre) los datos volverán a la normalidad y ahí puede que se vea un salto en la incidencia acumulada a 14 días, que es la que se usa como estándar en España. Esto ya se puede comprobar con la IA a siete días (291), que una vez superada este jueves en la contabilidad los festivos ha crecido un 85% en una semana, frente a un incremento del 54% en la de 14. Y eso a pesar de que en la estadística de siete días se pierden un porcentaje más amplio de los casos por retrasos en las notificaciones.

Los festivos han podido servir, además, para propagar el virus, merced al aumento de relaciones sociales y a los desplazamientos. Esos contagios están aflorando precisamente ahora.

Por los retrasos en los diagnósticos

Patricia (nombre ficticio de un caso real) comenzó a notar síntomas el lunes pasado. Pidió cita telefónica covid en su centro de salud, al norte de la ciudad de Madrid, y se la dieron para el día 21. La simple llamada tardará una semana; en el mejor de los casos, de dar positivo, sus datos pasarían a la estadística con 10 días de retraso. Muchos centros de salud están reportando un atasco sin precedentes. Esto impide dar una imagen real de lo que sucede. El caso de Patricia, si se confirmara, entraría en IA a 14 días, pero no llegaría a la de siete.

Por los test en farmacias

Esta es la primera ola en la que los ciudadanos pueden comprar test en farmacias, una medida aprobada a finales de julio, bien avanzada la quinta onda. Pueden saber su positivo, por tanto, sin pasar por los canales oficiales. Ante retrasos como el anteriormente descrito, son cada vez más los que prefieren acudir directamente a su botica para comprobar si están infectados. Aunque hay que reportar el positivo a las autoridades sanitarias de la comunidad autónoma donde vivan, no todo el mundo lo hace. Cuántos casos quedan en la sombra por este motivo es un misterio.

Por una cuestión generacional

El virus no circula con la misma intensidad en todas las franjas de edad. Está especialmente disparado en niños menores de 12 años (con una incidencia acumulada de 686), en los treintañeros (550) y cuarentañeros (582), edades que se corresponden muy a menudo con los padres de estos pequeños. Es probable que una persona que pertenezca a esta generación o esté en contacto con niños tenga una sensación de vivir rodeada de positivos mucho más acentuada que, por ejemplo un veinteañero, que vio cómo su quinta se infectó masivamente en la quinta ola.

Porque depende de la ciudad de residencia

Si la covid se propaga de forma desigual por las generaciones, tampoco es homogénea en toda España. Los saltos entre comunidades autónomas son muy acentuados, más allá de los defectos ya descritos que puedan tener las estadísticas. No es raro que una persona que viva en Navarra (una IA de 1.330) o País Vasco (1.003) perciba que hay a su alrededor muchos más positivos que otra de Andalucía (248) o Extremadura (296). Sucede, simplemente, porque hay muchos más.

¿Por culpa de la ómicron?

Todos los datos indican que la nueva variante ómicron, aunque es algo más leve, se propaga con mucha más rapidez que la delta, todavía mayoritaria en el mundo. En España, por el momento, apenas se han secuenciado unas decenas de casos de esta variante, aunque las autoridades sanitarias saben que la transmisión ya es comunitaria y que está mucho más expandida de lo que dicen las cifras oficiales: como siempre, van por detrás de la realidad. Aunque es tentador achacar esta súbita subida de contagios que muchos perciben a la ómicron, por el momento no hay datos que avalen esta tesis. Habrá que esperar para saber hasta qué punto está contribuyendo a la subida de la curva.

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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