Los obispos, “preocupados” por la nueva ley de educación y por el reparto de fondos contra el efecto de la pandemia en las aulas
“No entendemos que se apruebe el reparto de un fondo para la educación en España y que se excluya a una parte”, ha dicho en referencia a la concertada el secretario general de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello
La iglesia española está “preocupada”, según ha explicado este miércoles el secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello, en la rueda de prensa posterior a la Comisión Permanente del organismo que reúne a los obispos. Esta preocupación se debe a dos posicionamientos políticos del Gobierno relacionados con la educación: el reparto de las ayudas a los centros educativos para paliar los efectos de la pandemia, que excluirían a la educación concertada si se cumple el dictamen de la comisión de reconstrucción –aunque algunas autonomías han anunciado que sí dedicarán parte de esos fondos a la concertada–, y la futura ley de educación, que quitaría peso a la Religión en el currículum.
“No cabe duda de que el sistema educativo español necesita un refuerzo, una ayuda. Nosotros somos conscientes de que la red concertada participa en el espacio público y forma parte de la red pública de educación en España. No entendemos muy bien que se haya aprobado el criterio del reparto de un fondo de ayuda para la educación en España y que se excluya a una parte”, ha dicho Argüello, que tampoco entiende “que ahora, en un tiempo de singular crisis, se nos someta a un esfuerzo mayor, al no recibir estas ayudas”.
“Creemos que todavía estamos a tiempo, porque lo que se ha hecho es aprobar una propuesta en la comisión especial en el Congreso para la reconstrucción, esto tiene que ir al pleno y luego en cada una de las comunidades autónomas articularse la distribución. Esperamos que en el pleno del Congreso de los Diputados este criterio pueda reformarse y que todo el sistema público, el de iniciativa social y el de iniciativa estatal, reciban todas las ayudas que se precisen”, ha añadido Argüello sobre el reparto de los 2.000 millones de euros que el Estado transferirá a las comunidades autónomas para afrontar los efectos de la pandemia en el terreno educativo.
Uno de cada cuatro alumnos españoles estudian en la educación concertada, un sistema mayoritariamente religioso: los centros confesionales acogen a dos tercios de los alumnos de la red privada subvencionada. La aportación de 2.000 millones ―dentro de una partida global de 16.000 millones que incluye otros ámbitos como sanidad o servicios sociales― ya ha sido publicada en el Boletín Oficial del Estado y solo falta que se convalide en el Congreso. La ministra del ramo, Isabel Celaá, dejó claro la posición del Gobierno respecto al reparto de estas ayudas en una entrevista emitida la semana pasada en la web de EL PAÍS: “El fin ha de ser compensar las desigualdades y satisfacer las necesidades de los más vulnerables. Porque si queremos que el sistema educativo avance, de nada sirve dar más a quien ya tiene más. Por lo tanto, nosotros no hablamos de titularidad sino de los más vulnerables”.
Por otro lado, Argüello también ha criticado la futura ley de educación: “Nos ha sorprendido que en tiempo de pandemia, de estado de alarma, se haya avanzado en trámites legislativos de una ley que pide un consenso. Nosotros hacemos permanentemente un llamamiento al pacto escolar. Nos preocupan algunos de los nuevos criterios que introduce la nueva ley, como por ejemplo el considerar que están en el mismo rango de responsabilidad educativa los padres y el Estado, en una sorprendente propuesta de coeducación”. En otra línea, Argüello también ha cargado contra el peso que pierde la asignatura de Religión en el currículum: “Tenemos una preocupación por el estatus de la educación moral y religiosa en la escuela. Sabemos que en la sociedad española hay perspectivas diversas, diferentes, y que tenemos que encontrar un lugar común. Estamos preocupados, deseamos dialogar, anhelamos un encuentro”.
Retorno a misa
Argüello ha señalado que ahora que ha terminado el estado de alarma y se han modificado las circunstancias “conviene animar” a la celebración presencial de la Eucaristía, especialmente el domingo, con las prudentes medidas de prevención de contagios. Por ello, la Comisión Permanente de la CEE ha recomendado a los obispos, “teniendo en cuenta las circunstancias de sus diócesis”, proponer el “criterio habitual” de la Iglesia respecto a la participación de los fieles en la misa del domingo.
Se trata de un “nuevo impulso”, aunque “prudente” por la pandemia, para “recordar la llamada a todo fiel católico a participar, de manera presencial, en la celebración común de la Eucaristía”, ha explicado Argüello. El secretario general de la CEE ha hecho, no obstante, una llamada a la prudencia y ha puesto el ejemplo de la diócesis de Lleida, afectada por el rebrote de coronavirus, apelando a la responsabilidad individual de no contagiar a otros.
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