Carlos Sainz defiende corona a los 62 años en un Dakar muy abierto

Carlos Sainz Cenamor (62 años, Madrid) continúa al pie del cañón después de un año 2024 para el recuerdo. Lo estrenó con su cuarta victoria en el Rally Dakar de la mano del vehículo híbrido pionero de Audi y lo terminó subido al Ferrari F1-75 con el que su hijo descorchó su casillero de victorias en la Fórmula 1 en el GP de Gran Bretaña de 2022. Esas vueltas cargadas de emotividad en Maranello durante la despedida de su pequeño de la escudería del ‘Cavallino Rampante’ dieron paso a los últimos preparativos para el enésimo reto que Sainz sénior arranca hoy viernes. Desde Bishah, un pequeño enclave al suroeste de Arabia Saudí, ‘El Matador’ buscará de la mano de Ford su quinto Dakar con su quinta marca distinta. En resumen, nuevo vehículo y mismas ambiciones para el veterano más ilustre del vivac, que pudo celebrar también la llegada al mundo de su primer nieto el año pasado. “Quiero ser el primer abuelo en ganar el Dakar”, decía durante la presentación del proyecto en Madrid.

“Empezar con un coche desde cero e intentar ganar el Dakar es un reto muy bonito. Creo que estamos ante la edición más abierta de los últimos años, las cuatro marcas están muy igualadas y esta primera semana van a pasar muchas cosas seguro”, comenta el piloto madrileño. Dacia también estrena proyecto sólido con dos tótems como el catarí Nasser Al-Attiyah y el francés Sébastien Loeb, dando una oportunidad histórica a la burgalesa Cristina Guitérrez, ganadora en la categoría ‘challenger’ el año pasado y segunda mujer en contar con apoyo de una estructura oficial tras Jutta Kleinschmidt, triunfadora en 2001. Entre los favoritos en las cuatro ruedas, los Toyota y los Mini también tendrán mucho que decir a pesar de contar con pilotos menos destacados.

La 47ª edición de la prueba, la sexta en Arabia Saudí, presenta un nivel de exigencia a la par del año pasado, si bien el arranque amenaza con noquear de buenas a primeras a varios de los favoritos. La segunda etapa, una especial de 48 horas y 1.000 kilómetros cronometrados sin asistencia y noche en tienda de campaña en pleno desierto, puede determinar el rumbo de la prueba. “Llega de golpe el segundo y tercer día, con piedras, amenaza de pinchazos y tan solo dos ruedas de recambio. Es temprano y han arriesgado, pero es lo mismo para todos y hay que aceptarlo. Será triste ver a gente perder todas las opciones allí”, lamenta Joan ‘Nani’ Roma, compañero de equipo de Sainz y otro de los principales aspirantes al triunfo en la categoría de coches.

El palmarés parece jugar también en contra de los grandes nombres del Dakar este 2025. Desde los tiempos del finlandés Ari Vatanen con Peugeot (1987) y Citröen (1991), ningún coche de nueva forja ha logrado alzarse con el trofeo del Touareg en su estreno. “El primer año de un coche siempre es difícil, porque cuando haces kilómetros siempre te encuentras alguna sorpresa, pero las estadísticas están para romperlas y es algo que motiva a todo el equipo”, dice Sainz, que guarda un vínculo especial con el proyecto. Su debut en el Mundial de rallies en 1987 lo hizo bajo los mismos colores y las órdenes de Malcolm Wilson en M-Sport, de nuevo su jefe de equipo y pegamento del enorme engranaje desplegado por la marca estadounidense.

Ford ha trabajado en su Raptor T1+ a destajo, con más de 17.000 kilómetros de pruebas en todo tipo de condiciones, incluso buscando golpear el vehículo a propósito, para intentar forzar al máximo todos los componentes y la mecánica. El Dakar, sin embargo, siempre guarda sorpresas a diario y para todos. Los 5.115 kilómetros de especiales de la edición que arranca hoy en Bishah con el prólogo de 29 kilómetros que determina el orden de salida y termina el próximo día 17 en Shubaytah, en una de las regiones más remotas del planeta, no serán ni mucho menos la excepción a la norma.

La gran novedad en 2025 será el desdoblamiento de recorridos en cinco de las 12 etapas, un hecho que elimina las huellas de las motos en perjuicio de los coches y complica las tareas de navegación y estrategia para pilotos y copilotos. “Será un rally de resistencia y también de madurez. Hay un nivel de dificultad muy elevado, y será una prueba dura que llevará a todo el mundo más allá de sus límites y la zona de confort”, resume David Castera, director del Rally Dakar. Llegar a salvo y sin haber sufrido grandes contratiempos a la jornada de descanso en Hail el 10 de enero, después de otra jornada sin ayudas externas entre la cuarta y la quinta etapa, resultará clave para los aspirantes al triunfo.

Más allá del baile de favoritos en los coches, a dos ruedas la prueba volverá a presentar una decena de candidatos sólidos al triunfo, con una igualdad muy grande entre las principales marcas. El estadounidense Ricky Brabec y Honda defenderán título. En el seno del equipo japonés, el valenciano Tosha Schareina buscará resarcirse tras el chasco del año pasado, cuando cayó y tuvo que abandonar lesionado en la primera etapa después de haberse llevado el prólogo. El último ganador español del Dakar en categoría de motos fue Marc Coma en 2015, precisamente uno de los referentes del catalán Edgar Canet (KTM), el participante más joven de la edición a sus 19 años.