La compra de mascarillas FFP2 crece un 58% en una semana
Las búsquedas en Google de las protecciones más seguras se multiplican por 10 en un mes
La compra de mascarillas FFP2, las más seguras contra el coronavirus, se ha disparado en España. Según los datos de la consultora HRM, la facturación del producto en las farmacias pasó de 8,6 millones de euros la semana del 11 de enero, a 13,6 la que arrancó el día 18 (última con datos disponibles): un crecimiento de un 58% en solo una semana.
Las estadísticas de Google muestran que las búsquedas de estas mascarillas se han multiplicado por 10 desde principios de enero. La popularidad (la empresa no refleja el número real de búsquedas) del término FFP2 en el buscador es ahora mayor que en abril, cuando alcanzó su pico. Una tendencia similar ha registrado Idealo, un comparador de precios online: el interés por este tipo de protecciones (no la compra, ya que en la web no se pueden adquirir) se ha multiplicado por cinco en la segunda quincena de enero con respecto a las dos primeras semanas del año, según datos facilitados por la compañía a EL PAÍS.
Las mascarillas FFP2 son consideradas equipos de protección individual (EPI) y están pensadas para un uso profesional. Pero el avance del virus y la propagación de variantes más contagiosas, como la británica, ha multiplicado el interés por ellas entre el público de a pie. La diferencia con otro tipo de cubrebocas, como los quirúrgicos o los higiénicos, que se comercializan también en España, es que los FFP2 están diseñados para evitar que quien las lleva se contagie. Si se ajustan bien a la cara (dejando un espacio completamente hermético) filtran las partículas potencialmente infecciosas.
Las otras dos, además de no poseer tanta capacidad filtrante, no se pueden sellar tan bien a la cara, por lo que se cuela más fácilmente el aire sin filtrar. Esto no se consideraba un problema al comienzo de la pandemia, cuando se pensaba que el virus se transmitía sobre todo por gotículas en contacto con las mucosas. Bastaría, en ese caso, con una barrera en la boca que impidiera que salieran estas gotículas para que quien las llevase protegiera a los demás en caso de estar infectado. Pero el tiempo ha ido confirmando con evidencias cada vez más firmes que una importante vía de contagio son los aerosoles, es decir las partículas que flotan en el aire, que se pueden acumular sobre todo en interiores. Ante ellas, las mascarillas no EPI son menos protectoras.
Algunos países están vetando las mascarillas caseras, de tela o higiénicas, e imponiendo las médicas (tanto las quirúrgicas como las FFP2 lo son). Francia emitió la semana pasada un decreto para prohibir la venta de las que no tengan estas características, y Alemania también ha hecho obligatorias las médicas en lugares cerrados. En ese país, Baviera ha ido un paso más allá y obliga a llevar EPI en tiendas, oficinas y transporte público.
En España la norma sigue permitiendo llevar las de tela o higiénicas, que fueron homologadas en abril, cuando se impuso el uso obligatorio de mascarillas. Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, aseguró el jueves que no está claro “el criterio técnico” para imponer los EPI. “No voy a entrar en si se tienen que hacer obligatorias. Es cierto que pueden ayudar, pero las higiénicas tienen un alto nivel de filtrado y si, como en España, son obligatorias en todos los lugares públicos, el efecto combinado puede ser superior al de [la seguridad de] una FFP2 para una persona en un lugar concreto”, añadió.
Aunque algunos científicos abogan por recomendar mascarillas FFP2 en interiores, es un asunto polémico, ya que la mayoría de las personas no se la ajusta bien, con lo que pierden su eficacia. “En los hospitales tienen un entrenamiento para hacer pruebas de ajuste, y equipos para comprobar que el ajuste es bueno. Y si no se ajustan bien, suelen tener más huecos que las mascarillas buenas de tela, y por los huecos entra y sale mucho más aire sin filtrar. Por un hueco que es el 2% del área de la mascarilla, por ejemplo junto a la nariz, pasa el 50% del aire que inhalamos y exhalamos sin filtrar”, explica José Luis Jiménez, profesor de química en la Universidad de Colorado Boulder e investigador de Ciencias Ambientales. La Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene publicó un comunicado el viernes advirtiendo de que las mascarillas FFP2 solo son necesarias en situaciones de alto riesgo y que las quirúrgicas, si las lleva todo el mundo, deberían ser suficientes para proteger y protegerse.
La obligatoriedad de los EPI, además, se encuentra con obstáculos para su implementación. En primer lugar, el precio: las mascarillas FFP2 no cuestan menos de dos euros por unidad y su vida útil es de ocho horas. Alguien que tenga que usarla de forma intensiva tendría que gastar unos 60 euros al mes. Por otro lado está el problema de suministro. Luis Gil, secretario general de la Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual, explica que aunque han notado un incremento en la demanda en las últimas semanas, de momento no cree que haya riesgo de “desabastecimiento en el corto plazo”. “Si las normas sobre la obligatoriedad del uso de mascarillas cambiará e incidiera en las FFP2 el escenario cambiaría y podría aparecer cierto riesgo”, añade.
Una recomendación de Jiménez para sitios de alto riesgo, donde la gente pasa muchas horas junta con poca ventilación y hablando, sin necesidad de recurrir a las FFP2, es usar una mascarilla quirúrgica, y una de tela grande por encima: “Entre las dos filtran bien, y la de tela ayuda a cerrar los huecos de la otra”.
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