Prohibir fumar sin prohibirlo: así ha aprobado Galicia su nueva normativa

Galicia -que ha usado una fórmula distinta a la de Canarias para vetar el tabaco en espacios públicos si no hay distancia de seguridad- tenía en su mano, directamente, prohibir fumar en terrazas o en otros lugares al aire libre. La ley antitabaco de 2005 es clara. Antes de dar su lista de zonas en las que se prohíbe totalmente fumar añade un “además de en aquellos lugares o espacios definidos en la normativa de las comunidades autónomas”. Pero esta salvedad no ha sido prácticamente empleada por los gobiernos autonómicos, que en general han preferido ir a una, con la excepción de la prohibición de fumar en estadios o frontones, una medida que se ha ido tomando por zonas.

El Ejecutivo de Alberto Núñez Feijóo ha preferido utilizar una norma autonómica ligada al coronavirus: un acuerdo de la Xunta del 12 de junio de 2020 sobre el uso obligatorio de mascarillas. De hecho, en ningún momento el texto gallego habla de prohibir fumar, sino que este hecho queda como la consecuencia inevitable de que “solo se podrá exceptuar la obligación de uso de mascarilla, y exclusivamente” para fumar, “siempre que, teniendo en cuenta la posible concurrencia de personas y las dimensiones del lugar, pueda garantizarse el mantenimiento, en todo momento, de la distancia de dos metros con otras personas”. Con su decisión, Galicia da un paso que hasta ahora solo han dado Nueva York, en cuyas terrazas no se puede fumar, y Suecia, que lo prohibió el 1 de julio pasado.

La fórmula gallega es distinta a la que ha empleado Canarias, la otra comunidad que ha vetado fumar al aire libre y que no lo ha vinculado a la obligatoriedad de usar mascarilla. El Gobierno canario ha elegido prohibir directamente “fumar, usar dispositivos de inhalación de tabaco, pipas de agua, cachimbas, shisha o asimilados en la vía pública y en los espacios al aire libre, siempre que no resulte posible garantizar el mantenimiento de una distancia de seguridad interpersonal de 2 metros”, según publica el Boletín Oficial del archipiélago este viernes. Y también la Ciudad Autónoma de Melilla ha anunciado este viernes que prohibirá fumar en espacios públicos en situaciones que no permitan guardar la distancia social, una medida que empezará a aplicarse desde el lunes 17 de agosto.

En 2010, en la modificación que hizo el PSOE de la ley antitabaco, eliminó la creación de zonas para fumadores en locales de ocio. Ante lo que ya preveía como un coladero, se aclaraba que en el “ámbito de la hostelería, se entiende por espacio al aire libre todo espacio no cubierto o todo espacio que estando cubierto esté rodeado lateralmente por un máximo de dos paredes, muros o paramentos”.

En Galicia, al haber optado por una norma autonómica ligada al coronavirus, “la prohibición decaerá cuando dejen de ser obligatorias las mascarillas”, afirman fuentes del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo, que lamentan “la oportunidad perdida” para hacer de esta medida algo permanente ante el problema sanitario que representan las terrazas para la contención del tabaquismo y, ahora, del coronavirus. La presidenta de Nofumadores.org, Raquel Fernández Megina ha dicho que la medida de la Xunta de Galicia “debería adoptarse ya en toda España, al menos durante la pandemia, ya que nos ofrecería la protección legal para defendernos del humo”. “Aunque los decretos de las comunidades autónomas obligan a llevar mascarillas en todo momento, en la práctica, los fumadores continúan fumando en terrazas de hostelería y en la misma calle, dificultando el esfuerzo colectivo de lucha contra la pandemia”.

“Yo lo veo bien. Imagino que si lo han incluido en la norma de las mascarillas es porque es difícil regular esto desde una comunidad, y si fuera a nivel estatal tendría que ir al Parlamento”, dice Francisco Lozano, presidente de la Red Europea para la Prevención del Consumo de Tabaco (ESNP). “Lo que han aprobado en Galicia no es sino la recomendación que hizo ya el Consejo Interterritorial de Sanidad en julio, al que parece que nadie hizo caso, y que se tomó avalada por toda la evidencia científica” acerca de la posible transmisión del virus durante el mismo acto de fumar.

Justo ese es el aspecto sobre el que discrepa la Mesa del Tabaco, que reúne a todo el sector —agricultores, industria, estancos, patronal y sindicatos—, que en un comunicado afirma que “este tipo de decisiones de tan alto impacto deben estar basadas en evidencias científicas sólidas y, a día de hoy, no existen estudios concluyentes”. La mesa recuerda que la legislación española ya contempla la prohibición de fumar en lugares públicos cerrados, en los lugares de trabajo y en ciertas áreas al aire libre de medios de transporte, recreo infantil o accesos hospitalarios, por delante de otros países europeos. “En ese sentido, la sociedad española ha dado muestras más que suficientes de ser una sociedad muy respetuosa”. El organismo defiende que se haga un consumo responsable del tabaco, por lo que apela a la responsabilidad de los consumidores para mantener la distancia de seguridad. Y recuerda que el sector hostelero ha realizado inversiones en sus instalaciones para cumplir con las nuevas recomendaciones higiénico-sanitarias ajustándose a las guías elaboradas por el Ministerio de Industria.

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