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Las primeras pseudoterapias a examen, sin evidencias sólidas de eficacia

Sanidad ha evaluado las primeras cinco técnicas dentro de su plan para la protección de la salud. Solo el masaje tailandés y la dieta macrobiótica tiene leves efectos positivos

Una masajista tailandesa trata a una paciente.
Una masajista tailandesa trata a una paciente. PIXABAY

Los ministerios de Sanidad y Ciencia ya tienen los primeros resultados de la evaluación de la efectividad de cinco terapias supuestamente sanadoras dentro de su Plan para la Protección de la Salud frente a las Pseudoterapias. Este martes ha remitido los informes a los grupos de interés implicados: tras analizar la magnetoterapia, la sanación espiritual activa, el masaje ayurvédico, la dieta macrobiótica y el masaje tailandés, solo ha encontrado leves indicios de efectividad en estos dos últimos, si bien las conclusiones "no son sólidas". 

El plan, presentado en noviembre de 2018 por la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, y el de Ciencia, Pedro Duque, pretendía evaluar la eficacia y seguridad de 138 prácticas mediante el estudio de la evidencia científica publicada, entre otros objetivos. En una primera fase, concluida el pasado mes de febrero, 72 de ellas ya fueron calificadas como “pseudoterapias” porque no se identificaron "ni ensayos clínicos aleatorizados, ni revisiones sistemáticas ni metaanálisis” sobre su eficacia o seguridad, según la carta remitida ahora por Sanidad a los agentes involucrados en el proceso, entre ellos colegios profesionales, sociedades científicas y comunidades autónomas.

De las 66 restantes, ambos ministerios decidieron encargar la elaboración de un informe por cada una de ellas a la Red Española de Agencias de Evaluación (RedETS), de las que 18 deberán estar terminadas antes del próximo marzo.

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Los primeros documentos preliminares, a los que ha tenido acceso EL PAÍS, han sido remitidos a los grupos de interés y a entidades del ámbito sanitario con “el objetivo de recabar las alegaciones y aportaciones” que consideren de interés en un plazo abierto hasta el próximo 17 de enero. Estas son las principales conclusiones:

Masaje tailandés

El masaje tailandés tiene alguna evidencia de efectividad. Aunque el documento advierte de que los estudios en los que se basa tienen una calidad limitada y que no es posible sacar conclusiones “definitivas”, sí parece que pueden tener un efecto beneficioso en la reducción de la intensidad a corto plazo de dolor lumbar inespecífico y el crónico miofascial (dolores musculares).

La técnica proviene de Tailandia y consiste en hacer presiones, movilizaciones y estiramientos musculares en sesiones que normalmente van de una a dos horas. Una de las dificultades a la hora de sacar conclusiones es que hay muchas variedades y es “difícil estandarizar las intervenciones”, según explica la revisión. Además, la percepción de los beneficios que se reciben en estas intervenciones está muy sujeta a los sesgos del propio paciente. Los estudios muestran que la técnica es segura.

Dieta macrobiótica

El informe, elaborado por la agencia de evaluación de la Junta de Andalucía (Aetsa), concluye que “no hay información suficiente que permita conocer la eficacia y seguridad de la dieta macrobiótica en la mejora o control de enfermedades”. Esta práctica está definida como “una forma de comer basada en el principio del Yin y el Yang, buscando el equilibrio físico y emocional a través de la alimentación” y se “basa en el consumo de alimentos orgánicos" con pocas grasas, azúcares y “alimentos procesados químicamente”. Aunque sus promotores defienden que la dieta sirve para “mejorar, controlar o curar enfermedades”, los evaluadores solo han encontrado cinco artículos referidos a pacientes con “diabetes mellitus tipo II e hipoglucemias reactivas”. La dieta macrobiótica fue comparada con “otras elaboradas según las recomendaciones clínicas de expertos en estas patologías”.

Las dos dietas “consiguieron mejorar las variables analizadas”, aunque la “macrobiótica consiguió datos significativamente mejores” en algunos valores como los niveles de glucosa en sangre después de las comidas o la reducción de uno de los marcadores de inflamación (IGF-1). Pese a ello, los evaluadores consideran que “la calidad de los estudios” es “baja o incierta debido a que presentaban falta de información sobre aspectos metodológicos” y “no disponían de protocolos previamente publicados”. Además, “se realizaban sobre un número de pacientes muy pequeño” y “las intervenciones se desarrollaban en periodos de seguimientos cortos”.

Sanación espiritual

La técnica de la sanación espiritual se basa en conceptos cuya existencia no está demostrada por la ciencia, como el “cuerpo energético”. El presunto sanador suele colocar las manos encima del paciente sin contacto físico y usa un supuesto poder mental para llevar algo a lo que llama “energía curativa” a las zonas cercanas a donde ha colocado las manos.

No se han encontrado indicios de que pueda servir para algo: sus efectos son los mismos que el placebo a la hora de tratar la artritis reumatoide, dolor, fatiga o problemas mentales. Para determinar la efectividad de la sanación espiritual, la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitaria de Cataluña, que se ha encargado de la evaluación, ha estudiado 193 referencias.

Masaje ayurvédico

El masaje ayurvédico consiste en la aplicación de aceites y técnicas sobre el cuerpo de una persona. Según los Vedas (las escrituras sagradas hindúes), el Ayurveda es un método integral de salud que trata de armonizar el cuerpo con la naturaleza y ofrece una solución efectiva y segura para diversas afecciones. Cuando se aplica el método científico, la cosa cambia: “No hay evidencia para determinar su efectividad y seguridad”.

Para esta conclusión, los investigadores del Instituto Aragonés de Ciencias de la salud se basan en los estudios que existen, que son “de baja calidad metodológica” y comprenden periodos de observación “no suficientemente largos” para observar los efectos a largo plazo, lo que “no permiten extrapolar los resultados y generar conclusiones sólidas”.

Magnetoterapia

La agencia de evaluación de la Xunta de Galicia, Acis, concluye que esta práctica “no demuestra ser un tratamiento eficaz para el alivio del dolor de cualquier etiología o tiempo de evolución, por lo que no se considera adecuado su uso como terapia para el control del dolor”. La magnetoterapia se basa en la utilización de campos magnéticos generados por imanes para, supuestamente, “aumentar las capacidades regenerativas del cuerpo” y el control del “dolor crónico”. La Acis ha analizado 41 artículos, de los que seleccionó “dos revisiones sistemáticas y 10 ensayos clínicos aleatorizados y controlados” calificados de calidad “moderada”. Estos estudios suelen destacar la inexistencia de efectos secundarios, aunque la conclusión es que no existen “diferencias en el alivio del dolor de cualquier etiología y tiempo de evolución al comparar la magnetoterapia contra placebo”.

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