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“Al principio te sientes débil, has perdido músculo y te hundes”

Tres pacientes, de distinta gravedad, explican las secuelas que han tenido tras superar la enfermedad

Josiane Oliveira, de 34 años, ha superado la covid-19 tras permanecer 45 días aislada en su domicilio de Madrid. SANTI BURGOS
Josiane Oliveira, de 34 años, ha superado la covid-19 tras permanecer 45 días aislada en su domicilio de Madrid. SANTI BURGOS
Mai Montero

Los pacientes que han superado la covid-19 afrontan un reto, en ocasiones, tan difícil como haber sufrido la enfermedad. Los expertos advierten de que un porcentaje de la población que se ha visto afectada padece o padecerá secuelas a corto o largo plazo. A continuación, las experiencias, de mayor a menor gravedad, que han vivido tres pacientes tras recuperarse de la enfermedad.

Francisco Juárez Serrano, 63 años. De un día para otro, la vida de Francisco Juárez, madrileño y vigilante de seguridad de un garaje, cambió de repente. El 16 de marzo, dos días después de que el Gobierno decretase el estado de alarma, Juárez llegó a casa con mucha fiebre y su mujer, Concepción Elías, de 64 años, decidió que durmieran en habitaciones separadas. Al día siguiente acudió al hospital y lo mandaron a su domicilio, donde cada vez fue encontrándose peor. Elías, que superó un cáncer de mama y se encuentra en el grupo de riesgo, recuerda que esos días su marido ni siquiera podía hablar: “Se ahogaba”. Más de dos meses después, Juárez sigue en el hospital de Torrejón de Ardoz, donde fue trasladado de urgencia, tras haber pasado la mayor parte del tiempo en la UCI a causa de la covid-19.

El 13 de abril los médicos decidieron hacerle una traqueotomía para salvarle la vida. Su familia se enteró un día después. Ahora, según relatan su mujer y su hija, Verónica Juárez, entiende lo que ellas le dicen, pero no puede hablar si no es por mímica, y han preferido evitarle los detalles más duros de lo ocurrido para no asustarlo. “Creemos que ya ha pasado lo peor, mi padre es un luchador, pero hemos temido en varias ocasiones por su vida. En algunos momentos no sabíamos nada de él. Después de la traqueotomía mejoró unos días y volvió a caer en picado. Por suerte, ahora ha mejorado y confiamos en que así siga”, relata su hija.

Ella, que también superó la covid-19 aislada en su domicilio, define estos meses como un “tremendo caos y un descontrol” comparable a una montaña rusa, aunque se manifiesta muy agradecida a todos los sanitarios que les han atendido. “Creo que necesitaremos tratamiento psicológico. Impone mucho verlo así. A veces te quedas sin fuerzas”, dice emocionada.

El último informe médico de Francisco Juárez dice que tiene un 70% de fibrosis pulmonar y ha perdido toda la masa muscular. Estos días sigue recuperándose en planta, ha conseguido ponerse unos minutos de pie y realiza pequeños ejercicios de fuerza con pelotas de espuma para las manos y gomas elásticas en los pies para recuperar parte de la movilidad que ha perdido. “Poco a poco van quitándole el oxígeno. El objetivo es que llegue a las 24 horas, pero de momento todavía no lo ha conseguido. Cuando esto pase le cerrarán la cánula y le darán alimentación sólida. Con el alimento se sentirá más fuerte y podrá pasar a una fisioterapia más intensa”, añade su hija.

Adoración Valero, 87 años. Nueve días ingresada en el Hospital Virgen de la Luz de Cuenca fueron los que pasó Adoración Valero a causa del coronavirus. Esta mujer, que padece depresión crónica, todavía no recuerda lo sucedido. Dependiente desde hace años, una asistente ayuda a su familia desde hace tiempo a cuidarla. Fue junto a ella con la que pasó los primeros días de estado de alarma hasta que la asistente empezó a notar los síntomas del coronavirus. La segunda vez que acudió al hospital la ingresaron. Una de sus cuatro hijos, María Jesús Molero, que también ha sufrido la enfermedad, cuenta las secuelas que presenta su madre en estos momentos. “Ella toma desde hace muchos años un tratamiento para la depresión que estaba contraindicado con el del virus. Retirárselo hizo que estuviese desorientada, más alicaída y que no se acuerde de nada del hospital. Todavía no le apetece mucho hablar y sigue mareada para hacer algunas tareas”, asegura la hija, que califica la situación que han vivido como “dramática”.

Molero explica que, durante los primeros días desde que su madre regresó a casa el 16 de abril, la comida le sabía fatal y estaba muy dolorida. “El fisioterapeuta nos ha recomendado unos ejercicios para recuperar algo de movilidad y mejorar la respiración. Los médicos nos han dicho que el virus le ha dejado residuos en los pulmones, pero que poco a poco irán desapareciendo. Ha vuelto a tomar sus antidepresivos y todo parece que va a ir bien”.

Josiane Oliveira, 34 años. Después de 45 días aislada en su domicilio, esta mujer nacida en Brasil y auxiliar de enfermería ha sido dada de alta tras superar la covid-19. Entre las secuelas que ha experimentado destaca la deshidratación de los primeros días, que incluso llegó a ocasionarle grietas en los pies o sequedad en la cara y en las manos. Más adelante, el cansancio y la dificultad para respirar la acompañaron hasta su reincorporación al trabajo la semana pasada, después de que ella misma acudiese a hacerse el test a un centro de salud para saber si seguía dando positivo por el virus o no. “Sientes una ansiedad horrorosa, se te congelan las piernas como si te pinchase todo el cuerpo. Muchas noches las he pasado mareada, sin querer cerrar los ojos por si no me despertaba. Cuando ves que vas a mejor, nada te hace más ilusión que salir a la calle, pero los primeros días ves que no tienes fuerza, que te sientes débil, que has perdido mucha masa muscular y te hundes”, explica. Oliveira, que asegura que nunca ha experimentado tanto miedo como en el desarrollo de esta enfermedad, añade que las agujetas después de los primeros días “han sido terribles”.

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Sobre la firma

Mai Montero
Es editora de portada en el equipo digital de EL PAÍS y escribe reportajes para otras secciones. Antes trabajó en otros medios como Periódico Magisterio, especializado en educación, y en Cambio16. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS, actualmente cursa el Grado de Derecho en la UNED.

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