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Portugal declara el estado de emergencia

El estado de alerta aprobado hace una semana no obligaba a cerrar el comercio ni los paseos por las calles

El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, en la reunión virtual del Consejo de Estado, en la mañana del miércoles.
El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, en la reunión virtual del Consejo de Estado, en la mañana del miércoles.

El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, ha declarado el estado de emergencia del país a causa de la epidemia del coronavirus que, de momento, ha infectado a 642 personas, dos de ellas mortalmente. Su declaración ha sido aprobada por el parlamento, con las abstenciones de los 11 diputados comunistas, y los tres diputados de Verdes, Iniciativa Liberal y la independiente Joacine Moreira.

En principio, el primer ministro, António Costa, era contrario a la idea del presidente del país por considerar que ya estaban en marcha la mayoría de medidas que se activaban con el estado de emergencia; sin embargo, en plena crisis de la pandemia no era recomendable una discrepancia institucional y al final se ha optado por la declaración de emergencia, sobre todo para garantizar la plena producción de empresas estratégicas, como las de material sanitario.

Rebelo de Sousa, reunido con el Consejo de Estado durante la mañana, ha conseguido que salga adelante su criterio de adoptar el estado de emergencia del país por “calamidad pública”, un grado superior al estado de alerta, pero inferior al de sitio. El decreto de presidencia permitirá que el Ejército intervenga para reforzar las fuerzas policiales y hacer cumplir las medidas de cuarentena, que en muchos casos no se están cumpliendo, así como ayudar en la producción y logística de materiales de primera necesidad. El país cuenta con 1.542 ventiladores, por lo que el Colegio de Veterinarios se ha ofrecido para prestar algunos, así como la red de clínicas privadas CUF, que cuenta con 40.

El estado de emergencia permite al Gobierno el requisamiento de bienes y servicios, la limitación de precios, el confinamiento obligatorio de personas y el fin de derecho de manifestaciones durante su vigencia de quince días, que pueden ser prorrogables. Ante el parlamento, Costa advirtió que la epidemia no acabará antes de final de mayo y que Portugal deberá vivir otro invierno sin una vacuna contra el covid-19.

La declaración de emergencia llega cinco días después del estado de alerta. Durante este tiempo, han seguido abiertos los centros comerciales, los cines, bares y restaurantes y sus terrazas. En el distrito de Ovar, con 50.000 habitantes, ayer fue declarado el estado de ‘calamidad’, que impide la entrada y salida del distrito, pero hay abiertas carreteras que dejan el paso franco a los que quieran transitar. El mismo lunes, el ministro de Administración Interna anunciaba que las fiestas y espectáculos tenían que reducirse a un máximo de 100 personas. Los cierres de comercios se producen más por decisión propia que por las órdenes de las autoridades. En Braga, algunas tiendas abren solo un minuto para cumplir con el ordenamiento comercial y a la vez protegerse de la pandemia.

Según las estadísticas, los números de infectados siguen aumentando a un ritmo medio del 40%. El miércoles se declararon 194 casos positivos, un 43% más que el día anterior, en total son 642 infectados, con dos víctimas mortales y tres enfermos curados. La ministra de Salud, Marta Temido, ha anunciado que pese a descensos porcentuales, los casos van a seguir aumentando hasta finales de abril. De momento, la mayoría de las cuarentenas decretadas y cierre de escuelas fijaban como límite el fin de las vacaciones de Pascua, el 13 de abril.

El ministro de Finanzas ha anunciado un plan de ayuda a las empresas con una línea de crédito por valor de 3.000 millones de euros, además del aplazamiento del pago de impuestos, que en total suman 9.200 millones de euros. En los próximos días anunciará otro paquete de medidas para familias y trabajadores. De momento, sus medidas han sido fuertemente criticadas por la portavoz del Bloco de Esquerda, Mariana Mortágua, porque solo suponen un 5% del PIB, “muy inferior a las de Italia o España” y porque las ayudas a las empresas no van ligadas a la prohibición de despidos.

El presidente, que salía de una cuarentena voluntaria, se dirigió al país por la noche para explicar su decisión, jamás aplicada desde la Constitución de 1976. “Sabía que los portugueses estaban divididos, que unos querían el estado de emergencia para antes de ayer y que otros lo consideran innecesario”. Y justificó su decisión por cinco razones: por anticipación y refuerzo de la solidaridad, por prevención, por seguridad jurídica, por contención y por flexibilidad. “No es una interrupción de la democracia sino la democracia a intentar interrumpir una situación alarmante”, añadió y advirtió. "No es una vacuna ni una solución milagrosa. El estado de emergencia entra en vigor a medianoche y durará 15 días, prorrogables por el parlamento. Rebelo de Sousa pidió a los portugueses, “resistencia, solidaridad y coraje” para vencer la epidemia.

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