La desescalada en Australia dependerá del número de descargas de una ‘app’ de seguimiento

La relajación de las medidas impuestas en Australia para impedir la propagación del coronavirus dependerá de cuántos ciudadanos se descarguen una aplicación de seguimiento, que informa al usuario de si ha estado en contacto o no con una persona que ha dado positivo. La app, llamada CovidSafe, funciona con la conexión bluetooth del móvil, y fue lanzada por el Ejecutivo hace una semana. Los datos recopilados serán almacenados en un servidor del Gobierno, administrado por el gigante tecnológico Amazon.

“No descargarla es como salir a la calle sin crema solar un día en el que hace un sol cegador”, aseguró el primer ministro australiano, Scott Morrison, el pasado viernes. El próximo día 8 anunciará una suavización de las restricciones, menos estrictas que en países como España, que dependerá del número de descargas. En menos de una semana ya se han registrado en ella 3,5 millones de personas, pero son necesarios “más millones”, según el Gobierno. Se calcula que para que la app tenga éxito, la mitad de los 25 millones de habitantes del país deberá usarla. Varios países europeos, entre ellos España, preparan aplicaciones similares.

Para registrarse en CovidSafe, los ciudadanos deben poner su nombre (o un pseudónimo), código postal, edad y número de teléfono. En el Ejecutivo han hecho hincapié en la seguridad de la aplicación y en que los datos no serán utilizados para ningún otro fin que no sea el de luchar contra la propagación del virus. La información recopilada (que se borrará después de 21 días) será almacenada y enviada a las autoridades sanitarias estatales, en caso de que el usuario haya entrado en contacto con una persona contagiada de la covid-19.

“[La aplicación] es un asunto crítico para las decisiones que tomaremos el próximo viernes sobre qué medidas flexibilizaremos”, indicó Morrison, quien insistió en la importancia de reactivar la economía y de que se puedan reabrir los comercios. El secretario del Tesoro australiano, Steven Kennedy, señaló el pasado martes, en declaraciones recogidas por The Guardian, que Australia “nunca había sufrido un shock económico de esta velocidad, magnitud y forma”, con una caída mayor a la registrada en la Gran Depresión de 1929. La crisis del coronavirus ha provocado que el desempleo alcance el 10% en el país. “Es cierto que hemos tenido éxito en el frente sanitario (…) pero necesitamos reducir el desempleo, reabrir los comercios. No podemos dejar a Australia bajo el edredón”, insistió el primer ministro.

El anuncio de una posible vuelta a la normalidad llega después de que el país haya logrado aplanar la curva de contagios. Desde el pasado 22 de abril no se registran más de 20 nuevos casos por día. En total, han muerto 93 personas en Australia. Desde el comienzo de la crisis sanitaria se han registrado 6.778 casos y se han curado 5.745 personas.

Australia quiere seguir así el camino emprendido por su vecino Nueva Zelanda, que ya ha empezado a relajar las restricciones. “No hay transmisión comunitaria generalizada y no detectada en Nueva Zelanda. Hemos ganado esa batalla, pero debemos mantenernos vigilantes si queremos continuar así”, dijo el pasado lunes la primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern. En este país se impuso la cuarentena a toda la población antes de que se registrase la primera víctima mortal. Sin embargo, la reclusión tanto en Australia como en Nueva Zelanda fue menos estricta que en España. Por ejemplo, desde el principio de la cuarentena se permite a la población salir a la calle a hacer deporte o a pasear manteniendo la distancia de seguridad.

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