Urkullu siente “pena, dolor y rabia” por las vacunaciones irregulares de altos cargos de Osakidetza
El lehendakari y la consejera de Salud evitan aclarar si más directivos se han saltado el protocolo
Las vacunaciones irregulares de altos cargos de Osakidetza le producen “pena, tristeza, dolor y rabia” a Iñigo Urkullu. Son “actitudes insolidarias”, ha dicho en referencia a la decisión de los ya exdirectores de los hospitales de Basurto y Santa Marina, ambos en Bilbao, que recibieron la primera dosis saltándose el protocolo. El lehendakari ha afirmado que no s el momento de anteponer “los personalismos” al bien colectivo, aunque no ha querido aclarar si otros responsables de la red pública de Salud también se han puesto la vacuna sin pertenecer a los grupos prioritarios en el plan de vacunación.
Urkullu se ha referido por primera vez a los casos del gerente de Basurto, Eduardo Maíz, y de Santa Marina, José Luis Sabas, que fueron cesados la semana pasada tras conocerse que se habían vacunado cuando el protocolo establecía que en ese momento solo podían hacerlo los trabajadores sanitarios que están en la primera línea contra el coronavirus en el País Vasco. El lehendakari ha expresado su malestar por este comportamiento que contraviene el plan de vacunación de Osakidetza, en el que aún no figuran como receptores del suero los cargos directivos del Gobierno. “Hay que ser absolutamente transparentes y honestos. Y todo aquello que se desvíe de los protocolos establecidos, tanto en lo personal como en lo institucional, nos provoca una sensación de pena, rabia y tristeza”, ha afirmado.
La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, ha eludido pronunciarse sobre este asunto. Tanto ella como el lehendakari han declinado en varias ocasiones aclarar a preguntas de los periodistas si hay más altos cargos que se han adelantado en la vacunación. Se han remitido a la comparecencia que la consejera tiene previsto ofrecer mañana a petición propia en el Parlamento, donde podría tratar esta cuestión. Sagardui tampoco ha respondido al director del hospital de Santa Marina, que en unas declaraciones a El Correo asegura que informó a la propia consejera de que toda la plantilla del centro sanitario iba a vacunarse.
Pese a la polémica, Osakidetza administrará la segunda vacuna a los dos altos cargos cesados: “La vacuna es un tratamiento de salud y eso hay que valorarlo”, ha dicho la consejera Sagardui.
Casos similares a los de los directores de los dos hospitales vascos han provocado un escándalo público y causado la dimisión de varios responsables públicos. El primero fue el consejero de Sanidad de Murcia, Manuel Villegas, al que le siguió el jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general Miguel Ángel Villarroya, y la alcaldesa de Molina de Segura, Esther Clavero. Hoy se ha sumado a esta lista de renuncias la del consejero de Sanidad de Ceuta, Javier Guerrero.
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