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Tarik Jasarevic | Portavoz de la OMS

“Si no recibimos más fondos, no podremos mantener la respuesta a la epidemia”

Tarik Jasarevic, portavoz de la OMS, alerta de que la violencia preexistente en Congo complica la respuesta médica

José Naranjo
Tarik Jasarevic en una comparencia con los medios sobre el ébola en Ginebra en 2014.
Tarik Jasarevic en una comparencia con los medios sobre el ébola en Ginebra en 2014. Fatih Erel (Getty Images)

Tarik Jasarevic, portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), asegura que este organismo ya había advertido del alto riesgo de contagio de la epidemia de ébola de la República Democrática del Congo (RDC) a los países vecinos, lo que ha permitido que Uganda esté preparada para hacer frente a la enfermedad. Pese a ello, alerta de que la respuesta de la comunidad internacional no llega a cubrir todas las necesidades para responder a las necesidades. La violencia preexistente en la zona complica la respuesta médica y es, a su juicio, el principal factor que ha provocado que el brote siga fuera de control.

Pregunta. La epidemia de ébola ha llegado a Uganda, ¿qué escenarios se abren a partir de ahora?

Respuesta. Dada la naturaleza de este brote y el movimiento de personas en la zona, la OMS venía advirtiendo desde agosto del alto riesgo en que se encontraban los países vecinos y estábamos trabajando con ellos para que estuvieran preparados. Uganda tiene una amplia experiencia en el manejo de esta enfermedad, ya lo ha hecho en cinco ocasiones, se ha preparado en los últimos meses y el Ministerio de Sanidad ha respondido con rapidez. La preparación y la reacción rápida son vitales para contener el brote. La vacunación comenzó allí el 7 de noviembre de 2018 y se llevó a cabo en 165 centros de salud, alcanzando a 4.699 trabajadores, incluidas las dos estructuras donde se atendió al niño. Los trabajadores sanitarios están preparados.

 P. Ahora que la epidemia ha saltado a otro país, ¿tiene previsto la OMS replantearse una declaración de emergencia global?

R. Se ha convocado una comisión de emergencia para este viernes, pero eso no implica de manera automática que hagamos tal declaración que sólo se produce si la situación es “grave, repentina, inusual o inesperada, si conlleva implicaciones para la salud pública más allá de las fronteras nacionales del Estado afectado y si puede requerir una acción internacional inmediata”.

P. ¿La reacción y apoyo financiero de la comunidad internacional está siendo suficiente para atajar el brote?

R. La OMS y sus socios requieren financiación inmediata y sostenible para responder a esta epidemia. Las necesidades actuales, entre febrero y julio, se elevan a 98,4 millones de dólares y sólo hemos recibido 39,2 millones, necesitamos 58,8 millones más. Este déficit de fondos es inmediato y crítico, si no se reciben los fondos, la OMS no podrá sostener la respuesta en la escala actual.

P. En diez meses no se ha podido controlar la epidemia, ¿cuáles son las razones?, ¿cuál es la situación actual del brote?

R. El deterioro de la seguridad en las últimas semanas es un freno a la respuesta. Hay que tener en cuenta que el brote se produce en uno de los entornos más complejos y con más desafíos de los que hemos operado nunca. Tenemos incidentes cada semana, a veces grandes y a veces pequeños. Cada vez que se produce un incidente importante se retrasa la respuesta de una a tres semanas. Si no podemos acceder a las comunidades no podemos vacunar, no podemos tratar a los enfermos y no podemos rastrear los contactos, lo que significa que el virus continúa propagándose. Tenemos las estrategias, los recursos y las herramientas para frenar el brote, incluida una vacuna que está funcionando muy bien. La ONU ha fortalecido su respuesta, ahora necesitamos el compromiso político sostenido de todas las partes en la RDC para que podamos tener un acceso seguro a las comunidades y vencer al virus antes de que cause más pérdidas de vidas y sufrimiento. Pese a todo, una disminución reciente en los casos semanales muestra posibles signos de desaceleración, una tendencia positiva y alentadora que debe interpretarse con cautela porque aún es pronto para sacar conclusiones.

P. En esta epidemia, por primera vez, existía un tratamiento y una vacuna en fase experimental, ¿cómo han contribuido a combatir la enfermedad?

R. Los datos iniciales muestran que la vacuna no solo previene sino que también protege a quienes enfermaron tras ser vacunados. Está funcionando. Respecto a las terapias, sabemos que hay éxitos y que conseguimos que sobrevivan más personas, pero no podemos compartir ningún detalle de los resultados porque estamos aún en pleno ensayo. Esperemos a los resultados finales.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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