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“La fuerte lluvia tras los incendios puede causar mucho daño”

El profesor y ecólogo Brendan Wintle alerta del enorme trabajo que queda por delante para proteger a los animales que han logrado sobrevivir a los fuegos en Australia

Manu Granda
Brendan Wintle, profesor y ecólogo conservacionista de la la Universidad de Melbourne.
Brendan Wintle, profesor y ecólogo conservacionista de la la Universidad de Melbourne.

Las lluvias que han caído sobre el sur de Australia han dado un respiro a los cuerpos de bomberos que llevan luchando meses contra unos incendios que ya han arrasado más de 10 millones de hectáreas, matado a 28 personas y a 1.000 millones de animales, según datos preliminares. Los fuegos, que ya son los más graves que se recuerdan en Oceanía en cuanto a superficie quemada, amenazan la biodiversidad de un país en el que el 80% de su fauna es endémica. Brendan Wintle, profesor y ecólogo conservacionista de la Universidad de Melbourne, alerta del enorme trabajo que queda por delante para evitar que sigan muriendo más animales.

Pregunta. ¿La lluvia pronosticada en el sur y sureste del país podría acarrear problemas?

Respuesta. Sí, una fuerte lluvia después de un incendio en realidad puede causar mucho daño. Es genial tener precipitaciones porque eso apaga los incendios. Pero los sedimentos que fluyen hacia el agua pueden cambiar su equilibrio químico e introducir toxinas. Son procesos muy perjudiciales.

P. ¿Cree que la estimación de 1.000 millones de animales muertos en los incendios es correcta?

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R. Los científicos que dieron ese dato dejaron muy en claro que se trataba de una estimación aproximada. A medida que exploremos más, podremos ver con más detalle el impacto y saber exactamente cuántos animales y plantas se han perdido. Hasta ahora, todo lo que podemos hacer es estimar utilizando estadísticas aproximadas como la presentada por el profesor Dickman. Creo que el número no va a ser exactamente correcto. Pero es una primera indicación razonable para que entender la magnitud del daño. Este cálculo solo tiene en cuenta a los vertebrados; millones de insectos que han muerto en los incendios.

P. ¿Se pueden producir más muertes de animales en los próximos meses? ¿O de flores, que al perder a sus polinizadores también mueren?

R. Sí. Habrá muchos animales que no tendrán comida. El ecosistema habrá cambiado drásticamente. Muchos animales pueden haber escapado de los incendios, pero si han perdido su hábitat, irán a algún otro bosque donde intentarán establecerse. El problema es que este bosque ya estará repleto de otros animales que se lo impidan y acaben muriendo. Por eso creo que los que intentan reducir la estimación del profesor Dickman pueden no estar en lo cierto, ya que los que logran escapar, en muchas ocasiones también mueren. Ahora, la emergencia es averiguar dónde hay lugares que necesitan ser monitoreados. Hay muchos pequeños mamíferos, reptiles y anfibios que están altamente amenazados por depredadores invasores como gatos y zorros. Esas especies ahora son más vulnerables a estos depredadores, porque la vegetación que generalmente los albergaba se ha reducido o desaparecido.

P. ¿Se puede recuperar lo que se ha quemado en estos incendios? ¿Cuánto tiempo hace falta?

R. La prioridad es averiguar dónde ponemos todo nuestro esfuerzo para asegurarnos de que no haya extinciones. Hay que garantizar que las poblaciones que todavía están con vida resistan a las demás presiones a las que se ven sometidas, ya sea por la pérdida de su hábitat, la depredación o por la competencia con otras especies invasoras. Es una tarea inmensa tratar de recuperar la vida silvestre después de un desastre masivo como este. Tomará años. Puede que no recuperemos algunos ecosistemas. Hay bosques que se han quemado dos o tres veces en los últimos 10 o 15 años, esto los puede transformar. Incluso quizá, haya que deshacernos de algunos herbívoros invasores como los camellos, las cabras o los conejos, animales que en realidad amenazan a las especies nativas.

P. ¿Dónde se centrarán las tareas de recuperación?

R. Las áreas de actuación serán las zonas quemadas, pero también debemos actuar en partes colindantes e incluso en regiones que han quedado lejos de la huella de los fuegos, donde haya especies como los petauros gigantes, lugares que debemos asegurarnos de proteger. Tal vez habrá que darles una protección extra especial contra incendios o monitorear a los depredadores de la zona. Incluso quizá, haya que deshacernos de algunos herbívoros invasores como los camellos, las cabras o los conejos, animales que en realidad amenazan a las especies nativas.

P. ¿Cuáles son los animales más afectados por los incendios forestales? ¿Qué animal le preocupa más?

R. Todavía estamos esperando la evaluación científica de cuál es el daño total. Solo en el Estado de Victoria [al sur del país, cuya capital es Melbourne], creemos que hay unas 185 especies de plantas y de animales que han perdido alrededor de la mitad de su área de distribución. Hay algunas especies de particular interés para la conservación, como el wallabí de cola de cepillo de las rocas [un tipo de canguro] o el Potoroo de patas largas, que han perdido a gran parte de su población. Pero, como dije, hay que esperar a que los científicos analicen cual ha sido el verdadero daño provocado por los incendios, algo que se hará en las próximas semanas y meses.

P. Usted envió una carta abierta al primer ministro junto a otros 247 científicos en octubre, donde alertaba de que Australia perderá 17 especies en los próximos 20 años, ¿Está haciendo el Gobierno lo suficiente para salvar la vida silvestre?

R. No hay duda de que el número de especies que ahora están más cerca de la extinción es más alto de lo que era antes. Si solo en Victoria hay 185 especies que han perdido más del 50% de su hábitat, eso me dice que el riesgo de extinción aumentará sustancialmente para estos animales y plantas. Vale la pena señalar que el Gobierno ha anunciado un paquete de ayudar para la vida animal afectada por los fuegos [31 millones de euros anunciados la semana pasada]. En los próximos meses, veremos cual es la mejor manera de utilizar ese dinero.

P. ¿Le parecen suficientes esos 31 millones?

R. No me gustaría decir si es suficiente o no, más cantidad siempre será mejor. Pero creo que es un buen comienzo.

P. Australia tiene una larga historia con los incendios forestales, ¿tiene la flora aquí una mejor capacidad de recuperación que en otras partes del mundo?

R. Sí, creo que es cierto que, en comparación con otros ecosistemas de otras partes del mundo que no están tan bien adaptados al fuego, nuestros entornos y nuestros ecosistemas se recuperan relativamente bien de los incendios. Sin embargo, si los fuegos ocurren con demasiada frecuencia e intensidad, se pueden producir daños a largo plazo e incluso se puede producir la extinción de especies.

P. ¿Hay algún tipo de vegetación que se vea beneficiada por los incendios?

R. Hay muchas especies que se adaptan bien al fuego. Muchos tipos de eucalipto, de banksias [planta originaria de Australia] se regeneran después de un incendio y, dependiendo del ecosistema, necesitan que haya fuegos cada cinco, 10 o 20 años para regenerarse y competir con otras especies. Para las banksias, por ejemplo, el ciclo es de entre 10 y 15 años. Mientras que para el eucalipto, el ciclo oscila entre los 20 y los 50 años. Sin embargo, el problema es que si se producen incendios con demasiada frecuencia, por ejemplo, cada año o cada dos, la vegetación que ha crecido aún no ha alcanzado la madurez sexual. Por lo tanto, al no tener semillas no puede regenerarse después del incendio. Esas plantas, en ese caso, terminarán desapareciendo si los fuegos se producen con demasiada frecuencia.

P. ¿Y animales que se beneficien de los incendios?

R. Hay animales a los que les va bien después de un fuego, porque pueden regresar meses más tarde, después de que haya llovido, y se encontrarán con mucha hierba y plantas jóvenes para comer. Los canguros, por ejemplo, son animales que pueden hacerlo. Sin embargo, a la mayoría de las especies no les irá muy bien. Cuando los incendios son tan masivos y a tan altas temperaturas en grandes partes del paisaje, casi todos los animales y las plantas mueren. Si todo el hábitat se quema, los animales y plantas de otras zonas que han quedado sin quemar, no recolonizarán esos sitios, lo que terminará provocando que la vida salvaje desaparezca de esos entornos.

P. Entonces, ¿es cierto que el eucalipto arde más que otras especies?

R. Tiene un aceite bastante inflamable en las hojas que se exuda en los días calurosos. Esa es una de las razones por la cual estos bosques se queman tan rápidamente y con unas llamas a tan altas temperaturas. Los eucaliptos pueden incluso llegar a necesitar que haya incendios, ya que después del fuego, la semilla del árbol cae sobre el lecho de cenizas, y desde ahí crece.

P. ¿Estos incendios forestales son una consecuencia directa del cambio climático?

R. Siempre hay muchos factores que influyen y la mayoría de los científicos dudarán en trazar una línea de causalidad directa entre el cambio climático y cualquier desastre natural individual de esta escala. Pero, por supuesto, creo que debemos reconocer que las predicciones para el futuro dicen que el clima será más cálido y seco para la mayor parte del continente australiano. Estos son los ingredientes de los incendios. Existe una gran probabilidad de que el cambio climático contribuya a más desastres como este en el futuro cercano para Australia.

P. ¿Australia es como el pájaro en la mina del mundo? ¿Suceden primero los problemas aquí que después también afectarán al resto?

R. Es una idea interesante. Es posible que otros países comiencen a experimentar incendios catastróficos, eventos como los acontecidos aquí. Pero también tenemos un entorno que es bastante propenso al fuego. Siempre hemos tenido grandes incendios, no necesariamente de este tamaño, pero sí muy dañinos. Pero el tamaño de estos incendios sí que es justo decir, que no tiene precedentes. Si otros países se vuelven más secos y calientes podrían experimentar más incendios dependiendo de sus hábitats naturales. En otros países es difícil predecir el clima, ya que tal vez la falta de humedad y el calentamiento no necesariamente tienen que conducir a más incendios, sino que pueden conducir a una mayor aridez, lo que supone menos combustible para los fuegos. Y, de hecho, ese puede ser el resultado final en algunas partes de Australia.

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Sobre la firma

Manu Granda
En la actualidad cubre la industria del automóvil en la sección de Empresas. Previamente pasó por el área de Economía, donde escribió de laboral. Como 'freelance', cubrió la temporada de incendios del verano 2019-2020 en Australia para EL PAÍS. Es graduado en periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos y cursó el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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