Graves disturbios en Bélgica y en Países Bajos contra las restricciones por la pandemia
La policía bruselense recurre a cañones de agua y gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes. Una treintena de arrestados por los incidentes en Holanda
Varios miles de personas han salido a la calle este domingo en Bruselas a protestar contra las medidas adoptadas para frenar la nueva ola de covid-19, que está azotando con fuerza este otoño varios países centroeuropeos, sumándose a la oleada de protestas que se vivieron este sábado en otras ciudades europeas como Viena o Róterdam. Como ha sucedido en otros puntos de Europa, especialmente en Holanda ―donde hubo una treintena de detenidos la pasada noche― la manifestación, a la que han acudido unas 35.000 personas, ha acabado con violencia.
La policía bruselense ha recurrido a cañones de agua ―como puede verse en imágenes difundidas en redes sociales― y gases lacrimógenos para dispersar la concentración y lo habría hecho, cuenta la agencia de noticias AFP, después de que unos asistentes les lanzaran objetos. También ha provocado altercados el intento de algunos manifestantes de salirse del recorrido autorizado por el Ayuntamiento de Bruselas. La marcha arrancó en torno a las 13.00 y se dispersó antes de las 18.00.
En principio, se había convocado contra las medidas que ha adoptado el Gobierno belga en las últimas semanas, especialmente contra el pasaporte covid, que desde el pasado octubre debe esgrimirse para entrar en todos los lugares públicos (restaurantes, cafés, edificios de la Administración, empresas…). No obstante, también ha planeado sobre la sombra de la vacunación obligatoria. De hecho, podía leerse algún cartel que decía “No mandatory vaccination [No a la vacunación obligatoria]”.
Al acabar la convocatoria, la policía de Bruselas ha advertido de que iba a empezar a detener a quienes habían provocado los disturbios, que han llegado a la quema de contenedores y el lanzamiento de objetos contundentes. La incidencia en Bélgica ha subido mucho en las últimas semanas pese a que un 88% de los mayores de 18 años están vacunados con al menos una dosis. Según las últimas cifras oficiales, la incidencia de positivos detectados ha llegado a los 1.300 por cada 100.000 habitantes. Con estos números, el primer ministro belga, Alexander de Croo, ha defendido la eficacia de la vacuna contra la covid-19 al declarar: “Si no fuera porque tenemos un 90% de adultos vacunados, estaríamos confinados durante varias semanas”.
La Organización Mundial de la Salud volvió a expresar este sábado su gran preocupación por el alza de casos de la covid-19 en Europa. El director regional de la organización, Hans Kluge, avisó en la BBC de que es posible que medio millón de personas muera de aquí a marzo de 2022 si no hay medidas urgentes, como la obligatoriedad de las mascarillas, algo que sigue en vigor en los interiores en España, pero que ya fue eliminado en muchos países vecinos.
El sábado decenas de miles de personas salieron a la calle en Viena (Austria), Zagreb (Croacia), Copenhague (Dinamarca) y Róterdam (Países Bajos) para protestar contra las medidas impuestas por los gobiernos ante la ola de covid que atraviesa Europa. En la capital austriaca se manifestaron por el confinamiento decretado por el Gobierno a partir del lunes ante el impacto de la cuarta ola y el anuncio de que se prepara una ley que hará obligatoria la vacunación contra la covid-19 el próximo febrero. Un millar de daneses protestó contra la reinstauración del certificado covid para acudir a lugares de ocio. Y, en la ciudad holandesa la protesta se transformó en la madrugada del sábado en un estallido de violencia inusitada. Al menos siete personas resultaron heridas —entre policías, manifestantes y un periodista que cubría los hechos y fue atacado por los segundos— y hubo medio centenar de arrestos. La incidencia en 14 días por 100.000 habitantes de Austria supera los 2.000 casos y la de Países Bajos y Croacia, los 1.500 y Dinamarca, los 900; España está en 111.
Violencia en siete ciudades holandesas
Al menos seis ciudades, repartidas en varias provincias, han vivido otra madrugada de violencia este domingo en Países Bajos. La policía detuvo a 19 personas en La Haya después de que un grupo de jóvenes prendieran fuego a un contenedor de basura y lanzasen adoquines y petardos contra los agentes. Uno de los congregados tiró una piedra contra una ambulancia que llevaba a un paciente al hospital, y cinco uniformados acabaron con contusiones y problemas de oído. En otras cuatro localidades ―entre ellas Roermond (situada al sur) donde hubo una decena de detenidos― se registraron escenas similares. En su mayoría, los manifestantes llevaban fuegos artificiales pesados que pueden causar heridas graves. Además de las fuerzas antidisturbios se desplegaron unidades a caballo, coche y bicicleta, y fueron llevados perros policía. El público no es admitido en los partidos de fútbol para evitar contagios de la covid-19, pero los aficionados lograron entrar en dos estadios interrumpiendo el juego.
Jan Struijs, presidente de la Asociación de Policía, ha expresado en público su temor por lo ocurrido en las concentraciones contra las restricciones de la pandemia. “Esto es un asunto a largo plazo. Temo meses de choques contra el Gobierno y la policía, y ello retrasará otras investigaciones urgentes. Al final, la víctima es la propia ciudadanía”, ha dicho a la radio pública holandesa.
Los disturbios comenzaron este viernes en Róterdam, aunque allí hubo tranquilidad el domingo. Ferd Grapperhaus, ministro de Justicia, ha declarado que tiene ya una idea de quiénes están detrás de los tumultos registrados en la ciudad portuaria. Dice que “hay manifestantes que lanzan objetos contra la policía, y grupos cercanos a hinchas de fútbol que suelen tener lazos con otras formas de crimen organizado”. Ha añadido que el rechazo a las medidas impuestas por el Gobierno para frenar el coronavirus fue utilizado el viernes en Róterdam, “como tapadera para ejercer la violencia. La policía es vista como una prolongación del Ejecutivo y por eso es atacada”. El viernes, los agentes efectuaron varios disparos al verse acorralados por un nutrido grupo de violentos, y tres personas resultaron heridas de bala. Es la primera vez que ocurría en una década y se ha abierto ya una investigación. En origen, la manifestación era contra la posible imposición de un pase covid válido solo para vacunados y los que hayan pasado la enfermedad. Las fuerzas del orden calcularon que habría un centenar de personas, pero superaron el millar, según Fred Westerbeke, jefe policial de Róterdam. Los efectivos se mantuvieron alerta en todo el país a lo largo de la noche.
Austria, ante el cuarto confinamiento
En Austria, que este lunes entra en el cuarto confinamiento por la pandemia ante la gravedad de la ola de contagios, el ministro del Interior, Karl Nehammer, ha aprovechado las horas previas para hacer balance de la multitudinaria protesta del sábado contra esta medida y el anuncio de una ley que hará obligatoria la vacunación el próximo febrero. Nehammer ha afirmado que las manifestaciones que recorrieron Viena, la capital, con la ultraderecha como principal convocante, mostraron una imagen de “radicalización” impulsada por la presencia de conocidos neonazis y extremistas violentos que se enfrentaron a la policía en varios momentos. Fueron una minoría, ha dicho el ministro, pero con ánimo violento. Entre los manifestantes hubo, además, negacionistas del Holocausto que llevaban estrellas de David amarillas con la palabra “no vacunado”, amenazas contra el ministro de Sanidad, Wolfgang Mückstein, y el canciller, Alexander Schallenberg, al que también se comparó con el médico nazi de campos de concentración Josef Mengele. Todo ello es “inaceptable”, ha subrayado el responsable del Interior, informa Sara Velert.
A la marcha, en la que abundaron los carteles contra la vacunación obligatoria y con acusaciones al Gobierno de pretender una “dictadura”, acudieron en torno a 40.000 personas, según la policía, y 100.000, según el partido ultra FPÖ, que lleva toda la pandemia animando el movimiento de escépticos del coronavirus y la inmunización.
La policía interpuso 400 denuncias, de ellas 36 penales, y 12 por el uso de simbología nazi, que en Austria es delito. Además, según informan medios austriacos, este domingo varios miles de personas se han manifestado de forma pacífica en Linz, capital de Alta Austria, contra las restricciones por la covid-19 y la vacunación obligatoria convocados por el partido Personas, Libertad y Derechos Fundamentales (MFG, en sus siglas en alemán), que aglutina al movimiento escéptico con la inmunización en esa parte del país y el pasado septiembre logró entrar en el Parlamento regional con un 6,2% de los votos. Alta Austria es la región con más contagios y menor tasa de vacunación, con un 61,2% frente al 65,9% del país.
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