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Enfrentarse a una pandemia pueblo a pueblo

Una doctora que atiende municipios de menos de mil habitantes combate el virus haciendo kilómetros, pegada al teléfono y acudiendo a domicilios a cualquier hora

La doctora Piñol le entrega una receta a una de sus pacientes de Argavieso (Huesca).
La doctora Piñol le entrega una receta a una de sus pacientes de Argavieso (Huesca).Carlos Gil-Roig
Patricia Peiró

“Pilar, ¿qué tal? ¿te duele menos?”. “Hola, María Luisa, en un rato te lo llevo al pueblo”. “Dile a tu padre que desayune tranquilo que me acerco a última hora a tomarle la tensión”. La mañana de la doctora Ana Piñol comienza temprano, sobre las ocho, con una sucesión de llamadas a sus pacientes desde su consulta en Huesca. A todos los conoce por su nombre. Sobre las nueve y media, empieza la segunda parte de su jornada: el recorrido por los siete pueblos de la provincia de los que se ocupa. Una mañana por sinuosas carreteras comarcales que conoce tan bien como a cada uno de sus pacientes. [Mire aquí la fotogalería]

En la plaza de Argavieso (96 empadronados) la esperan Gloria López, de 82 años, y María Luisa Satué, de 80. Son cuñadas. Sus hijos y nietos viven desperdigados entre Huesca y Madrid. López pasa los inviernos en la ciudad, pero este año no piensa moverse del pueblo. “Estamos más asustadas en esta segunda ola, porque ves que no tiene fin”, cuenta Satué. “Y si hay que pasar la Navidad aquí solos, pues no pasa nada, ya habrá más”, la secunda López.

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FOTOGALERÍA: Combatir el virus desde el consultorio del pueblo

La Organización Médica Colegial estima que el 40% de los profesionales de atención primaria en España atiende a municipios de menos de 15.000 habitantes. Constituyen casi la mitad de los médicos de familia que han hecho frente a este virus echando kilómetros, pegados al teléfono y acudiendo a domicilios a cualquier hora. Hermenegildo Marcos, vocal de la Organización Médica Colegial y facultativo de tres pueblos en Zamora, afirma por teléfono: “Ya estábamos sobrecargados, nos falta personal y presupuesto desde hace años. Cuando empezó todo, el apoyo se volcó en los hospitales y nosotros no podíamos hacer pruebas. Íbamos a ciegas y sin protección. ¿Cuántos pacientes no han llegado a tener que ir al hospital porque el médico de primaria ha estado ahí?”. Una de los dos primeros sanitarios muertos por covid en España fue una médica rural de Salamanca.

A la llegada de Piñol a Fañanás (118 empadronados), Pilarín y Alfredo la reciben con una caja de verduras. La consulta aquí es un cuarto al lado del salón de festejos. Piñol obtuvo su plaza en diciembre, tras jubilarse el anterior facultativo que la había ocupado 36 años. Casi un año después, prácticamente nada es igual a cuando empezó. “Los pueblos han colocado mamparas y dispensadores de gel en las consultas; abierto puertas que llevaban años cerradas para hacer un circuito de entrada y salida, y puesto ventilación. Es que muchas veces los alcaldes iban por delante de lo que yo les pedía”, explica Piñol. A su cartera de más de 600 pacientes se suma otra de más de mil que dejó un compañero de baja hace meses y que han asumido entre varios colegas.

Ana Piñol habla con el alcalde de Antillón, en la plaza del pueblo.
Ana Piñol habla con el alcalde de Antillón, en la plaza del pueblo.Carlos Gil-Roig

A apenas unos kilómetros, en Pueyo de Fañanás, el alcalde, Enrique Lafragüeta, y la concejal encargada de Sanidad, Alicia Moreu, resumen lo que han aprendido de epidemiología en ocho meses, en los que han tenido que comprar mascarillas y repartirlas casa por casa. En marzo, los consultorios cerraron. El centro de salud de Huesca habilitó dos líneas extra de atención para que la gente siempre tuviera una respuesta al otro lado del teléfono. Los médicos sustituyeron las consultas semanales por visitas a los domicilios y empezaron maratonianas jornadas pegados al auricular para tranquilizar a sus pacientes. En esos primeros compases, los vecinos les regalaban trajes de protección artesanales con bolsas de basura que termosellaban en sus casas, les daban guantes y botas impermeables. Hermenegildo Marcos, desde Zamora, lo corrobora: “Te traían lo que podían y decían: 'Si te pones enfermo tú, ¿quién va a cuidar de nosotros?”. Ahora también se ha habilitado un servicio web para que los pacientes se apunten si necesitan hablar con la doctora o simplemente que les renueve una receta. “Muchas veces se encargan los hijos”, apunta la médica.

Piñol reabrió lo antes posible sus consultas. “En esos meses muchos no llamaban por no molestar y cuando pude volver a verlos en persona, me encontré con patologías graves, incluso infartos e ictus. El confinamiento afectó mucho a la movilidad de los pacientes. La gente aquí aguanta mucho y después de todo lo que han pasado ahora necesitan, como mínimo, hablar de lo que han vivido”, cuenta la doctora.

Grupo de WhatsApp

Hay algo más allá de la parte puramente médica, como cuenta Moreu: “Que venga el médico aquí es todo. Es un vínculo importante para los vecinos. A Piñol la llama un paciente y viene a verlo. Ya no tenemos escuela porque no hay niños, no queremos perder esto también”. Los alcaldes de la zona se actualizan y apoyan mediante un grupo de WhatsApp, en el que también está la coordinadora del centro de salud de Huesca.

En Antillón (146 empadronados), los vecinos acuden ordenadamente al bajo del Ayuntamiento, donde está la consulta y también el bar, ahora cerrado. Desde la plaza se ven al fondo las montañas blancas de Ordesa. Una nieve que anticipa los meses que se avecinan, con los contagios al alza y Huesca como la provincia con la incidencia más alta (1.043 casos por cada 100.000 habitantes). “En la primera ola estuvimos bastante limpios, pero en esta segunda ha habido más contagios y también muertos y dramas. Ves que unas hijas no pueden despedirse de su madre, te llega y lo pasas mal”, se lamenta Piñol.

La doctora no va a dejar de visitar sus pueblos cada semana con o sin pandemia: “Mientras no me digan lo contrario, vamos a mantener los consultorios abiertos. Aunque solo haya una persona que lo necesite, estos pueblos no se pueden quedar sin médico”.

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Sobre la firma

Patricia Peiró
Redactora de la sección de Madrid, con el foco en los sucesos y los tribunales. Colabora en La Ventana de la Cadena Ser en una sección sobre crónica negra. Realizó el podcast ‘Igor el ruso: la huida de un asesino’ con Podium Podcast.

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