Carlos Sainz, tras su abandono en el Dakar: “Es una de las grandes decepciones de mi carrera”
El piloto español reconoce su error al volcar durante la segunda etapa del rally y siente rabia por no poder continuar la prueba por motivos de seguridad
Carlos Sainz Cenamor (Madrid, 62 años) las ha visto de todos los colores a lo largo de su trayectoria deportiva y vital, pero sigue sufriendo los reveses como el primer día. El piloto español, que se vio obligado a abandonar el Rally Dakar después de completar heroicamente la segunda especial de 1.000 kilómetros partida en dos jornadas, dijo sentir rabia y frustración por no poder continuar la prueba por culpa de los daños sufridos en la jaula de seguridad de su Ford Raptor T1+. Un buen trastazo en una duna cortada el pasado domingo, cuando apenas había completado un tercio de la etapa dividida en dos jornadas, fue el principio del final a la breve pero intensa participación del vigente campeón, cuatro veces ganador del Touareg con cuatro marcas distintas.
“Es una de las grandes decepciones de mi carrera, pero al final peino canas y sé que las carreras son así, unas veces salen y otras no”, comentaba Sainz tras conocerse el abandono. La decisión llegó tras horas de deliberación por parte de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), que siguió la normativa de seguridad a rajatabla y apreció, como en el caso de Laia Sanz y su Century en la primera etapa, una deformación en una de las barras de acero del chasis. Esos milímetros de desplazamiento del metal rompieron la épica travesía de más de 600 kilómetros sin carrocería ni techo, una conducción al límite a más de 150 kilómetros por hora por la arena a una mano, protegiéndose del reflejo del sol con la otra. También la mano de Lucas Cruz, su copiloto, aguantando como un jabato la puerta en su sitio después del destrozo.
Con mucha tristeza, tenemos que decir adiós al @dakar este año. Así son las carreras, a veces toca vivir la parte más amarga. Pronto volveremos a casa para recuperarnos física y mentalmente. Gracias a todos por el apoyo.
— Carlos Sainz (@CSainz_oficial) January 6, 2025
With great sadness, we have to say goodbye to the @dakar… pic.twitter.com/KrKH12iwmP
“Una de las barras antivuelco estaba muy ligeramente dañada. El equipo ha dicho que era muy sencillo de reparar, pero la FIA no ha querido tomar ningún riesgo”, detallaba el madrileño a los medios españoles presentes en Arabia Saudí. Sainz no imaginaba un desenlace tan rápido y cruel a su nueva aventura con Ford y el equipo M-Sport, la misma marca y estructura que le dio su primera oportunidad en el Mundial de rallies en 1987. “Después de estar con toda la ilusión de preparar el coche y estar todo el año para ello, irte a casa en tres días es un jarro de agua fría”, reconocía. Si bien el también ganador del rally Nani Roma, su compañero de escuadra, sí tuvo que despedirse por problemas mecánicos de calado, en su caso fueron los errores propios los que le condenaron.
“Yo no me escondo. Es un error mío porque, al final, entré a 20km/h en una duna tan profunda que era lo suficientemente rápido como para volcar. No hay que buscar excusas, esto es algo que me ha pasado en otras ocasiones y nos pasa a todos”, reflexionaba. En su persecución histórica con el híbrido de Audi tuvo un incidente similar en 2023, para luego rematar la faena con el coche híbrido de la marca alemana en la pasada edición de la prueba. En su decimoctava participación en el rally de rallies, Sainz sabía el complicado reto que tenía por delante. Desde los tiempos del finlandés Ari Vatanen, con Peugeot en 1987 y Citröen en 1991, ningún vehículo recién estrenado en un Dakar ha logrado llevarse la victoria. En el pasado, el español había levantado el trofeo de ganador en 2010 (Volkswagen), 2018 (Peugeot) y 2020 (Mini).
“Me da rabia por Ford, por el equipo, por no poder sacar conclusiones, probar el coche, tener más experiencia”, ahondaba Sainz desde el vivac de Bisha, el primero y último que pisará este año en la sexta edición del Dakar en Arabía Saudí, donde han llegado dos de su cuatro triunfos. El veterano piloto tiene dolores en la espalda y viajará de inmediato a Madrid para pasar revisión médica y comprobar que el duro impacto contra la arena no le ha provocado ninguna lesión de gravedad. “Si estuviese en Madrid sentado en un sofá, está claro que esto no me pasaría”, concluía con sorna.
Quienes conocen a Sainz, sin embargo, saben que todavía querrá intentarlo al menos una vez más. A lo largo de su trayectoria dakariana, el español jamás ha abandonado una marca oficial sin antes ganar la prueba. Él mismo reconocía al inicio del rally que tiene contrato con Ford para 2026, otra señal de que si el físico se lo permite, estará en la línea de salida una vez más. Aunque siempre ha dicho que a estas alturas se lo toma “partido a partido”, al fin y al cabo sigue soñando con ser el primer abuelo en ganar el Rally Dakar.
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